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Principales
productos:
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IMPRIMACIONES
-Imprimaciones de alto contenido en sólidos: para
grandes rellenos o como imprimación.
-Imprimaciones para Aluminio y acero: de muy buen lijado y gran poder de
relleno.
-Aparejos acrílicos de 2 componentes de secado rápido.
-Aparejos de dos componentes de muy alto espesor para acero y aluminio.
-Aparejos especiales de dos componentes de secado rápido y húmedo sobre
húmedo, con una buena resistencia a la corrosión.
-Aparejos transparentes de buena impenetrabilidad para aislar superficies
con problemas
PINTURAS DE ACABADO: ACRILICAS 2 COMPONENTES Y BASE AGUA.
-Colores sólidos monocapa
-Monocapa metalizados
-Fondos bicapa
* Fondo Metalizado.
* Perlado Bicapa.
* Perlado Tricapa.
* Fondo Color Sólido.
OTROS: Disolventes,
endurecedores, Barnices, Barnices para difuminar... |
Propiedades de las Pinturas
La
película de pintura que cubre la carrocería del vehículo debe cumplir,
básicamente, dos funciones: una estética y otra protectora. Esta segunda
propiedad está avalada por la composición de los productos utilizados y por
los sistemas de aplicación y secado. En el proceso de fabricación, el
constructor de automóviles exige que la pintura posea unas propiedades
determinadas: color, brillo, dureza, elasticidad, resistencia al rayado,
etc. Dichas propiedades quedan garantizadas a través de los ensayos de
homologación que los fabricantes de turismos solicitan a los fabricantes de
pintura. Los ensayos para determinar y cuantificar estas propiedades
consisten en la realización de pruebas normalizadas y controladas, que
certifican que las piezas alcanzan los estándares exigidos. Estas pruebas
precisan una metodología concreta en cuanto a equipos e instrumentos, tipo
de muestras (probetas), etapas, resultado y conclusiones. Las normas UNE,
ISO, DIN, ASTM, etc., publicadas tanto por entidades oficiales como
privadas, marcan las pautas de ensayo. En el proceso de repintado, la
pintura debe seguir garantizando esas propiedades. Por ello, los fabricantes
de pintura investigan continuamente sobre las composiciones y procesos de
aplicación más adecuados. Así, homologan nuevamente los productos de
aplicación utilizados en el repintado, que han de continuar asegurando, en
todo momento, las mismas características que las pinturas originales.
Algunas de las propiedades de la pintura de los automóviles se manifiestan
tan pronto como se ha secado completamente la superficie; otras se pueden
establecer cuando dicha capa está aún húmeda.
Color
La pintura es
un producto pigmentado que, al aplicarse sobre un sustrato, forma una
película opaca con propiedades protectoras y estéticas. De estas últimas, el
color es la más importante. La industria maneja multitud de colores de
pintura que se elaboran según patrones preestablecidos, con unos tintes
básicos, que se mezclan en cantidades exactas para obtener el color deseado.
Una inspección visual es lo bastante precisa para verificar si un color
iguala por comparación, actuando el ojo como un colorímetro. El problema
surge por las circunstancias cambiantes de las personas para expresar con
datos objetivos lo que ven y observan. Por eso, para especificar los colores
y las tolerancias en su variación, se emplean espectrofotómetros, equipos
basados en fórmulas matemáticas, que incorporan programas informáticos con
las coordenadas de los colores y los tintes básicos que los forman. Tras la
lectura de un color, el equipo no sólo indica su gráfica, sino también su
formulación para que pueda ser elaborado de forma fiable.
Brillo
Es la propiedad óptica de una
superficie de reflejar la luz especularmente. Una superficie con acabado
brillante puede indicar la buena formación de la película de pintura. Una de
las pruebas que se realizan sobre el brillo consiste en comparar visualmente
una superficie pintada con una muestra tipo, observando la reflexión del
rayo luminoso y la formación de la imagen en la superficie. Este método
tiene el inconveniente de no aportar una valoración numérica. Cuando se
desea un valor cuantificable, se utiliza el brillómetro, equipo que compara
la superficie a medir con un patrón, aplicando un haz de luz normalizado
sobre una superficie plana con un ángulo preestablecido (generalmente 20, 60
ó 85º), asignando un valor porcentual. Para definir el grado de brillo de
una película de pintura seca se emplean diferentes términos. Los más usuales
y sus valores generalmente aceptados son:
Opacidad
La opacidad o
poder cubriente es la propiedad de una pintura de ocultar uniformemente las
diferencias de color de un fondo. Se consigue totalmente cuando la película
de pintura (recién aplicada o seca) no deja pasar la luz a través de ella.
Los ensayos de opacidad se realizan sobre cartulinas de contraste
(blanco-negro) normalizadas, con el fi n de observar y establecer durante la
aplicación el momento en el cual la relación de contraste es nula (momento
de opacidad). El sistema de pintura HS posee un mayor poder cubriente que el
sistema convencional. Esto se traduce en un menor número de manos de color y
en una cantidad inferior de producto.
Espesor
Cada tipo de pintura, dependiendo de
su naturaleza, proporciona un espesor concreto de película, tanto en
húmedo como en seco. Por esto, es necesario cumplir las especificaciones
técnicas facilitadas por los fabricantes de pintura, en cuanto a dilución,
viscosidad, número de manos de aplicación, etc. Por lo general, si la capa
es superior a la recomendada aumenta el consumo y el riesgo de defectos en
el proceso de secado. Por el contrario, si la capa de pintura es inferior,
se corre el riesgo de que el poder cubriente y el brillo no sean
satisfactorios. En ambos casos, afecta a la flexibilidad y a la dureza.
Los micrómetros se utilizan para comprobar el espesor de la película de
pintura seca. Existen varios tipos de estos medidores, pero los más
utilizados son los magnéticos y los electrónicos. Los primeros consisten
en un imán y un resorte que trabaja en sentido contrario; cuando el
espesor es pequeño, el imán ofrece más atracción y, si por el contrario,
el espesor es grande, la atracción se reduce. Los electrónicos, basados en
el mismo principio, son los medidores más fiables y cómodos.
Dureza
La dureza de
una película se determina por su resistencia ante acciones mecánicas, como
penetraciones o rayados. Existen distintos equipos e instrumentos para
determinar la resistencia al rayado superficial del esmalte, barniz, etc.
Los más extendidos son:
Durómetro:
Consiste
en una varilla que termina en una bola de 0,75 mm de diámetro, que es
empujada sobre la superficie a ensayar por un resorte, con mecanismo de
regulación de presión. La norma exige que el desplazamiento del
instrumento se realice durante un segundo, en una longitud de 10 mm.
Durómetro
de lápices: Este ensayo se realiza con un juego de lápices, cuya
dureza varía desde el más blando (6B) hasta el más duro (6H). Comenzando
por los más duros, se deslizan sobre la película con un peso definido.
La penetración de la punta, de una determinada dureza, define la
resistencia al rayado de la película.
Adherencia
Es la fuerza de enlace existente
entre una película seca y el sustrato sobre el que se encuentra aplicada.
El método más común para determinar el grado de adherencia es el ensayo de
corte enrejado. Consiste en realizar, sobre la superficie seca, dos cortes
cruzados y perpendiculares, con un útil que incorpora una cuchilla
especial con seis fi los. Se forma así un enrejado de 25 cuadros.
Posteriormente, se cepilla la cuadrícula y se observa si se han producido
desconchados en los ángulos. El ensayo se puede hacer aún más riguroso,
recubriendo la cuadrícula con una cinta autoadhesiva y después
desprendiéndola con un movimiento rápido. Dependiendo del comportamiento
de los cortes, se establece una clasificación entre 0 y 4. El "0" se
asigna a cortes perfectos, sin ningún desprendimiento y el "4" a
desprendimientos de película superiores al 35% del área cuadriculada.
Flexibilidad
La flexibilidad es la aptitud de una
película seca para adaptarse a las deformaciones de un sustrato, sin
sufrir fisuras, cuarteamientos o desprendimientos. El ensayo de
resistencia, que se realiza con un impactómetro, es un método que
determina la aptitud de los recubrimientos o deformaciones mecánicas
producidas por un golpe. El instrumento se forma con una base metálica
horizontal, que mantiene la probeta y un cilindro vertical hueco, dentro
del cual un peso puede deslizarse hacia arriba y hacia abajo. La prueba
consiste en la caída libre, desde una altura especificada, de un peso
provisto de un cabezal esférico, al que se le adaptan unas puntas, de
diámetro y masa variable, que inciden sobre la superficie a ensayar. Las
pruebas de impacto directo se realizan sobre la cara pintada de la probeta
e indican la flexibilidad y la adherencia. Las pruebas por la cara
posterior (impacto indirecto) muestran la capacidad del recubrimiento para
estirarse alrededor de la abolladura producida por el impacto del peso
sobre el panel. Cuando el ensayo se realiza con bases y puntas de
diferentes diámetros y se varía la altura de la masa de impacto, se puede
establecer el resultado en un diagrama de ejes de coordenadas. El eje de
abcisas corresponde a las bases y a las puntas y el eje de ordenadas
corresponde a las distintas alturas de impacto. La gráfica delimitará la
zona de elasticidad y la de rotura del recubrimiento ensayado.
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Del disolvente al agua
Actualmente,
el cambio a la pintura al agua supone sólo la sustitución del color bicapa
al disolvente por el de base acuosa. No obstante, los fabricantes están
desarrollando productos hidrosolubles en otros campos como los aparejos, las
imprimaciones o los barnices, que en un futuro próximo se utilizarán en los
procesos de reparación.
Los procesos de pintado con pintura al agua
no conllevan modificaciones significativas, ya que los fabricantes buscan
similitud con los de las pinturas al disolvente. La aplicación de esta
pintura al agua sí requiere ciertas transformaciones en cuanto a equipos,
productos e instalaciones y, en definitiva, a la infraestructura necesaria.
Equipos,
productos e instalaciones
La
primera diferencia está en la utilización del agua en lugar del disolvente.
La mayoría de las marcas recomiendan sus propios diluyentes de agua
desionizada o desmineralizada.
Partiendo de las
operaciones básicas de preparación, puede comprobarse que el cambio al agua
no precisa de grandes renovaciones. Así, para el lijado, son aptas las
mismas máquinas y los mismos discos. En el caso de la limpieza y
desengrasado, sí son necesarios nuevos productos compatibles con las
pinturas al agua. A la hora de enmascarar, es necesario verificar que el
papel, la cinta y demás útiles sean resistentes al agua, aunque la mayoría
de los productos ya son adecuados para los dos tipos de pinturas, al agua y
al disolvente.
En los equipos
aerográficos tampoco hay que realizar inversiones, ya que las pistolas
aerográficas convencionales pueden aplicar perfectamente pintura con base al
agua. Sin embargo, se aconseja disponer de pistolas de última generación,
fabricadas en acero inoxidable, aptas tanto para la pintura al disolvente
como al agua. Es recomendable que sean de alto coeficiente de transferencia
(HVLP, HIGH TEC, GEO, etc.) para conseguir un rendimiento y una calidad de
acabado superiores.
La primera de las
modificaciones sustanciales que hay que acometer se produce en lo referente
a la limpieza de los equipos de pintado. Es necesaria una máquina lavadora
adicional para la pintura al agua, que precisa soluciones o limpiadores
acuosos, así como, si se desea, coaguladores o separadores para el
tratamiento de los residuos.
En el secado, las
cabinas no suponen ningún problema, pues actualmente todas están preparadas
para soportar el agua liberada al aplicar pinturas hidrosolubles, sin que
surjan problemas de corrosión en la cabina ni en los sistemas de
ventilación.
Respecto a los
equipos infrarrojos, todos son aptos para secar la pintura al agua y al
disolvente. Únicamente, con el fin de conseguir una reducción en los tiempos
de evaporación o secado, que pueden ser superiores a los de las pinturas al
disolvente, se puede utilizar sistemas de secado combinado (aireación más
infrarrojos), o equipos de ventilación, bien fijos o manuales. Todos ellos
acortan los tiempos de secado entre manos y durante el secado de la pintura
al agua.
En cuanto a las
instalaciones, las zonas de preparación, la de mezclas o la de limpieza de
equipos no han de reformarse, pero existe un requerimiento para la máquina
de mezclas, que debe ubicarse en un lugar fresco y ventilado, con una
temperatura comprendida entre 5 y 45º C. Algunos fabricantes de pintura
incorporan sistemas de calefacción que mantienen los productos a una
temperatura constante, en torno a los 20ºC. De no ser así, la pintura podría
sufrir alteraciones en su composición que afectarían a su calidad y
acelerarían la caducidad del producto.
Medidas
de seguridad e higiene
La utilización
de las pinturas de base acuosa no debe suponer una reducción de las medidas
de seguridad e higiene en el taller. Aunque una de las razones de la
sustitución de las pinturas al disolvente por las pinturas al agua es la
eliminación o reducción de atmósferas nocivas para los operarios, es
necesario seguir utilizando guantes, monos de trabajo, mascarillas de
vapores y gafas, pues la pintura al agua no implica la desaparición de los
disolventes, sino sólo una reducción de sus concentraciones. Así mismo,
habrán de conservarse todas las medidas preventivas de las instalaciones:
mantenimiento de filtros, sistemas de aspiración adecuados, ambientes
limpios de trabajo y, como nueva tarea, la gestión y el tratamiento
específico de los residuos, separados del resto de las pinturas al
disolvente.
Con las pautas que se han ido describiendo, es factible conseguir la
adaptación de las instalaciones y de los procesos de pintado a las nuevas
pinturas al agua.
Así, junto al cumplimiento de la venidera legislación, certificando que el
trabajo se realiza en unas condiciones menos agresivas, queda garantizada la
buena calidad de los acabados sin menoscabo del alto rendimiento del
taller. |
Pintado del aluminio
Las
superficies de aluminio presentan mayores problemas de adherencia para el
pintado que las de acero. Sobre la superficie del aluminio se forma una
película de óxido que la protege de la corrosión, y es precisamente esa
película la que le resta adherencia. Esta dificultad se puede solucionar
insistiendo en dos operaciones:
Una
limpieza exhaustiva, que elimine las posibles impurezas que se encuentren
en la superficie.
La aplicación de un proceso de fondos
adecuado con productos que ofrezcan un buen sustrato, que proteja y
proporcione la suficiente adherencia a las pinturas de acabado.
En cuanto a la
aplicación de fondos, se tendrá la precaución de utilizar productos
compatibles con el aluminio y seguir siempre los procesos que recomiendan
los fabricantes.
Masillas
En aquellas reparaciones en las que
sea necesaria la aplicación de masillas, se pueden utilizar masillas
polifuncionales, o las convencionales de poliéster.
Las masillas polifuncionales son muy versátiles. Se pueden emplear sobre
cualquier tipo de soporte metálico, incluyendo superficies difíciles como
galvanizado, electrocincado, acero inoxidable, fibra de vidrio y, por
supuesto, aluminio. Antes de aplicarlas, se debe lijar la superficie con
grano P100 a P220, según recomiende el fabricante.
Si se utiliza una masilla de poliéster de tipo convencional, es necesario
aplicar previamente sobre la superficie imprimaciones epoxi que proporcionen
la adherencia adecuada, en lugar de las fosfatantes.
En cualquier caso, antes de la capa de acabado, se debe aplicar siempre un
aparejo sobre las masillas, evitando de esta forma la posible aparición de
defectos de pintado en forma de rechupados.
Imprimaciones
En general,
las imprimaciones se utilizan para ofrecer una buena adherencia al resto de
los productos de pintura y proporcionar la protección adecuada frente a la
corrosión. En el caso del aluminio, la imprimación se emplea
fundamentalmente para facilitar la adherencia, ya que el óxido del propio
aluminio proporciona la protección adecuada contra la corrosión.
En un proceso de pintado de piezas de aluminio se pueden utilizar dos tipos
de imprimaciones: las de tipo fosfatante y las de tipo epoxi.
Las imprimaciones fosfatantes realizan una acción protectora, consiguiendo
además un perfecto anclaje de las capas posteriores de pintura. Están
especialmente indicadas para chapas de acero, acero cincado, acero
inoxidable y aluminio. Si bien no pueden emplearse masillas sobre este tipo
de imprimaciones, sí pueden ser repintadas con aparejos.
Las imprimaciones epoxi proporcionan una buena adhesión, incluso mejor que
las anteriores, sobre superficies de acero, acero cincado, acero inoxidable
y aluminio. Presentan una excelente resistencia a la corrosión, pero
requieren una buena preparación de la superficie, mediante un lijando con
abrasivo y un desengrasado con diluyentes de limpieza específicos. Sobre las
imprimaciones epoxi, se puede aplicar cualquier otro producto, incluidas las
masillas de poliéster.
La imprimación será preferentemente de naturaleza epoxi si se necesita
aplicar una masilla. Este tipo de imprimaciones proporcionará un buen
anclaje sobre el aluminio. Las imprimaciones fosfatantes se utilizarán
solamente sobre superficies que no requieran la aplicación de masilla. Sin
embargo, no ofrecen tan buena adherencia como las de naturaleza epoxi. Si se
utiliza imprimación fosfatante, será imprescindible lijar adecuadamente la
superficie.
Recomendaciones de pintado
Debido a que el aluminio sufre una
gran deformación si se le somete a un incremento de temperatura, las
operaciones de lijado han de realizarse con sumo cuidado, evitando que el
metal se recaliente. Por este motivo, se utilizarán abrasivos con un
número de grano fino, sin insistir en la misma zona durante mucho tiempo.
En cuanto al empleo de secadores por infrarrojos, el aluminio se comporta
de una forma diferente al acero, siendo necesario aumentar ligeramente los
tiempos de secado, reducir la distancia, o ambos. En cualquier caso, habrá
que remitirse a la información del fabricante.
Procesos de trabajo
Pieza nueva
Las piezas
nuevas con protección, sin daño, seguirán el proceso de pintado habitual
para piezas de acero.
En ocasiones, las piezas de aluminio vienen desnudas, con aluminio visto.
En tal caso, es recomendable aplicar una imprimación epoxi que proporcione
adherencia al resto de los productos que se vayan a aplicar
posteriormente.
Repintado superficial
En el
pintado superficial no existe ninguna diferencia con respecto al pintado
de piezas de acero, puesto que no es necesaria la reposición de fondos y
tan solo será preciso aplicar pinturas de acabado, con la siguiente
secuencia:
Limpieza
y desengrasado.
Lijado.
Limpieza y desengrasado.
Enmascarado.
Aplicación de pinturas de acabado.
Pieza
reparada
Este tipo de reparación precisa la
reposición de fondos. Antes de pasar a la zona de pintura, se habrá
eliminado la pintura con discos de baja abrasión y realizado una reparación
adecuada, sin dejar marcas ni signos de tensión.
El proceso comienza con una limpieza y desengrasado, en profundidad, para
evitar que queden impurezas sobre la zona en la que el aluminio queda a la
vista.
Se realizará un lijado de bordes, con el fin de rebajar el escalón existente
entre la pintura original y el aluminio. Este lijado se llevará a cabo con
lijadora excéntrico-rotativa con grano entre P80 y P220, dependiendo del
daño.
Después, se efectuará una nueva limpieza y desengrasado de la superficie con
disolvente desengrasante.
La diferencia con respecto al proceso utilizado para pintar piezas de acero
se centra en que se aplicará imprimación epoxi de dos componentes sobre la
parte descubierta de aluminio, antes de aplicar la masilla. Una vez seca la
imprimación, se rellenarán las imperfecciones existentes con masilla de
poliéster de dos componentes.
La masilla requiere un tiempo de secado de unos 20 minutos, a 20ºC. Después,
se lijará en seco a máquina con grano de lija P100, seguido de P120 y P150,
terminando con P220.
Luego, se realizará un mateado del brillo del resto de la superficie con
máquina excéntrico-rotativa, con grano P400, seguido de la utilización de
una almohadilla abrasiva, tipo Scotch Brite.
Tras una nueva limpieza y desengrasado, se aplicará imprimación para aislar
y proporcionar adherencia en aquellas zonas en las que aparezca aluminio
descubierto durante el lijado.
Después del tiempo de evaporación, se recubrirá y sellará la zona
enmasillada con aparejo. Tras su secado, se lijará con máquina
excéntrico-rotativa y grano P320, afinando con P400 para acabados monocapas
y P500 para bicapas.
Una vez finalizada la aplicación de fondos, se procederá a la aplicación de
pinturas de acabado, del mismo modo que se realiza con piezas de acero. De
hecho, la fórmula de color será la misma que si se tratase de piezas de
acero, sin necesidad de añadir ningún tipo de producto.
Como se ha observado, el hecho de que las piezas sean de aluminio no
presenta ningún inconveniente para su pintado, siempre que se utilicen de
forma adecuada los productos y procesos que recomiendan los fabricantes de
pintura. |
Pintado de Plásticos
Cuando empleamos el
término “plástico”, en realidad nos estamos refiriendo a una gran familia de
materiales, que pueden presentar propiedades muy diferentes. A pesar de ello
y si nos centramos en la “pintabilidad” del material, podemos encontrar
comportamientos muy semejantes en todos los plásticos que habitualmente se
emplean en las carrocerías.
El primer problema que puede presentar el pintado de piezas de plástico es
la sensibilidad al contacto con disolventes orgánicos, que son componentes
habituales de las pinturas y demás productos empleados en los procesos de
pintado, sobre todo limpiadores o desengrasantes, que de forma más directa
van a entrar en contacto con las superficies a pintar. Pero es
principalmente la dificultad para la adherencia de las pinturas sobre la
mayoría de los plásticos, el escollo que principalmente ha de superarse para
conseguir un correcto anclaje de la pintura sobre el material base. Por otra
parte, es un principio fundamental de cualquier proceso de pintado, que la
película de pintura tenga al menos, la misma flexibilidad que la pieza
pintada, porque en otro caso, se producirá el resquebrajamiento de la
pintura, siendo incluso origen del posible deterioro de la propia pieza por
reducción de resistencia al impacto, por lo cual, las pinturas que se
empleen para el pintado de piezas de plástico deberán estar adaptadas a la
flexibilidad de las piezas.
Fundamentos del pintado de plásticos en el taller
Para solventar la especial problemática del pintado de los plásticos en los
talleres de reparación, los fabricantes de pintura ponen a disposición del
mismo una serie de productos específicos para ello:
Disolventes limpiadores o desengrasantes para plásticos, indicados para la
limpieza de las superficies plásticas a pintar. La principal propiedad de
estos limpiadores es que no contienen en su formulación ningún componente
que pueda deteriorar los plásticos, aunque adicionalmente, también puedan
tener propiedades antiestáticas, lo cual mejora el proceso de limpieza, dado
que éste se realiza mediante la fricción con trapos embebidos en el
limpiador, lo que puede ocasionar la carga de electricidad estática en la
pieza, al ser los plásticos malos conductores de la electricidad. Esta
electricidad estática atrae el polvo atmosférico hacia la pieza a pintar, lo
cual no es nada positivo para conseguir un buen acabado de pintura libre de
partículas ocluidas en la pintura.
Imprimación específica para plásticos.
Para romper esa dificultad intrínseca de los plásticos a que las pinturas
adhieran sobre los mismos, los fabricantes de pintura para el taller han
desarrollado imprimaciones diseñadas para potenciar la adherencia. Las
imprimaciones así diseñadas pueden ser de características muy variadas,
desde productos específicos para un tipo de plástico concreto, hasta
imprimaciones que pueden emplearse como promotor de adherencia en todos, o
casi todos, los plásticos que se emplean en automoción. Aplicada la
imprimación promotora de adherencia, la pieza podrá recibir con garantía las
siguientes capas de pintura del proceso.
Aditivo elastificante.
Una vez limpia la pieza de plástico y aplicada la imprimación promotora,
sólo restará continuar con las siguientes capas de pintura, en general, un
aparejo o sellante, seguido de las pinturas de acabado, monocapas o bicapas.
El problema estriba en que estas pinturas están diseñadas, en principio,
para el pintado de las piezas de acero, más rígidas que la mayoría de las
piezas de plástico, por lo que se hace necesario el empleo de aditivos que
modifiquen la flexibilidad final de aparejos y pinturas, de modo que se
adapte la elasticidad de la película de pintura según las características de
la pieza a pintar.
Principales premisas a tener en cuenta para el pintado de plásticos
Todas las fases de pintado de piezas de plástico podemos considerarlas como
críticas, comenzando por la preparación de la pieza: la limpieza es
fundamental, por ello debe ponerse especial cuidado en la misma. En muchas
de las ocasiones en que se produce un defectuoso pintado de piezas de
plástico, éste tiene su origen en una limpieza insuficiente. En piezas
nuevas debe tenerse en cuenta, además, la presencia de los desmoldeantes
empleados en su fabricación que deberán ser completamente eliminados, para
que no ejerzan su efecto “antiadherente” con la pintura, poniendo especial
atención en las piezas de plásticos espumados, que retienen las ceras
desmoldeantes en el interior de su estructura esponjosa.
La imprimación para plásticos debe emplearse según las especificaciones
indicadas por el fabricante de la misma, aplicando cada una al tipo o tipos
de plásticos para los que esté diseñada, prosiguiendo el proceso de pintado
con la posterior capa de pintura, dentro del margen de tiempo de activación
marcado en la ficha técnica del producto.
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