NOTICIAS DEL SAN JUAN

Por Elacio Murillo M.

Sorpresivamente el alcalde municipal de Istmina, Julio Enrique Salcedo Hurtado, dio a conocer un acto administrativo, materializado en la resolución N° 0338 de julio 12, mediante la cual encarga al abogado Jeremías Castillo Hurtado de la gerencia del hospital Eduardo Santos de Istmina, en reemplazo de la médica Yali Magali Aguilar, quien venía encargada de dicha gerencia desde el mes de enero de este año.

Lo insólito del caso es que el actual encargado de ese importante establecimiento hospitalario tiene su trabajo de tiempo completo como secretario general y de gobierno, quizás la cartera de mayor ajetreo en la administración municipal de Istmina. La gente pregunta, ¿de dónde va a sacar tiempo ese servidor público para atender dos asuntos de tanta complejidad?

Dentro de la participación política en la administración municipal de Istmina, al glorioso partido conservador le correspondió la secretaría de desarrollo comunitario, que atiende la educación y la salud local, siendo escogido para el cargo el abogado Jorge Caicedo Jordán.

Pero transcurridos los primeros seis meses de gobierno no hubo entendimiento entre el secretario y el alcalde. Obviamente, el primero renunció dejando acéfalo el cargo, el cual hasta la fecha no ha sido llenado, a pesar de que la dirigencia de ese partido dio por escrito su candidato, pero en el mismo el burgomaestre quiere ahora a una mujer. El conservatismo le responde que la coloque en otra cartera y el cargo sigue sin secretario o secretaria.

El pasado 12 de julio en la noche, el agente de la policía Gonzalo Ferrer Mosquera fue sorprendido por el demente Juan José Mosquera Mosquera, quien, además de desarmarlo, le propinó dos machetazos en un brazo, viéndose obligado otro agente a dispararle con su arma de dotación en tres oportunidades. Tanto el ciudadano demente como el agente fueron trasladados de urgencia al hospital San Francisco de Asís de Quibdó. Después de ocurrido el insuceso, el comentario popular es que las autoridades competentes deben ejercer sus buenos oficios para que este sujeto sea trasladado una clínica para dementes, a afecto de que pueda superar esa penosa enfermedad, que lo hace inimputable en los hechos que cometa en la comunidad.

La carretera a Nóvita sí tiene doliente, porque el alcalde León Fabio Hurtado se puso las pilas y con la maquinaria del municipio ordenó su mantenimiento, colocándola en muy buenas condiciones. Tanto los transportadores que frecuentan esa vía con sus vehículos, como las personas que los utilizan diariamente, comentan satisfechos las buenas condiciones de la carretera y sólo le piden al mandatario local, que no la deje deteriorar como estaba antes, parecida a la de Istmina-Ánimas, que aún continúa en pésimas condiciones y no hay nadie que la mejore.