No pierdas la esperanza.
Hay millones de personas esperando los recursos que dispones.
No
pierdas el buen humor.
A cualquier señal de enfado, hay siempre un suicidiocito en tus
fuerzas.
No
pierdas la tolerancia.
Hay mucha gente a tolerarte en lo que aún tienes de indeseable.
No
pierdas la serenidad.
El problema puede que no sea tan difícil como piensas.
No
pierdas la humildad.
Además de la planicie, surge la montaña y, después
de la montaña, surge el horizonte infinito.
No
pierdas el ánimo de aprender.
La propia muerte es una lección.
No
pierdas la oportunidad de servir a tus semejantes.
Hoy o mañana, podrás necesitar de su ayuda .
No
pierdas tiempo.
A cada amanecer un nuevo día nace, pero los minutos son otros.
No
pierdas la paciencia.
Acuérdate de la paciencia infinita de Dios.
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