EL CHOCÓ DE AYER

En la mañana de hoy conversamos unos momentos con los señores Otto Benz y Frank Keep, de nacionalidad alemana, quienes llegaron a esta ciudad con ánimo de trasladarse al río Baudó, para continuar en su empresa de cacería de caimanes.

Como es sabido, hace unos dos años se ofrecieron precios halagadores por las pieles de caimán, por casas americanas que las utilizan en la fabricación de carrieles para señoritas y en otros mil objetos y eso dio pie para que se formaran algunas compañías que han explotado el ramo de manera sorprendente.

Mister Otto Benz fue uno de los primeros que emprendió esa tarea, y de los resultados obtenidos se muestra muy satisfecho. Nos dice que en un principio la pesca de estos animales era demasiado fácil.

Con sólo la vista de la lámpara especial de cacería que se proyecta sobre los ojos del animal, en las horas de la noche, consentía a que el cazador se le acercara lo bastante para darle muerte a golpes de hacha. Hoy no sucede lo mismo; es necesario, además de encandilarlo, usar el arpón y luego las hachas. Y aunque el número de estas fieras es incontable, a contar de las bocas del río Atrato hasta unas veinte millas de distancia de esta ciudad, las fieras han "aprendido" mucho, y ya se hace bastante difícil darle cacería.

–¿Qué número de caimanes calcula usted, Míster Benz, que se hayan destruido por los cazadores?

–A ciencia cierta no puedo precisar. En estas labores se hallan empeñados muchos habitantes del Bajo Atrato, y mientras una parte trabaja, por ejemplo, en la ciénaga de Tadía, la otra se encuentra diseminada en las demás, que como usted sabe, son muchísimas. En la ciénaga del Limón, se mataban de 30 a 40 animales por noche, entre los individuos que trabajamos allí. Esto duró por varias semanas. En la llamada Honda, una de las más grandes del Atrato, se cazaron, también entre todos los que estábamos en cacería, algo más de 600.

–¿Y tiene algún dato sobre la exportación del año pasado?.

–Sí señor. Durante 1929 se exportaron, según los informes que he recibido de personas interesadas en este negocio, cerca de diez mil pieles. Y durante el mes de febrero último redondeo en 900.

Dimos un estrecho apretón a estos dos hombres de buena voluntad, que se dedican día y noche al trabajo, y les manifestamos nuestros agradecimientos por los datos que dejamos transcritos. Cronista

Acandí 18 75 00 93

Bagadó 10 212 35 257

Baudó 00 442 1 443

Carmen de (Ato) 107 32 12 151

Condoto 203 797 71 1071

Istmina 42 1616 147 1705

Nóvita 00 425 69 494

Quibdó 93 1187 173 1443

Riosucio 12 99 00 111

Sipí 00 34 52 86

Tadó 20 462 634 1116

Total 505 5381 830 7069

El Padre Miró. Hoy celebra su onomástico el Rdo. Párroco doctor José Miró. Sus amistades, que son numerosas, le han ofrecido varios agazajos. Nos congratulamos con el Padre Miró y le enviamos un saludo de felicitación.

Nombramientos. Para oficial de estadística de la auditoría seccional Chocó fue nombrado Erasmo Miller, y portero de la oficina Ricardo Valencia V.

Muy pronto tendremos el gusto de ver entre nosotros uno de los más claros valores intelectuales de que se enorgullece el Chocó: el señor doctor don Hernán Perea Quesada, el médico que ha sabido hacer de la noble profesión una bandera de aciertos y una gallarda carrera de abnegación.

En Medellín, en Venecia, en 'el troncal', en el túnel, por doquier ha sido llamado y requerido mientras otros médicos carecían de trabajo, el doctor Hernán Perea Quesada ha sentado y consolidado una fama que ya muchos se quisieran.

Primicias de nuestro adelanto, de nuestro surgimiento, son estos jóvenes doctores que ya vuelven a su tierra a luchar y a esforzarse por su bienestar. Son Luis Felipe Valencia, ingeniero meritísimo, crisol de virtudes ciudadanas y Hernán Perea Quesada, médico eminente. Que como ellos continúe regresando la falange que hoy descuella en todos los centros del país; que vengan todos a esta tierra nuestra, y unidos en abrazo cordial, sepamos imponernos, sepamos defender la herencia de los padres enseñando a la nación que somos ya un pueblo apto para todas las luchas y que es burda mentira que el Chocó carezca de hombres que la representen y la rijan. ¡Chocoanos; paso de vencedores que llegan nuestros hombres! Matías Bustamante Mesa, Quibdó.