Empresas públicas de Quibdó deben indemnizar

Rafael Mario Palacios

El servicio de suministro de agua que prestan las Empresas Públicas de Quibdó (EPQ), además de ser insuficiente, por cuanto que no se presta sino unos minutos de algunos días, tiene un agravante consistente en que llega con un olor repugnante en un sector de la carrera tercera.

Y cuando queda en reposo deja un residuo de color ladrillo, negruzco a veces, características que nos llevan a la conclusión que el despreciado líquido recibido se encuentra contaminado, y como consecuencia puede ser una de las causas de graves enfermedades que se presentan con frecuencia en nuestro medio, o sea que está ocasionando perjuicios.

Es el servicio público más caro que se paga en el país, porque a los $24.000 que cobran como tarifa fija, por las ratos que la suministran, hay que adicionarle el costo de energía eléctrica, porque hasta para echársela a las tasas sanitarias es necesario hervirla previamente. Es del agua que llega a los hogares de donde deben tomarse las muestras para análisis que determinen la calidad.

Debido a que siempre hemos dispuesto del agua que nos suministran las lluvias, al igual que los ríos, poco se protesta por la escasez y mala calidad del agua del acueducto. Es preferible agua potable permanente antes que el tramo de malecón impuesto por el centralismo bogotano.

Los trabajadores de EPQ se encuentran en paro por el hecho de no habérseles cancelado sus salarios de varios meses. Los usuarios también debiéramos entrar en actitud de no pago de unos pésimos y perjudiciales servicios de agua por los cuales la empresa debería, más bien, indemnizar a los usuarios.

A propósito, ¿en qué terminaron las etapas A, B, C del acueducto de Quibdó? No se si unas tuberías que he visto en los barrios periféricos a ras de tierra, reventadas y a las que nunca ha llegado un litro de agua sean parte de esas etapas que constituyen una frustración más para esas comunidades. Parece haber sido el interés mayor el de favorecer a un contratista amigo que suministrar un buen servicio a la población.