Responsabilidad de las "comisiones de empalme"

Las comisiones de empalme, creadas para el relevo en el manejo de las dependencias de la administración departamental, no deben ser un simple acto rutinario para salir del paso. Deben ser un proceso de mucha responsabilidad y respeto como que de ello se desprenden actos que pueden ser la continuidad del fracaso o el buen suceso de una administración, sobre la que recae mucha expectativa, y la misma suerte y prestigio de quien sea el gobernante.

Excepción, tranquila y feliz, cuando se trata de congéneres del mismo sector, cuando nada pasa. No hay gobernante que no aspire a que lo suceda un amigo político de su propia cosecha. La opinión pública se decepciona al pensar que se trata de los mismos con las mismas, ya que ha sido receptora por la difusión de la prensa hablada y

escrita, cuando se ha dicho tanto de los desafueros y torcidas maneras, que de cualquier forma debe ser sancionada. No hay quien no se choque e incomode –algunos se indignan– cuando se le investiga, pero es lo único que nos saca de la duda. Muchas veces la mentira repetida se vuelve verdad y la verdad se vuelve mentira.

Se dice que hay instituciones agonizantes que en plenos estertores logran pasar de una administración a otra. Ellas merecen seguir viviendo porque son representativas de la chocoanidad, su historia, su prestigio, así hayan sido maltratadas.

Hasta la pobreza hay que recibirla con dignidad porque es más grande el crimen cuando se le hiere y se ultraja con el desafuero. Miremos nada más