Los tableros de a bordo
son piezas de un volumen importante, que van fijadas a la chapa salpicadero
y a los pilares delanteros mediante un sistema de unión amovible (tornillos,
tuercas, grapas, etc.). Entre los numerosos accesorios y sistemas alojados
en el tablero de a bordo cabe citar algunos: velocímetro, conductos de
calefacción y aire acondicionado, airbags, módulo antiarranque, cableado de
la instalación eléctrica...
La
sustitución de tableros de a bordo, dada su complejidad, requiere personal
cualificado y un equipamiento adecuado, que evite la aparición de riesgos
añadidos, como ruidos o conexiones eléctricas defectuosas. Por estos
motivos, una solución interesante para el taller es optar por la reparación
de estos elementos, siendo posible solucionar una buena parte de las
deformaciones y daños que suelen presentarse con mayor frecuencia.
Tipos
de tableros de a bordo
Por su estructura
constructiva y propiedades, los tableros de a bordo pueden clasificarse en
rígidos y flexibles. Si bien esta división no tiene una influencia decisiva
en las operaciones de sustitución o desmontaje y montaje, sí la tendrá en lo
relacionado con sus posibilidades de reparación, condicionando las técnicas
de trabajo a seguir y los productos y materiales a emplear.
Los tableros de a
bordo rígidos adoptados inicialmente por la mayoría de los fabricantes de
vehículos están fabricados mediante la técnica de inyección, utilizando un
sólo tipo de material, generalmente plásticos termoplásticos tales como el
ABS (acrilonitrilo butadieno estireno), PP (polipropileno), PPE (poliéter
modificado), etc., que pueden llevar añadidas cargas de distinta naturaleza.
Detalle
de la reproducción de la huella
Presentan cierta
dureza y rigidez y son poco deformables. El material ya va tintado, mediante
la adición de los colorantes necesarios. La huella o dibujo superficial
viene grabada también en el mismo material, con la contrahuella existente en
las paredes del molde en que se fabrica el tablero.
La tendencia seguida por los fabricantes, orientada a aumentar la seguridad
pasiva dentro del habitáculo, ha dado lugar a un nuevo planteamiento en el
diseño de tableros de a bordo: los flexibles.
Han desplazado a los rígidos, debido a que pueden reducir las lesiones en
caso de colisión. La estructura de estos elementos es de tipo sandwich,
formada por la combinación de tres componentes: soporte base, acolchado
intermedio y recubrimiento exterior. El soporte base aporta la rigidez
necesaria a la pieza, sirviendo a su vez como elemento de apoyo y fijación.
Los materiales comúnmente empleados son:
- Metal: aceros o
aleaciones de aluminio.
- Plásticos: termoplásticos, como ABS, PP, PPE, etc.
- Aglomerados diversos: mezclas de resinas, cartón y fibras de distinta
naturaleza.
El acolchado es el
componente que interviene en mayor cuantía en el aumento de la seguridad
pasiva, pues amortigua los posibles impactos de los ocupantes contra el
tablero de a bordo. Está formado por una capa de espuma de poliuretano, que
aporta a la vez el volumen necesario a la pieza. El recubrimiento exterior,
por su parte, protege el acolchado y proporciona el aspecto estético al
tablero de a bordo. Está formado por una lámina, normalmente de PVC
plastificado.
Clasificación de los daños de los tableros de a bordo
Son varias las
circunstancias por las que un tablero de a bordo puede resultar dañado:
robos, roturas de luna delantera, colisiones, quemaduras, golpes contra
objetos contundentes, etc.
Dependiendo de estas situaciones y de la magnitud del daño, los elementos de
la pieza se verán afectados en diferente grado, dando lugar a una serie de
desperfectos que se pueden clasificar en seis grupos.
Deformaciones:
Compresión del material de acolchado y estiramiento del recubrimiento
externo. Daños superficiales: Pequeños daños y arañazos superficiales que
sólo afectan al recubrimiento exterior, sin llegar a provocar su rotura.
Punzonado: Producido por un objeto puntiagudo que origina la rotura del
recubrimiento externo y del acolchado.
Desgarro: Afecta al
recubrimiento externo y al acolchado, sin pérdida de material.
Rotura del recubrimiento externo con pérdida de material: Daña tanto al
recubrimiento exterior como al acolchado.
Daños importantes que
afectan al soporte base: Suelen ir acompañados de otros daños en el
recubrimiento externo y en el acolchado.
Productos y equipos
La mayoría de los
productos, herramientas y equipos utilizados en la reparación de los
tableros de a bordo suelen ser de uso común en el taller, como productos de
limpieza, adhesivos o tintes.
En cualquier proceso de reparación mediante adhesivos, la limpieza
superficial de la zona dañada es fundamental para el éxito de la operación.
Un adhesivo nunca tendrá buena adherencia sobre una superficie sucia o mal
preparada, puesto que resultaría imposible el contacto íntimo con el
substrato. Para lograrlo, se empleará un disolvente compatible con los
materiales, exento de grasas y muy volátil, para favorecer su rápida
evaporación: acetona, tricloroetileno, alcohol isopropílico, etc.
Lijado de pequeños retoques superficiales
Eliminación del material sobrante
Durante la reparación
de un tablero de a bordo se emplean diversos tipos de adhesivos y productos
de relleno. Habrá de tenerse en cuenta, en todo momento, la elasticidad
final de los productos aplicados, de modo que se asemejen lo más posible a
las características particulares de cada tablero. Los adhesivos utilizados
para este fin se pueden clasificar en tres grandes grupos:
- Resinas epoxi: son
sustancias de naturaleza más o menos pastosa, suministradas en dos
componentes, resina y agente endurecedor. Se emplean, principalmente, para
suplir pequeñas pérdidas del material de acolchado y para el
acondicionamiento del recubrimiento externo, por la posibilidad de alcanzar
una flexibilidad acorde a la de la pieza a reparar, añadiendo el agente
elastificante correspondiente.
- Poliuretanos: son
adhesivos a base de poliisocianatos, monocomponentes o bicomponentes. Los
primeros polimerizan por absorción de humedad, los segundos lo hacen debido
a una reacción química entre el poliuretano y su agente endurecedor, siendo
el proceso de polimerización mucho más rápido. Los más adecuados para este
tipo de trabajos son los poliuretanos bicomponentes, debido a su rápido
curado.
- Adhesivos acrílicos:
son polímeros termoestables derivados del ácido acrílico. Los geles de
cianocrilato se utilizan en mayor medida, al posibilitar un mejor relleno de
las roturas, debido a su mayor viscosidad. Se utilizan especialmente en
daños superficiales.
Además de los
adhesivos, se emplean los tintes como sustitutos de la pintura para la
reproducción del color. Deben ser compatibles con los distintos materiales y
productos, a fin de que penetren en los mismos, garantizándose una perfecta
adherencia y elasticidad. Estos tintes son muy poco viscosos y con muy bajo
contenido en sólidos, lo que hará que, en su aplicación, no se enmascare la
huella del tablero de a bordo.
Técnicas de reparación
El método de trabajo a
seguir en la reparación de estos elementos dependerá, en gran medida, del
tipo de daño que se tenga presente, magnitud y localización, razones por las
cuales no existe un método de trabajo universal. No obstante, a continuación
se indica, a modo de ejemplo, el método de trabajo empleado en la reparación
de uno de los daños más habituales: rotura del recubrimiento externo con
pérdida de acolchado.
Detalle
del proceso de soldadura
Mediante la
utilización de un soplete de aire caliente, regulado entre 150 y 200º C de
temperatura, se conforma la zona deformada. Con la ayuda de una cuchilla, se
eliminan los restos, dañados o sueltos, de poliuretano expandido, y el
recubrimiento exterior de PVC dañado. Utilizando una minitaladradora con
minidisco abrasivo P50, se realiza un ligero chaflán, mediante el lijado de
los bordes de la rotura.
De esta forma, se favorece la posterior aplicación de adhesivo de relleno.
Como paso previo a cualquier aplicación de adhesivos, deberá realizarse una
limpieza y desengrasado a fondo de la zona.
Aplicación de tinte para la reproducción del color
Utilizando disolvente
de limpieza impregnado en un papel, se efectuarán varias pasadas, procurando
que el disolvente no sea absorbido por el poliuretano expandido. Una vez
evaporado el disolvente, se rellenará el hueco de la rotura con un tipo de
adhesivo cuya flexibilidad sea acorde con la pieza a reparar. Tras su
secado, se elimina el sobrante mediante lijado con disco abrasivo P100 ó
P200.
Para realizar la
reproducción de la huella de la zona reparada, paso que sigue a este
proceso, es preciso elaborar previamente una contrahuella, que consiste en
obtener el negativo del texturado del tablero. Una vez lijada y desengrasada
la zona, se aplica sobre su superficie una fina capa del mismo adhesivo
utilizado para el relleno del hueco de la rotura. A continuación, se coloca
la contrahuella sobre la capa de adhesivo aplicada. La contrahuella debe
estar impregnada con cera desmoldeante, unida íntimamente a la superficie e
inmovilizada hasta que seque el adhesivo.
Después de que el
adhesivo haya secado, se retirará la contrahuella con cuidado para no
deteriorar la reparación. El texturado quedará grabado en la capa del
adhesivo, imitando el dibujo original del tablero y sólo habrán de tratarse
los bordes de la reparación, con la ayuda de una cuchilla y una lija fina,
para eliminar los posibles escalones creados por el adhesivo. Un matizado de
toda la zona y el desengrasado final dejará la superficie lista para su
tintado posterior, dando por concluida la reparación .
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