EL CHOCÓ DE AYER

Condoto, abril 24 de 1930.

Doctores: Francisco J. Chaux, Eliseo Arango. Bogotá.

Como admiradores, amigos ustedes con viva complacencia enviámosle nuestra calurosa felicitación por merecida, honrosa designación hízoles poder ejecutivo al nombrarlos ministros industrias, educación pública, respectivamente, quedando así dignamente representado el Chocó en el gabinete, lo que motiva el entusiasmo, orgullo esta región que confiadamente espera sean siempre atinadas todas sus actuaciones en pro del bienestar, progreso y tranquilidad de la nación. Reciban nuestra congratulación efusiva nuestro saludo cordial.

Amigos: Daniel Mosquera, Antonio Posso C., Francisco Luis Guzmán O., C.A.P. de la Torre, Alipio A. Tello, Rodolfo Ortiz, Miguel A. Gómez, Manuel J. Guzmán, Eduardo Vélez, Horacio Vélez, José Manuel Restrepo R., Ibrahim Zúñiga, Ernesto Salazar, Manuel Flórez G., Jorge Salazar, Antonio Quintana A., Antonio Andrade, Rómulo Arce P., Román Ochoa, Clímaco Echeverry.

Bogotá, 29 de 1930.

Daniel Mosquera, Posso, Guzmanes, Flórez, Salazares, De la torre, Ortiz. Gómez, Restrepo, Zúñiga, Quintana, Andrade, Ochoa, Echeverry, demás amigos, Condoto. Cordialmente agradézcoles saludo. Espero órdenes amigo, coterráneo.

En la madrugada de ayer fue puesto un denuncio ante la policía por el señor Sandalio Blandón, sobre la pérdida que había tenido en su tienda de comercio ubicada en la calle quinta, diagonal al mercado de carnes.

Averiguado que fue el asunto por las autoridades policivas se pudo comprobar que la puerta de la tienda había sido abierta y había desaparecido un baúl en que guardaba dinero y papeles por valor aproximado de ochocientos pesos y una buena cantidad de anisado que contenía una cántara y una botella.

Las pesquisas desplegadas dieron por resultado el hallazgo del baúl a menos de cincuenta pasos del sitio de la tienda, con todos los papeles que en vales por cobrar representaban la mayor cantidad, menos la cantidad metálica que según el decir del señor Blandón llegaba a cincuenta pesos. El asunto está en manos de la prefectura provincial y como sindicados de este delito han sido arrestados Juan de Dios Martínez y Nicomedes Cuesta. La investigación continúa con toda actividad y se espera dar toda luz al asunto para la identificación precisa del autor del delito.

Me preguntas que si me parece justo que muchos de los hijos del Chocó permanezcan mudos ante el empuje avasallador de las compañías extranjeras que explotan las riquezas de la región sin provecho positivo para la misma región.

Te diré que no. Porque ¿cómo puede admitirse como buena la invasión de ciertos de extranjeros a mi suelo chocoano si aún mana sangre la amputación vergonzosa de Panamá? ¿Cómo ver –por ejemplo– en el rudo norteamericano un amigo si ese hombre hace parte de esa nación que comandada por el atrevimiento y la fuerza hizo de Nicaragua un franco protectorado? ¿Cómo tener un amigo en un hombre del setentrión, si con la misma maña que tiene en el Chocó entró a Santo Domingo? ¿Cómo permitir que en esta etapa de libertad y de energía se repita en Colombia la historia de la república de Liberia? ¿No sé por ventura cómo se apoderó los Estados Unidos, de Haití? ¿No fue ayer por el azúcar en Cuba –como mañana por el platino en el Chocó– como se apoderó el extranjero en la tierra de Martí? ¿Cómo ver con satisfacción pisotear las creencias de un pueblo por un extranjero villano y corrompido? ¿Cómo no contraérseme la cara ante las vejaciones de que son objeto nuestros hermanos por parte de las tales compañías? Además ¿cómo admitir esas compañías que nada hacen por el bien del Chocó? ¿Cómo resignarse a ver salir nuestras riquezas y quedarse contento esperando a que nuevos conquistadores vengan con nuevas arterias a marcarnos –ya que éstos no quieren hacerlo– con el herrete del esclavo? ¿Cómo no azotar las espaldas a los amos de ultramar que vienen doblegando la cerviz ante los naturales, cargados de ignominias, faltos de carácter, sin delicadezas, muchos sin honradez, llenos de audacia, deslumbrados por el oro de nuestras montañas pródigas y que después esgrimen –contra la patria que los alberga– las armas más bajas tales como el insulto y la calumnia? ¿Cómo hacer pacto con el extranjero que trata de hacernos reconocer su bandera?

No veo como. Sin embargo ese afán de sumisión del pueblo chocoano permite todo eso y trata de hacer callar a la juventud; a esta nueva generación revolucionaria como lo dijo Guillermo Rivas cuyo credo es su independencia y que va a la conquista del ideal fatigando con su pluma y con sus hechos a los falsos apóstoles y trata de arrojar del templo de la patria chica a los inicuos mercaderes. Pero la nueva hora ha llegado. Preparémonos.

Por las orillas de la quebrada de La Yesca, continúa la construcción de casas, no sabemos si con el consentimiento de la autoridad, o con la sola voluntad del edificante. Pero en todo caso con notorio perjuicio para el baño mejor que tiene Quibdó. El desmonte de las orillas ha dado por resultado que el caudal de las cristalinas aguas disminuya, de tal manera, que si no se toman las debidas providencias, es seguro que dentro de unos años dejará de existir este atractivo baño, que tan buenas impresiones deja en los que nos visitan y para los nativos se hace indispensable.