Chocó: malos manejos y una esperanza

Por Rafael Mario Palacios C.

En 1948 fue erigido a la categoría de departamento el territorio chocoano, en las mismas condiciones en que nace un niño sietemesino que necesita de cuidados especiales para poder desarrollarse.

La Intendencia del Chocó no reunía las condiciones económicas ni el número de habitantes, ni los ingresos requeridos por la ley para llegar a ser entidad departamental. Para subsanar en parte estas deficiencias el legislador, el crearlo, destinó diez millones de pesos anuales por un período de diez años con el propósito de contribuir con los gobernantes a crear la infraestructura que permitiera alcanzar su desarrollo.

Transcurrido el primer decenio nuestra clase dirigente política había fracasado porque el Chocó no mostraba signos de superación. Frente a este primer descalabro el gobierno nacional aumentó a cien millones los aportes y nuestros gobernantes volvieron a mostrar su incapacidad para enrutar nuestro terruño por las senda de prosperidad. No obstante, la nación ha venido haciendo significativos aportes que la corrupción y la politiquería de los gobernantes y dirigentes tradicionales han despilfarrado; y han acentuado aun más el desgobierno con la venta de los bienes del departamento.

Han transcurrido 56 años de malos manejos después de la creación del departamento. Dos generaciones de chocoanos sometidos a toda clase de limitaciones. Dos generaciones carentes de los más elementales bienes y servicios a que tiene derecho un ser humano para vivir dignamente. Por ninguna parte se asoma el desarrollo como resultante de la creación de empresas generadoras de empleo y fuentes de riqueza que eleven el nivel de vida de nuestra gente.

Por el contrario, cada día que transcurre la grave crisis política, económica y social se hace más insoportable y el departamento acelera más y más su fatal destino hacia el abismo de su desintegración por culpa de gobernantes antichocoanistas a quienes han importado más sus intereses personales, familiares o de grupos por encima de la suerte de toda la chocoanidad.

Afortunadamente ganó la gobernación Julio Ibargüen, un personaje conocido en nuestro medio y en el ámbito nacional como lúcido educador, fiel dirigente sindical, con manos limpias y honestidad a toda prueba, forjado en la universidad de la vida, posee los atributos que garantizan el manejo de la cosa pública con lujo de competencia que traerá como consecuencia la transformación positiva de nuestro departamento.

Pero hay que ser claros y sinceros. No podemos esperar que la recomposición del estado de postración en que se encuentra nuestro departamento se de ciento por ciento en el período de Julio Ibargüen. Es un proceso que se iniciará desarrollando programas con una meta fija a veinte años que culminará con el posicionamiento del Chocó a nivel nacional e internacional con el apoyo de organismos de este mismo orden.