EDITORIAL

Un honor y una responsabilidad

Chocó 7 días, como siempre ha acontecido en los eventos electorales regionales, antici- pó a sus lectores cuales serían los resultados de los comicios del 26 de octubre pasado para la gobernación del departamento y la alcaldía de Quibdó. Los datos suministrados no fueron fruto de nuestra imaginación, ni producto de una querencia particular. Por el contrario, conocido el rigor de la metodología aplicada le dimos publicidad, confiados una vez más en que ellos correspondían a las tendencias predominantes, lo que se confirmó el 26 de octubre en las urnas.

No se trata de cobrar créditos, pero una vez más relievamos nuestro papel de simples orientadores y comentaristas –muy lejanos al activismo político– de la coyuntura electoral. Muy por el contrario, este medio se abstuvo de tomar partido en la contienda que acaba de culminar, y como es de su talante y estilo, sus columnistas manifestaron con libertad total sus opiniones al respecto.

Desde luego, Chocó 7 días, y especialmente su director y editor, tienen sus propias opiniones y así lo consignan en sus respectivas columnas editoriales y de comentarios.

Con respecto a quienes presentaron sus nombres a la gobernación del departamento y la alcaldía de Quibdó –pese a reservas– recomendamos a Julio Ibargüen hoy gobernador electo.

Casi que no tuvimos duda de que su elección era un hecho, aunque reconocemos que no sospechamos un registro de la magnitud que sobrepasa los 41 mil votos. Tanto mejor para el elegido que consciente de tamaño respaldo, acrece sus responsabilidad de gobernar con tino y eficacia en favor de las gentes de todos los niveles que en él depositaron su confianza, y de una región desposeída tradicionalmente de una buena administración de sus congruos recursos públicos.

Desde luego, no aspiramos con Ibargüen –como no lo hicimos con sus antecesores– nada diferente a gozar de un buen gobierno. En esta casa editorial, que acogió su aspiración a la gobernación desde hace años, registramos con favorable expectativa su elección, reiteramos la convocatoria a apoyarlo y a exigirle el mayor grado de responsabilidad en el desempeño de sus funciones.

Un honor y una responsabilidad al cual están llamados pocos ciudadanos. Confiamos en que Ibargüen Mosquera, proveniente de los estratos más humildes de nuestro pueblo humilde, deje una huella estelar en el despacho de la gobernación. Por conocer su trayectoria de hombre de bien, su formación y su lucha social, en él confiamos.

Ojalá y la clase política que contribuyó a elegirlo le deje margen de gobernabilidad y respete sus íntimos propósitos de acertar.

No solo podrían atentar contra esos buenos propósitos la clase política institucional. También los partidarios y amigos que mal entienden la importancia del logro obtenido por decisión popular en cabeza de uno de los suyos, y solo piensan en oportunidades revanchistas inconfesables.

A todas esas asechanzas hay que ponerles freno con honor y responsabilidad.