EDITORIAL

El gallo capón, una mamadera de gallo

Cuando en el pasado mes de abril se celebró en el auditorio de la UTCH el consejo comunitario del Chocó, con la presencia del Presidente Uribe Vélez, ministros de transporte, educación, agricultura, comercio, medio ambiente , protección social y viceministros, así como los directores de Invías, red de solidaridad, altos funcionarios de Planeación Nacional y de otras agencias del Estado del orden nacional, el gobernador del Chocó, alcaldes municipales y los parlamentarios del departamento, entre otros, el Presidente manifestó con énfasis –después de oír al rector de la UTCH, al ministro del medio ambiente, al director de Invías y al representante Edgar Eulises Torres–, en relación con la terminación de la carretera Ánimas-Nuquí: “El país lleva muchos años hablando de esa vía y eso no se le puede seguir demorando al Chocó. Don Pepe Sierra decía que hay unos gastos necesarios para los cuales la única regla contable es la siguiente: ¡Tiene que haber!".

Y más adelante precisó: “Demos los pasos con mucha responsabilidad para no creas nuevas frustraciones,. Que este año por lo menos dejaremos listos los estudios, la licencia y la apropiación presupuestal para que el entrante se pueda ejecutar”.

Descartada la idea de canalizar hacia esta obra recursos de un préstamo del BID al Plan Pacífico con un remanente de 8 millones de dólares, el gobierno nacional prometió la inclusión en el presupuesto 2005 de una partida inicial de 25 mil millones de pesos de los 90 mil millones, costo total estimado.  El saldo, 65 mil millones serían incorporados en los presupuestos de los dos años siguientes.

Pues bien. Nada de lo anterior se ha cumplido, con excepción del estudio de alternativas dirigido por el IIAP y la UTCH y entregado al Minambiente hace mes y medio sin que los burócratas y filipichines de cuello blanco hayan producido el auto de aprobación, sin cuya expedición no podrá tramitarse la licencia ambiental, avalada por el estudio final.

Pero si esto es preocupante, es más grave aún que no haya aparecido “la platica”, como coloquialmente denomina el Presidente los recursos que se necesitan.  En primer lugar la inexplicable omisión que pone en tela de juicio la seriedad de la palabra presidencial al no incluir la partida en el proyecto de presupuesto inicial, pudo haberse subsanado en la carta o pliego de modificaciones presentado por el Ministro de Hacienda el pasado 23 de septiembre.  Los esfuerzos que en ese sentido hicieron los miembros de la comisiones económicas, senador Rojas Birry y Francisco Wilson Córdoba fueron derrotados, con un aval extemporáneo del gobierno que, desde luego, el gobierno sabía de antemano que así ocurriría.

Ahora se dice como justificación en diversos documentos con origen en planeación nacional e Invías, que reposan en nuestro poder, que en la asignación de recursos aprobados por el Confis, para la vigencia fiscal 2005, solo fueron incorporadas partidas par “la terminación de los proyectos en ejecución y el cumplimiento del programa 2.500 Km. que viene adelantando el gobierno nacional y en el cual no se encuentra la vía citada”.  Huelga decir que en ese programa la participación asignada al Chocó fue irrisoria, sin que los pocos kilómetros asignados con ostensibles desconocimiento de prioridades signifiquen nada distinto a una migajas de inversión pública, para sostener el sofisma de que andan interesados en que se termine nuestro ancestral aislamiento. ¿Está al tanto el Presidente de todo lo anterior que tan mal parado lo dejan ante el pueblo del Chocó y la opinión del eje cafetero y del país? Presumiblemente si.  Y no hay forma de exculparlo sobre todo si se considera el estilo de gobierno que ejerce con concentración de decisiones de las cuales sus ministros no suelen separarse.

Por todo ello y mucho más, cuya exposición y examen exceden las limitaciones de este espacio, es por lo que encontramos procedente y legítimo que el pueblo chocoano de manos del Comité Pro Vía al Mar, con las autoridades regionales y los voceros en el congreso, cuando justamente se cumplen 50 años de la más grande movilización ciudadana en defensa de nuestra integridad territorial, reeditemos la gesta de protesta popular el próximo 20 de octubre en defensa de nuestro futuro y dignidad, para que la burla y el desconocimiento de nuestras aspiraciones de colombianos no sigan siendo el pan de cada día de todos los gobiernos.

Lo que aquí decimos no es un discurso ni una proclama.  Es un llamado a la unión y a la solidaridad para que, agotadas como están las instancias de la institucionalidad en el congreso, ante la negativa del gobierno de hacerle honor a sus compromisos, y ante la sin salida y el desgano oficial, nos demos cita en Quibdó y en las principales ciudades del país los chocoanos para exigir la terminación de la vía al mar Ánimas-Nuquí, en una jornada cívica sin precedentes.

Por que lo que hoy confrontamos es el cuento del gallo capón, leyenda del Caribe que universalizó la obra literaria del Nobel García Márquez:  Una mamadera de gallo, que el Chocó y sus gentes no se merecen.