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¿Por qué el cordobismo perdió en Lloró?

Por Wilson Machado O.

El domingo 26 de octubre de 2003 se disputaron codo a codo el principal cargo municipal de Lloró los señores Servelio Rentería Ledezma y Naffis Armando Palacios. El primero respaldado masivamente por el cordobismo, otras adhesiones y la maquinaria económica de la administración municipal. El segundo fue respaldado por una convergencia popular multipartidista (MIR, MLP, independientes, indígenas, etc.).

Terminados los escrutinios resultó ganador el joven Naffis Armando Palacios. Ante la estruendosa derrota cordobista, surgen muchos interrogantes: ¿Por qué perdió el candidato cordobista, siendo que estaba respaldado en un cien por ciento por la cúpula administrativa municipal?, ¿Será que el peso de la credencial del alcalde no se hizo sentir? ¿Será que se perdió porque no le pagaron a muchas personas sus órdenes de servicio? ¿ Será porque les adeudan varios meses de salario a los trabajadores? (Con hambre nadie trabaja) ¿Será que el pueblo los sancionó con el voto de castigo?

Definitivamente, se cometieron muchos errores de estrategia política, se actuó con soberbia y sin un cálculo frío de las realidades políticas. Se dejaron llevar por el solo hecho de tener el poder y no fueron capaces de colocar los pies sobre la tierra, sabiendo que las realidades eran otras. Por eso

el pueblo prefirió elegir a un candidato con ideas claras. Lo que da resultado, que en estas pasadas elecciones en Lloró, valieron más las ideas que el factor económico.

Ante esta derrota no hay que echarle la culpa a nadie, o decir frases como "tuvimos mala suerte" o "se nos comieron la plata". Nada de eso. Miremos más bien si de pronto se perdió por uno mismo. La canción del cantante puertorriqueño Tony Vega, titulada Uno Mismo muy bien lo dice:

Como locos damos vueltas, en la rueda de la vida. Sin siquiera darnos cuenta, que uno mismo es quien la gira. Uno mismo se enreda, uno mismo se ordena. Uno mismo se hunde, uno mismo se eleva. Uno mismo se encierra y se corta las alas. Uno mismo se cura, uno mismo se sana. Uno mismo se enciende o uno mismo se apaga.

Ahora tiene el nuevo alcalde electo y su equipo de colaboradores el gran reto de regir con responsabilidad los destinos administrativos del municipio, tarea que no es muy fácil (ojalá que lo dejen trabajar). Y tendrán que convocar al pueblo, a sus contradictores y rivales también, para que juntos intercambien ideas, formulen proyectos de desarrollo, en beneficio del pueblo lloroseño, porque Lloró es uno solo.

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