El Gabinete Psicosocial, adscrito a los Juzgados de Valencia, recomienda la custodia de una menor para una madre que "abusa" y "agrede" a su hija, porque la niña ya está "adaptada al entorno familiar materno"...
ANTECEDENTES DEL CASO

 

DICTÁMENES PERICIALES EN FAMILIA: ALARMA SOCIAL

 

El trabajo de los psicólogos adscritos a los juzgados de familia viene siendo puesto en entredicho, desde hace tiempo, por la sociedad.

Se les reprocha la falta de rigor y fundamento científico, falta de garantías para el usuario que lo colocan en absoluta indefensión y, enmarcando todo lo anterior, un recalcitrante sesgo orientado a conceder las custodias de los hijos siempre, en toda circunstancia y contra toda evidencia, a las madres. Se critica que no es tanto que se favorezca a las madres como que se está perjudicando a los hijos.

Esta grave situacion, donde están amenazados los intereses de cientos de miles de menores, ha generado un contexto de alarma social cuya última expresión es la denuncia planteada por asociaciones igualitarias de padres y madres en contra del proceder de los equipos psicosociales adjuntos a los juzgados (para ver más pincha aquí).

 

INERCIAS DE GÉNERO Y MALTRATO A LA INFANCIA: YA HAY NIÑOS MUERTOS.

Ver artículo completo en El País. es (http://www.elpais.es/articulo/sociedad/Nadie/hizo/nada/Maria/elpporsoc/20060924elpepisoc_3/Tes/)

EL LAMENTO DE UN PADRE Mariano Bou aguanta el tipo. Tiene la voz temblorosa pero no rompe a llorar. Retuerce las manos y mira al frente mientras habla de su hija, María, fallecida a manos de su madre en mayo de 2005, cuando tenía siete años. "La chiquilla estaba muy bien educada e iba bien en los estudios. No hay derecho, porque yo lo advertí", musita. Mariano Bou recuerda cómo pasó el 13 de abril de 2005 denunciando que su ex mujer, María, maltrataba a la hija que había tenido con él. Recuerda cómo la Policía Nacional y los servicios sociales de la Comunidad de Murcia no le hicieron caso. Recuerda cómo denunció junto al padrastro de la niña ante la Guardia Civil. Y recuerda cómo recibió una llamada el 30 de mayo contándole que su hija yacía muerta en su cama. La había matado su ex mujer antes de suicidarse. Sus denuncias no habían servido para nada. El Ministerio de Justicia ha abierto una investigación para ver si se trata de un nuevo caso Alba, la niña que acabó en la UVI por maltrato continuado pese a las denuncias previas. Mariano Bou y María Antolinos tuvieron un matrimonio difícil. Vivían en las torres de Cotillas, una pedanía de Murcia. Se casaron en 1998 y en la Nochebuena de 2000 él se fue de casa tras una discusión. "Ella estaba en tratamiento por depresión y había intentado suicidarse. En una pelea me llevé a la niña", explica. Son las nueve de la noche del martes 19 de septiembre y el termómetro marca 29 grados. Mariano ha sacado dos sillas de plástico a la puerta de la casas de sus padres, con los que vive. Es una casa blanca de dos plantas en la huerta de Murcia. Alrededor hay algún naranjo y limonero, pero cada vez menos. Están siendo sustituidos por ladrillos. Un azulejo de la virgen de la Fuensanta sobre la entrada preside la charla. Mariano y su esposa se separaron y la mujer se quedó con la custodia de María, que entonces tenía dos años. "Yo no le pasaba siempre la pensión y ella no me dejaba ver a la niña", admite Mariano. Hoy tiene 39 años, trabaja esporádicamente como albañil. Tiene los ojos azules y el pelo rubiáceo que heredó su hija. María Antolinos se casó en julio de 2004 con Luis Fabián Saura, pero duró poco. En enero de 2005 se separaron y, cuatro meses después, Luis Fabián fue a ver a Mariano. El padrastro de María se encontraba así con el padre. "Luis Fabián me contó que mi ex mujer maltrataba a la niña, que la tenía acobardada y que cada vez tomaba más pastillas", rememora Mariano. Ambos decidieron denunciar el caso. "El 13 de abril de 2005 fuimos al juzgado de familia, a la policía nacional y a servicios sociales y no nos tomaron la denuncia porque decían que no teníamos pruebas. Por la tarde, la Guardia Civil de Alcantarilla sí recibió la queja". A las 17.40 del 13 de abril de 2005, Luis Fabián, el único que había presenciado las agresiones, denuncia a la Guardia Civil que María le insulta y que "a la niña no le pasa ni una y a la más mínima tontería la emprende con ella pegándole e insultándola, que está acobardada"; "que le arranca el pelo levantándola en peso durante los episodios de ira"; "que lo ha amenazado con poner fotos de su hija desnuda en Internet para echarle a él la culpa". Es la primera denuncia. La Guardia Civil, según la abogada de Mariano, Inmaculada Ferrando, remitió la denuncia al Juzgado de Instrucción número 1 de Molina de Segura. Y allí se quedó. El juzgado, según Ferrando, incoó juicio de faltas por injurias, aunque no fijó fecha para su celebración. Paralelamente, los dos hombres insistieron ante los servicios sociales de la Comunidad de Murcia, que el 18 de abril abrió un expediente para ver si había maltrato. El Servicio de Protección de Menores afirma en un escrito que el 5 de mayo pidió informes a la fiscalía de menores y al colegio y que puso en guardia a la trabajadora social del ayuntamiento de Murcia en la zona. El servicio autonómico ha reconocido después que "no se adoptaron medidas de urgencia ya que no se consideraron necesarias" porque la menor no estaba "en una situación de grave riesgo". El expediente se cerró el 31 de mayo. Madre e hija estaban muertas. Nueve días antes, el 21 de mayo, María suministró a su hija alcohol, Alprazolam y Diazepam, según la autopsia, en dosis tóxicas. La niña falleció en su cama. Vestía "camiseta de tirantes con dibujos y pantalón de rayas rojas". La madre apareció en el suelo del baño muerta por el mismo cóctel. Los cadáveres pasaron inadvertidos durante una semana, hasta el 30 de mayo. El juez que procedió al levantamiento del cadáver fue el mismo que hizo caso omiso a la denuncia que describía entre otros hechos los malos tratos de los que era víctima la menor y que le remitió la Guardia Civil. El juez era Álvaro Salvador. Cuatro meses después dejó Molina de Segura y pasó a la jurisdicción social. Desde el juzgado que dirige ahora no detalla su actuación: "No hablo de ese caso". El padre reclama una indemnización a la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia y al Ministerio de Justicia porque, afirma podrían haber impedido la muerte de María si hubieran actuado correctamente. Mariano pide una indemnización a las dos administraciones. La reclamación es el paso previo a la demanda ante los tribunales. La indemnización que Bou reclama valora el daño gravísimo moral que le ha producido la muerte de su hija. El servicio de protección de menores de la comunidad, que no ha querido explicar su versión a este dario, respondió a Bou que no se sienten responsables de la muerte y que "las actuaciones realizadas fueron adecuadas en tiempo y forma ya que la adopción de medidas urgentes en casos de protección de menores requieren disponer de la información contrastada suficiente". El Ministerio de Justicia contestó el pasado martes que investigará el caso. Mariano enciende otro pitillo y se explaya: "A veces iba con mi hija a un bar y pedía un café. A ella le daba un vaso de leche y le decía que era café. Ella quería hacer como su padre y yo le daba el gusto. Nadie me va a devolver a mi hija, pero quiero que quien lo hizo mal lo reconozca y lo pague. Que no le pase a ninguna niña más. Yo intento trabajar para ocuparme la cabeza y llevarlo como puedo". El caso es similar al de Alba, la niña de Barcelona que acabó en la UVI por el maltrato del padre pese a que había numerosas denuncias previas. "El de mi hija es como el de Alba, pero a mí me la quitaron", apunta Mariano. En sus manos sostiene la foto de María. En la imagen tiene el pelo rubio y los ojos azules. Nadie se hace responsable de su muerte. EL LAMENTO DE UN PADRE "Mi ex mujer maltrataba a la niña. La tenía acobardada. Estaba en tratamiento por depresión y había intentado suicidarse". "Fuimos al juzgado de familia, a la policía y a servicios sociales y no nos tomaron la denuncia porque decían que no teníamos pruebas". "Nadie me va a devolver a mi hija, pero quiero que quien lo hizo mal lo reconozca y lo pague".

 

DICTÁMENES PSICOSOCIALES EN FAMILIA: ¿CIENCIA O IDEOLOGÍA?

(Ver artículo completo Informes periciales en asuntos de familia; también es interesante la opinión crítica de este psicólogo especialista: ver entrevista; más información en www.amnistia-infantil.org)

Ante el difícil problema de qué hacer con los niños, cuando la pareja se separa, el juez precisa acudir a especialistas que le asesoren. Entendemos que este asunto del mejor interés del menor, del "favor filli", reside en territorios bastante alejados de la formación curricular de los profesionales del derecho, ya sean estos jueces, fiscales o abogados; son estas razones las que, en un primer momento, explican por qué son invitados los psicólogos a participar en este asunto: en el reconocimiento de la complejidad del problema familiar está el origen de los psicólogos adscritos a los juzgados y de los gabinetes psicosociales que asesoran al estamento judicial.

Normalmente, en contextos judiciales de separación y divorcio, se solicita de unos expertos en comportamiento humano, que arriesguen un dictamen sobre cuál será la mejor situación relacional para un menor o menores cuyos padres se separan o ya se han separado. Idealmente, estos técnicos darán una respuesta razonada a esta pregunta utilizando la ciencia y la mejor tecnología de la que se les supone expertos, teniendo como principio rector únicamente el bienestar del niño o niños implicados. Esta respuesta técnica, en forma de informe pericial, no determinará mecánicamente la decisión judicial pero será un elemento importante, muy a tener en cuenta, en la resolución a la que llegará el juzgador. Sin embargo, la experiencia nos dice que, lamentablemente, el trabajo efectuado por los peritos psicólogos adolece, en muchos casos, de falta de rigor y fundamento científico. Las respuestas que dan los gabinetes psicosociales a la cuestión de cuál será la mejor solución relacional para los menores tras la separación de los padres son muchas veces sencillamente arbitrarias o, en el peor de los casos, respuestas que nacen de prejuicios ideológicos y del seguimiento de sus inercias, meras justificaciones pseudocientíficas para acabar legitimando la retirada de la custodia a uno de los dos padres -rutinariamente al padre varón-, custodia de la que ya gozaba de pleno derecho antes de la separación.

Es aquí donde interviene un cierto tipo de psicología que viene a ser utilizada como la coartada ideológica para argumentar "científicamente" la limitación de derechos filiales y parentales. Bien sabido es que la retirada de derechos al individuo debe venir justificada. Un camino puede ser la atribución de responsabilidad en un acto criminal. Otra vía, su incapacitación a través de un diagnóstico psicopatológico o, más ampliamente, pericial. La intervención psicológica no puede servir para justificar ideológicamente la supresión de derechos filiales y parentales argumentando la psicopatologización de los individuos. Dicha intervención no debe justificar que un niño no pueda disfrutar plenamente de sus dos progenitores y que algunas madres y, mayoritariamente, muchos padres, no puedan ejercer realmente como padres y madres de sus hijos.

Llegados a este punto, conviene recordar y afirmar dos derechos humanos fundamentales:

"el primero es que todo niño tiene el derecho intocable a tener, en el más completo y amplio sentido de la palabra, padre y madre.

" El segundo, que todo hombre, toda mujer, tiene el derecho de ser efectivamente el padre o la madre de sus hijos.

Sobre estas dos afirmaciones parecería haber, a priori, un amplio consenso, consenso que se expresa en convenios y tratados internacionales suscritos por nuestro propio país. No obstante, el análisis de la evidencia, de la realidad para miles y miles de niños y de sus progenitores, nos dice que estos dos derechos no sólo no son garantizados y amparados bajo el actual sistema de resolución de los conflictos familiares, en las separaciones y divorcios, sino que son sistemáticamente conculcados. La mala praxis psicológica tiene una gran responsabilidad en todo ello... (Ver más)

SE DIAGNOSTICA MALTRATO CONTRA UNA MENOR...
SE OMITE EL DIAGNÓSTICO Y SE RECOMIENDA LA CUSTODIA PARA QUIEN AGREDE Y ABUSA...
DICTÁMENES PERICIALES FAMILIARES Y ALARMA SOCIAL
MALTRATO INFANTIL INSTITUCIONAL
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