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Pinturas

Principales productos:


 

IMPRIMACIONES

-Imprimaciones de alto contenido en sólidos: para grandes rellenos o como imprimación.
-Imprimaciones para Aluminio y acero: de muy buen lijado y gran poder de relleno.
-Aparejos acrílicos de 2 componentes de secado rápido.
-Aparejos de dos componentes de muy alto espesor para acero y aluminio.
-Aparejos especiales de dos componentes de secado rápido y húmedo sobre húmedo, con una buena resistencia a la corrosión.
-Aparejos transparentes de buena impenetrabilidad para aislar superficies con problemas

 

PINTURAS DE ACABADO: ACRILICAS 2 COMPONENTES Y BASE AGUA.

-Colores sólidos monocapa
-Monocapa metalizados
-Fondos bicapa
* Fondo Metalizado.
* Perlado Bicapa.
* Perlado Tricapa.
* Fondo Color Sólido.

OTROS: Disolventes, endurecedores, Barnices, Barnices para difuminar...

Propiedades de las Pinturas

La película de pintura que cubre la carrocería del vehículo debe cumplir, básicamente, dos funciones: una estética y otra protectora. Esta segunda propiedad está avalada por la composición de los productos utilizados y por los sistemas de aplicación y secado. En el proceso de fabricación, el constructor de automóviles exige que la pintura posea unas propiedades determinadas: color, brillo, dureza, elasticidad, resistencia al rayado, etc. Dichas propiedades quedan garantizadas a través de los ensayos de homologación que los fabricantes de turismos solicitan a los fabricantes de pintura. Los ensayos para determinar y cuantificar estas propiedades consisten en la realización de pruebas normalizadas y controladas, que certifican que las piezas alcanzan los estándares exigidos. Estas pruebas precisan una metodología concreta en cuanto a equipos e instrumentos, tipo de muestras (probetas), etapas, resultado y conclusiones. Las normas UNE, ISO, DIN, ASTM, etc., publicadas tanto por entidades oficiales como privadas, marcan las pautas de ensayo. En el proceso de repintado, la pintura debe seguir garantizando esas propiedades. Por ello, los fabricantes de pintura investigan continuamente sobre las composiciones y procesos de aplicación más adecuados. Así, homologan nuevamente los productos de aplicación utilizados en el repintado, que han de continuar asegurando, en todo momento, las mismas características que las pinturas originales. Algunas de las propiedades de la pintura de los automóviles se manifiestan tan pronto como se ha secado completamente la superficie; otras se pueden establecer cuando dicha capa está aún húmeda.

Color
La pintura es un producto pigmentado que, al aplicarse sobre un sustrato, forma una película opaca con propiedades protectoras y estéticas. De estas últimas, el color es la más importante. La industria maneja multitud de colores de pintura que se elaboran según patrones preestablecidos, con unos tintes básicos, que se mezclan en cantidades exactas para obtener el color deseado. Una inspección visual es lo bastante precisa para verificar si un color iguala por comparación, actuando el ojo como un colorímetro. El problema surge por las circunstancias cambiantes de las personas para expresar con datos objetivos lo que ven y observan. Por eso, para especificar los colores y las tolerancias en su variación, se emplean espectrofotómetros, equipos basados en fórmulas matemáticas, que incorporan programas informáticos con las coordenadas de los colores y los tintes básicos que los forman. Tras la lectura de un color, el equipo no sólo indica su gráfica, sino también su formulación para que pueda ser elaborado de forma fiable.

Brillo
Es la propiedad óptica de una superficie de reflejar la luz especularmente. Una superficie con acabado brillante puede indicar la buena formación de la película de pintura. Una de las pruebas que se realizan sobre el brillo consiste en comparar visualmente una superficie pintada con una muestra tipo, observando la reflexión del rayo luminoso y la formación de la imagen en la superficie. Este método tiene el inconveniente de no aportar una valoración numérica. Cuando se desea un valor cuantificable, se utiliza el brillómetro, equipo que compara la superficie a medir con un patrón, aplicando un haz de luz normalizado sobre una superficie plana con un ángulo preestablecido (generalmente 20, 60 ó 85º), asignando un valor porcentual. Para definir el grado de brillo de una película de pintura seca se emplean diferentes términos. Los más usuales y sus valores generalmente aceptados son:

Opacidad
La opacidad o poder cubriente es la propiedad de una pintura de ocultar uniformemente las diferencias de color de un fondo. Se consigue totalmente cuando la película de pintura (recién aplicada o seca) no deja pasar la luz a través de ella. Los ensayos de opacidad se realizan sobre cartulinas de contraste (blanco-negro) normalizadas, con el fi n de observar y establecer durante la aplicación el momento en el cual la relación de contraste es nula (momento de opacidad). El sistema de pintura HS posee un mayor poder cubriente que el sistema convencional. Esto se traduce en un menor número de manos de color y en una cantidad inferior de producto.

Espesor
Cada tipo de pintura, dependiendo de su naturaleza, proporciona un espesor concreto de película, tanto en húmedo como en seco. Por esto, es necesario cumplir las especificaciones técnicas facilitadas por los fabricantes de pintura, en cuanto a dilución, viscosidad, número de manos de aplicación, etc. Por lo general, si la capa es superior a la recomendada aumenta el consumo y el riesgo de defectos en el proceso de secado. Por el contrario, si la capa de pintura es inferior, se corre el riesgo de que el poder cubriente y el brillo no sean satisfactorios. En ambos casos, afecta a la flexibilidad y a la dureza. Los micrómetros se utilizan para comprobar el espesor de la película de pintura seca. Existen varios tipos de estos medidores, pero los más utilizados son los magnéticos y los electrónicos. Los primeros consisten en un imán y un resorte que trabaja en sentido contrario; cuando el espesor es pequeño, el imán ofrece más atracción y, si por el contrario, el espesor es grande, la atracción se reduce. Los electrónicos, basados en el mismo principio, son los medidores más fiables y cómodos.

Dureza
La dureza de una película se determina por su resistencia ante acciones mecánicas, como penetraciones o rayados. Existen distintos equipos e instrumentos para determinar la resistencia al rayado superficial del esmalte, barniz, etc. Los más extendidos son:

Durómetro: Consiste en una varilla que termina en una bola de 0,75 mm de diámetro, que es empujada sobre la superficie a ensayar por un resorte, con mecanismo de regulación de presión. La norma exige que el desplazamiento del instrumento se realice durante un segundo, en una longitud de 10 mm.
Durómetro de lápices: Este ensayo se realiza con un juego de lápices, cuya dureza varía desde el más blando (6B) hasta el más duro (6H). Comenzando por los más duros, se deslizan sobre la película con un peso definido. La penetración de la punta, de una determinada dureza, define la resistencia al rayado de la película.

Adherencia
Es la fuerza de enlace existente entre una película seca y el sustrato sobre el que se encuentra aplicada. El método más común para determinar el grado de adherencia es el ensayo de corte enrejado. Consiste en realizar, sobre la superficie seca, dos cortes cruzados y perpendiculares, con un útil que incorpora una cuchilla especial con seis fi los. Se forma así un enrejado de 25 cuadros. Posteriormente, se cepilla la cuadrícula y se observa si se han producido desconchados en los ángulos. El ensayo se puede hacer aún más riguroso, recubriendo la cuadrícula con una cinta autoadhesiva y después desprendiéndola con un movimiento rápido. Dependiendo del comportamiento de los cortes, se establece una clasificación entre 0 y 4. El "0" se asigna a cortes perfectos, sin ningún desprendimiento y el "4" a desprendimientos de película superiores al 35% del área cuadriculada.

 
Flexibilidad
La flexibilidad es la aptitud de una película seca para adaptarse a las deformaciones de un sustrato, sin sufrir fisuras, cuarteamientos o desprendimientos. El ensayo de resistencia, que se realiza con un impactómetro, es un método que determina la aptitud de los recubrimientos o deformaciones mecánicas producidas por un golpe. El instrumento se forma con una base metálica horizontal, que mantiene la probeta y un cilindro vertical hueco, dentro del cual un peso puede deslizarse hacia arriba y hacia abajo. La prueba consiste en la caída libre, desde una altura especificada, de un peso provisto de un cabezal esférico, al que se le adaptan unas puntas, de diámetro y masa variable, que inciden sobre la superficie a ensayar. Las pruebas de impacto directo se realizan sobre la cara pintada de la probeta e indican la flexibilidad y la adherencia. Las pruebas por la cara posterior (impacto indirecto) muestran la capacidad del recubrimiento para estirarse alrededor de la abolladura producida por el impacto del peso sobre el panel. Cuando el ensayo se realiza con bases y puntas de diferentes diámetros y se varía la altura de la masa de impacto, se puede establecer el resultado en un diagrama de ejes de coordenadas. El eje de abcisas corresponde a las bases y a las puntas y el eje de ordenadas corresponde a las distintas alturas de impacto. La gráfica delimitará la zona de elasticidad y la de rotura del recubrimiento ensayado.

 

Del disolvente al agua

Actualmente, el cambio a la pintura al agua supone sólo la sustitución del color bicapa al disolvente por el de base acuosa. No obstante, los fabricantes están desarrollando productos hidrosolubles en otros campos como los aparejos, las imprimaciones o los barnices, que en un futuro próximo se utilizarán en los procesos de reparación.

Los procesos de pintado con pintura al agua no conllevan modificaciones significativas, ya que los fabricantes buscan similitud con los de las pinturas al disolvente. La aplicación de esta pintura al agua sí requiere ciertas transformaciones en cuanto a equipos, productos e instalaciones y, en definitiva, a la infraestructura necesaria.

Equipos, productos e instalaciones
L
a primera diferencia está en la utilización del agua en lugar del disolvente. La mayoría de las marcas recomiendan sus propios diluyentes de agua desionizada o desmineralizada.

Partiendo de las operaciones básicas de preparación, puede comprobarse que el cambio al agua no precisa de grandes renovaciones. Así, para el lijado, son aptas las mismas máquinas y los mismos discos. En el caso de la limpieza y desengrasado, sí son necesarios nuevos productos compatibles con las pinturas al agua. A la hora de enmascarar, es necesario verificar que el papel, la cinta y demás útiles sean resistentes al agua, aunque la mayoría de los productos ya son adecuados para los dos tipos de pinturas, al agua y al disolvente.

En los equipos aerográficos tampoco hay que realizar inversiones, ya que las pistolas aerográficas convencionales pueden aplicar perfectamente pintura con base al agua. Sin embargo, se aconseja disponer de pistolas de última generación, fabricadas en acero inoxidable, aptas tanto para la pintura al disolvente como al agua. Es recomendable que sean de alto coeficiente de transferencia (HVLP, HIGH TEC, GEO, etc.) para conseguir un rendimiento y una calidad de acabado superiores.

La primera de las modificaciones sustanciales que hay que acometer se produce en lo referente a la limpieza de los equipos de pintado. Es necesaria una máquina lavadora adicional para la pintura al agua, que precisa soluciones o limpiadores acuosos, así como, si se desea, coaguladores o separadores para el tratamiento de los residuos.

En el secado, las cabinas no suponen ningún problema, pues actualmente todas están preparadas para soportar el agua liberada al aplicar pinturas hidrosolubles, sin que surjan problemas de corrosión en la cabina ni en los sistemas de ventilación.

Respecto a los equipos infrarrojos, todos son aptos para secar la pintura al agua y al disolvente. Únicamente, con el fin de conseguir una reducción en los tiempos de evaporación o secado, que pueden ser superiores a los de las pinturas al disolvente, se puede utilizar sistemas de secado combinado (aireación más infrarrojos), o equipos de ventilación, bien fijos o manuales. Todos ellos acortan los tiempos de secado entre manos y durante el secado de la pintura al agua.

En cuanto a las instalaciones, las zonas de preparación, la de mezclas o la de limpieza de equipos no han de reformarse, pero existe un requerimiento para la máquina de mezclas, que debe ubicarse en un lugar fresco y ventilado, con una temperatura comprendida entre 5 y 45º C. Algunos fabricantes de pintura incorporan sistemas de calefacción que mantienen los productos a una temperatura constante, en torno a los 20ºC. De no ser así, la pintura podría sufrir alteraciones en su composición que afectarían a su calidad y acelerarían la caducidad del producto.

Medidas de seguridad e higiene
La utilización de las pinturas de base acuosa no debe suponer una reducción de las medidas de seguridad e higiene en el taller. Aunque una de las razones de la sustitución de las pinturas al disolvente por las pinturas al agua es la eliminación o reducción de atmósferas nocivas para los operarios, es necesario seguir utilizando guantes, monos de trabajo, mascarillas de vapores y gafas, pues la pintura al agua no implica la desaparición de los disolventes, sino sólo una reducción de sus concentraciones. Así mismo, habrán de conservarse todas las medidas preventivas de las instalaciones: mantenimiento de filtros, sistemas de aspiración adecuados, ambientes limpios de trabajo y, como nueva tarea, la gestión y el tratamiento específico de los residuos, separados del resto de las pinturas al disolvente.
Con las pautas que se han ido describiendo, es factible conseguir la adaptación de las instalaciones y de los procesos de pintado a las nuevas pinturas al agua.
Así, junto al cumplimiento de la venidera legislación, certificando que el trabajo se realiza en unas condiciones menos agresivas, queda garantizada la buena calidad de los acabados sin menoscabo del alto rendimiento del
taller.

 

Pintado del aluminio

Las superficies de aluminio presentan mayores problemas de adherencia para el pintado que las de acero. Sobre la superficie del aluminio se forma una película de óxido que la protege de la corrosión, y es precisamente esa película la que le resta adherencia. Esta dificultad se puede solucionar insistiendo en dos operaciones:

Una limpieza exhaustiva, que elimine las posibles impurezas que se encuentren en la superficie.
La aplicación de un proceso de fondos adecuado con productos que ofrezcan un buen sustrato, que proteja y proporcione la suficiente adherencia a las pinturas de acabado.

En cuanto a la aplicación de fondos, se tendrá la precaución de utilizar productos compatibles con el aluminio y seguir siempre los procesos que recomiendan los fabricantes.

Masillas
En aquellas reparaciones en las que sea necesaria la aplicación de masillas, se pueden utilizar masillas polifuncionales, o las convencionales de poliéster.
Las masillas polifuncionales son muy versátiles. Se pueden emplear sobre cualquier tipo de soporte metálico, incluyendo superficies difíciles como galvanizado, electrocincado, acero inoxidable, fibra de vidrio y, por supuesto, aluminio. Antes de aplicarlas, se debe lijar la superficie con grano P100 a P220, según recomiende el fabricante.
Si se utiliza una masilla de poliéster de tipo convencional, es necesario aplicar previamente sobre la superficie imprimaciones epoxi que proporcionen la adherencia adecuada, en lugar de las fosfatantes.
En cualquier caso, antes de la capa de acabado, se debe aplicar siempre un aparejo sobre las masillas, evitando de esta forma la posible aparición de defectos de pintado en forma de rechupados.

Imprimaciones
En general, las imprimaciones se utilizan para ofrecer una buena adherencia al resto de los productos de pintura y proporcionar la protección adecuada frente a la corrosión. En el caso del aluminio, la imprimación se emplea fundamentalmente para facilitar la adherencia, ya que el óxido del propio aluminio proporciona la protección adecuada contra la corrosión.
En un proceso de pintado de piezas de aluminio se pueden utilizar dos tipos de imprimaciones: las de tipo fosfatante y las de tipo epoxi.
Las imprimaciones fosfatantes realizan una acción protectora, consiguiendo además un perfecto anclaje de las capas posteriores de pintura. Están especialmente indicadas para chapas de acero, acero cincado, acero inoxidable y aluminio. Si bien no pueden emplearse masillas sobre este tipo de imprimaciones, sí pueden ser repintadas con aparejos.
Las imprimaciones epoxi proporcionan una buena adhesión, incluso mejor que las anteriores, sobre superficies de acero, acero cincado, acero inoxidable y aluminio. Presentan una excelente resistencia a la corrosión, pero requieren una buena preparación de la superficie, mediante un lijando con abrasivo y un desengrasado con diluyentes de limpieza específicos. Sobre las imprimaciones epoxi, se puede aplicar cualquier otro producto, incluidas las masillas de poliéster.
La imprimación será preferentemente de naturaleza epoxi si se necesita aplicar una masilla. Este tipo de imprimaciones proporcionará un buen anclaje sobre el aluminio. Las imprimaciones fosfatantes se utilizarán solamente sobre superficies que no requieran la aplicación de masilla. Sin embargo, no ofrecen tan buena adherencia como las de naturaleza epoxi. Si se utiliza imprimación fosfatante, será imprescindible lijar adecuadamente la superficie.

Recomendaciones de pintado
Debido a que el aluminio sufre una gran deformación si se le somete a un incremento de temperatura, las operaciones de lijado han de realizarse con sumo cuidado, evitando que el metal se recaliente. Por este motivo, se utilizarán abrasivos con un número de grano fino, sin insistir en la misma zona durante mucho tiempo.
En cuanto al empleo de secadores por infrarrojos, el aluminio se comporta de una forma diferente al acero, siendo necesario aumentar ligeramente los tiempos de secado, reducir la distancia, o ambos. En cualquier caso, habrá que remitirse a la información del fabricante.

Procesos de trabajo

Pieza nueva
Las piezas nuevas con protección, sin daño, seguirán el proceso de pintado habitual para piezas de acero.
En ocasiones, las piezas de aluminio vienen desnudas, con aluminio visto. En tal caso, es recomendable aplicar una imprimación epoxi que proporcione adherencia al resto de los productos que se vayan a aplicar posteriormente.

Repintado superficial
En el pintado superficial no existe ninguna diferencia con respecto al pintado de piezas de acero, puesto que no es necesaria la reposición de fondos y tan solo será preciso aplicar pinturas de acabado, con la siguiente secuencia:

Limpieza y desengrasado.
Lijado.
Limpieza y desengrasado.
Enmascarado.
Aplicación de pinturas de acabado.

Pieza reparada
Este tipo de reparación precisa la reposición de fondos. Antes de pasar a la zona de pintura, se habrá eliminado la pintura con discos de baja abrasión y realizado una reparación adecuada, sin dejar marcas ni signos de tensión.
El proceso comienza con una limpieza y desengrasado, en profundidad, para evitar que queden impurezas sobre la zona en la que el aluminio queda a la vista.
Se realizará un lijado de bordes, con el fin de rebajar el escalón existente entre la pintura original y el aluminio. Este lijado se llevará a cabo con lijadora excéntrico-rotativa con grano entre P80 y P220, dependiendo del daño.
Después, se efectuará una nueva limpieza y desengrasado de la superficie con disolvente desengrasante.
La diferencia con respecto al proceso utilizado para pintar piezas de acero se centra en que se aplicará imprimación epoxi de dos componentes sobre la parte descubierta de aluminio, antes de aplicar la masilla. Una vez seca la imprimación, se rellenarán las imperfecciones existentes con masilla de poliéster de dos componentes.
La masilla requiere un tiempo de secado de unos 20 minutos, a 20ºC. Después, se lijará en seco a máquina con grano de lija P100, seguido de P120 y P150, terminando con P220.
Luego, se realizará un mateado del brillo del resto de la superficie con máquina excéntrico-rotativa, con grano P400, seguido de la utilización de una almohadilla abrasiva, tipo Scotch Brite.
Tras una nueva limpieza y desengrasado, se aplicará imprimación para aislar y proporcionar adherencia en aquellas zonas en las que aparezca aluminio descubierto durante el lijado.
Después del tiempo de evaporación, se recubrirá y sellará la zona enmasillada con aparejo. Tras su secado, se lijará con máquina excéntrico-rotativa y grano P320, afinando con P400 para acabados monocapas y P500 para bicapas.
Una vez finalizada la aplicación de fondos, se procederá a la aplicación de pinturas de acabado, del mismo modo que se realiza con piezas de acero. De hecho, la fórmula de color será la misma que si se tratase de piezas de acero, sin necesidad de añadir ningún tipo de producto.
Como se ha observado, el hecho de que las piezas sean de aluminio no presenta ningún inconveniente para su pintado, siempre que se utilicen de forma adecuada los productos y procesos que recomiendan los fabricantes de pintura.

 

Pintado de Plásticos

Cuando empleamos el término “plástico”, en realidad nos estamos refiriendo a una gran familia de materiales, que pueden presentar propiedades muy diferentes. A pesar de ello y si nos centramos en la “pintabilidad” del material, podemos encontrar comportamientos muy semejantes en todos los plásticos que habitualmente se emplean en las carrocerías.

El primer problema que puede presentar el pintado de piezas de plástico es la sensibilidad al contacto con disolventes orgánicos, que son componentes habituales de las pinturas y demás productos empleados en los procesos de pintado, sobre todo limpiadores o desengrasantes, que de forma más directa van a entrar en contacto con las superficies a pintar. Pero es principalmente la dificultad para la adherencia de las pinturas sobre la mayoría de los plásticos, el escollo que principalmente ha de superarse para conseguir un correcto anclaje de la pintura sobre el material base. Por otra parte, es un principio fundamental de cualquier proceso de pintado, que la película de pintura tenga al menos, la misma flexibilidad que la pieza pintada, porque en otro caso, se producirá el resquebrajamiento de la pintura, siendo incluso origen del posible deterioro de la propia pieza por reducción de resistencia al impacto, por lo cual, las pinturas que se empleen para el pintado de piezas de plástico deberán estar adaptadas a la flexibilidad de las piezas.

Fundamentos del pintado de plásticos en el taller

Para solventar la especial problemática del pintado de los plásticos en los talleres de reparación, los fabricantes de pintura ponen a disposición del mismo una serie de productos específicos para ello:

Disolventes limpiadores o desengrasantes para plásticos, indicados para la limpieza de las superficies plásticas a pintar. La principal propiedad de estos limpiadores es que no contienen en su formulación ningún componente que pueda deteriorar los plásticos, aunque adicionalmente, también puedan tener propiedades antiestáticas, lo cual mejora el proceso de limpieza, dado que éste se realiza mediante la fricción con trapos embebidos en el limpiador, lo que puede ocasionar la carga de electricidad estática en la pieza, al ser los plásticos malos conductores de la electricidad. Esta electricidad estática atrae el polvo atmosférico hacia la pieza a pintar, lo cual no es nada positivo para conseguir un buen acabado de pintura libre de partículas ocluidas en la pintura.

Imprimación específica para plásticos.

Para romper esa dificultad intrínseca de los plásticos a que las pinturas adhieran sobre los mismos, los fabricantes de pintura para el taller han desarrollado imprimaciones diseñadas para potenciar la adherencia. Las imprimaciones así diseñadas pueden ser de características muy variadas, desde productos específicos para un tipo de plástico concreto, hasta imprimaciones que pueden emplearse como promotor de adherencia en todos, o casi todos, los plásticos que se emplean en automoción. Aplicada la imprimación promotora de adherencia, la pieza podrá recibir con garantía las siguientes capas de pintura del proceso.

Aditivo elastificante.

Una vez limpia la pieza de plástico y aplicada la imprimación promotora, sólo restará continuar con las siguientes capas de pintura, en general, un aparejo o sellante, seguido de las pinturas de acabado, monocapas o bicapas. El problema estriba en que estas pinturas están diseñadas, en principio, para el pintado de las piezas de acero, más rígidas que la mayoría de las piezas de plástico, por lo que se hace necesario el empleo de aditivos que modifiquen la flexibilidad final de aparejos y pinturas, de modo que se adapte la elasticidad de la película de pintura según las características de la pieza a pintar.

Principales premisas a tener en cuenta para el pintado de plásticos

Todas las fases de pintado de piezas de plástico podemos considerarlas como críticas, comenzando por la preparación de la pieza: la limpieza es fundamental, por ello debe ponerse especial cuidado en la misma. En muchas de las ocasiones en que se produce un defectuoso pintado de piezas de plástico, éste tiene su origen en una limpieza insuficiente. En piezas nuevas debe tenerse en cuenta, además, la presencia de los desmoldeantes empleados en su fabricación que deberán ser completamente eliminados, para que no ejerzan su efecto “antiadherente” con la pintura, poniendo especial atención en las piezas de plásticos espumados, que retienen las ceras desmoldeantes en el interior de su estructura esponjosa.

La imprimación para plásticos debe emplearse según las especificaciones indicadas por el fabricante de la misma, aplicando cada una al tipo o tipos de plásticos para los que esté diseñada, prosiguiendo el proceso de pintado con la posterior capa de pintura, dentro del margen de tiempo de activación marcado en la ficha técnica del producto.
 

 

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