Carretera Cartago-Nóvita, ¿una empresa de romanos?

Por Pedro Ariel Mosquera H.

Cansados de ver pasar los años, sin que se cristalice la añeja obra carreteable de Cartago–Nóvita, es preciso que el señor gobernador, a quien le cabe el alto honor de ser el hijo del Chocó más votado en toda su historia, tome una actitud dinámica con miras a finiquitarla porque la mayoría de sus antecesores han adoptado la postura pasiva de esperar que el Ministerio de Transporte incluya las partidas y licite los pocos kilómetros que faltan.

Se requiere determinar por qué no se ha culminado. En segundo lugar cuáles serían las estrategias para romper la incuria con que el Estado nos trata y nadie goza de mejor prestigio que el gobernador Julio Ibargüen para gestar las condiciones necesarias para que nos permita llegar a la meta, (tener la carretera en Nóvita).

La carretera Cartago–Nóvita es la ruta más corta desde el interior al Chocó: solo 120 kilómetros, contra 230 de Medellín–Quibdó y 180 entre Pereira–Tadó. Por lo tanto está llamada a ser la arteria principal que conduzca desde las principales ciudades colombianas hasta Tribugá o Puerto Meluk, amén de estas tierras estar dotadas de riqueza forestal, minera, agrícola e hídrica en toda la ribera del río Tamaná que el carreteable bordea.

No resulta entendible el criterio con que el Estado gasta el erario público, ya que constituye un verdadero descalabro económico y de la lógica que después de haber construido cien kilómetros con inversiones astronómicas, un Estado pobre y endeudado hasta el tálamo como el colombiano se pueda dar el lujo de no terminar los últimos 20 kilómetros sin mirar el inmenso lucro cesante que genera haber hecho una inversión de tal envergadura y en los últimos 25 años haberla abandonado como si nada hubiera pasado.

¿Qué inversionista privado procedería con el mismo criterio? Por eso estamos como estamos.

Nóvita merece una mejor suerte porque posee una de las más bonitas historias en el concierto de los municipios colombianos. Fue capitán del Chocó y ha sido el pueblo cuna de más presidentes de la República en Colombia, guardadas proporciones en relación con los habitantes. Holguín y Mallarino nacieron en su suelo y si la Nación persiste en su absurdo criterio de abandonar esta obra, es la única que se podría hacer con los aportes de los municipios beneficiarios de la misma o en su defecto por el departamento del Chocó, así sea consiguiendo la maquinaria en comodato.

Se debe entender que no hay cosas imposibles sino hombres incapaces y la carretera Cartago–Nóvita no es un propósito tan distante como una empresa de romanos.