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Alimentación. |
Si queremos que el perro nos dure mucho tiempo, y que esté sano,
hay que comenzar por darle bien de comer. Esto no significa darle
de comer hasta reventar: hay que tener en cuenta la calidad y la
cantidad de lo que come, exactamente igual que haríamos para con
una persona.
Antiguamente se consideraba al perro como poco más que el “cubo de
la basura” de la cocina. Es cierto que un perro se come todo (o
casi todo) lo que le den sus amos, pero una alimentación a base de
sobras no es exactamente lo mejor que se le puede dar.
Tan malo como que viva de sobras, es darle solo carne y huesos. El
aparato digestivo de un perro es el de un animal carnívoro. Sin
embargo, la convivencia con los humanos ha hecho que se adapten a
una dieta mucho más variada, y hoy en día necesitan algo más que
carne.
Como esto no es una enciclopedia culinaria canina, no entraremos
en detalles de elaboración de menús ni descripción de dietas. Lo
que vamos a hacer es listar una serie de detalles a tener en
cuenta, y algunos consejos útiles.
- No hace falta complicarse con el menú. Hoy se pueden
encontrar en los comercios suficiente cantidad de piensos que ya
están pensados para que el perro esté bien alimentado. No tengas
reparos en preguntar a tu veterinario favorito, o mejor aún, al
criador que te ha vendido el perro (si le has conseguido de esta
forma). Ellos te aconsejarán bien en base a su experiencia. Si
el perro es de raza, es más interesante hablar con el criador
(esto es mi opinión personal), ya que suele tener conocimientos
más detallados acerca de esa raza de perro, y te puede aconsejar
si es conveniente añadir algún tipo de complemento al pienso, de
acuerdo con las características del perro en cuestión.
- Dale siempre de comer a la misma hora. Un perro sano
funciona como un reloj y te ayudará a controlar el cuando
realiza sus necesidades. De esta forma puedes organizar el día
(comidas y paseos) con más facilidad.
- Tan malo es darle demasiada comida como demasiada poca.
Además, el tipo y cantidad de comida que se le ha de dar varía
con su edad y su desarrollo. Pregunta al criador o al
veterinario.
- No le dejes nunca el plato lleno a rebosar para que coma
cuanto le venga en gana, porque un perro gordo ya no adelgaza
jamás, y le acortas la vida. Además siempre es bueno que se
quede con “un poquito” de hambre (tendrás un perro más alerta y
despierto) pero sin que esté famélico (porque se largará con el
primero que le dé algo de comer).
- Enseñale a comer como es debido. Ponle la comida en el
plato, y si se hace el remolón, a los 15 minutos se la quitas
(sin compasión). Aprenderá a comer sin entretenerse.
- La ración diaria, es conveniente repartirsela en tres
comidas (a los cachorros) y en dos (a los adultos). Es normal
que en el caso de los adultos se les dé una sola comida diaria,
pero yo le encuentro pocas ventajas y bastantes inconvenientes.
Con una sola comida, de una a la siguiente pasan 24 horas en las
que el animal no prueba bocado, y en el rato de después de comer
tiene el estómago lleno hasta los topes, con lo que aumenta el
riesgo de torsión gástrica, sobre todo si es un perro grande.
- El perro siempre ha de tener a mano agua fresca y limpia. En
verano, a veces, es conveniente racionarsela un poco, pues si
bebe en exceso le puede provocar diarreas (la forma de saber que
el perro está bebiendo demasiado es cuando necesitas una fregona
en vez de un papel de periódico, para recoger sus deposiciones).
- No debe darsele comida fuera de horario, o siempre estará
pidiendo. Y jamás se le debe dar comida de la nuestra mientras
estamos en la mesa, menos aún si es un cachorrillo. Hacerlo,
causa dos problemas: 1) siempre estará pidiendo cada vez que te
sientes a comer (y ya no le quitas la costumbre en la vida), 2)
es muy probable que rechace su comida; si comer de tu plato le
gusta, dirá en adelante que “el pienso, te lo comes tú”. Y para
quitarle esta costumbre tendrás que hacerle pasar hambre.
- Si el perro está sano y no ha cogido malas costumbres, el
hecho de que no coma, o solo coma parte de lo que le dejas en el
plato, puede deberse a estas causas:
- Ya está saciado. Basta con reducirle un poco la ración
diaria para arreglar el problema. Se sabe que es este el caso,
si aparte del hecho de no comer, el perro sigue estando alegre
y activo.
- El perro "sabe" que ha comido lo suficiente, en relación
al ejercicio que hace. Posiblemente le paseas poco, y el perro
deja de comer, instintivamente, cuando ya ha satisfecho sus
necesidades.
- Hace mucho calor. Si es este el caso, no le obligues a
comer, o ponle la comida después del atardecer, cuando el
calor disminuya.
- Está aburrido de la comida. A veces pasa. Puedes
“condimentarsela” un poco, por ejemplo, mezclandole con la
comida media sardina en aceite (de lata). Si come como una
fiera, es que ya estaba harto de que la comida siempre tenga
el mismo sabor.
- Está enfermo. Normalmente habrá otras señales adicionales,
además de la falta de apetito. Vigilalé.
- Cuando debas cambiarle el tipo de comida (por ejemplo, de
pienso para cachorros a pienso para adultos) no lo hagas de
golpe sino gradualmente, mezclando ambos tipos de comida y
variando la proporción de la mezcla, poco a poco, hasta el nuevo
tipo de comida.
- Si un día se te antoja darle carne en vez de su pienso (no
te lo aconsejo, pero tu sabrás), no se la des nunca cruda.
Cuecela un poco, al menos. Evitarás problemas digestivos por la
falta de costumbre, además de eliminar el riesgo de parásitos.
Recuerda además que la carne cruda le deja un aliento asqueroso
y le provoca ventosidades, que luego tendrás que aguantar. Y
recuerda que la próxima vez que le pongas el pienso va a decir
que “pa’ tí”.
- Puedes darle huesos para roer, de vez en cuando (no muy a
menudo o tomará exceso de calcio y a la larga tendrá problemas).
Dale huesos grandes: la rodilla de ternera es ideal, despues de
cocerla un poco (hasta puedes aprovechar tú el caldo, para una
sopa). Huesos pequeños (de pollo, de conejo...) no se los des
nunca, los astillará y tragará casi enteros. Si no se le
atraviesan en la garganta, lo cual implicará visita al
veterinario de urgencias, sufrirá después cuando vaya a defecar.
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Cuidados. |
En cuanto el perro entre en casa por primera vez, haz una
visita al veterinario, para que haga una revisión de su estado
general, establezca un calendario de vacunas y desparasitaciones,
te ayude a organizar su dieta, y en general, haga todo lo
necesario relacionado con la salud del perro. Y no olvides que
tienes que visitarle periodicamente. Para más detalles sobre los
aspectos sanitarios mira en las
páginas de salud.
Del mismo modo que ha de comer regularmente, el perro ha de
realizar ejercicio regularmente. Trata de ser estable e imponer
unos horarios fijos para ambas cosas. El perro lo agradecerá y te
hará la vida más fácil. En cuanto a la duración de los paseos, la
única regla es que cuanto más, mejor. Posiblemente el perro estará
encerrado en casa la mayor parte del día, pero no está diseñado
para la inmovilidad. La falta de ejercicio puede causar problemas
de salud y carácter al animal, por no hablar de que te puede
destrozar la casa por simple aburrimiento. Las distintas razas de
perros tienen distintas necesidades, por lo que puede ser
conveniente averiguar primero cual es la más adecuada para el tipo
de vida que intentas darles. Mira más información respecto a este
tema en las páginas de la
elección del perro.
No todos los perros se adaptan igual a todos los ambientes,
pero hay más margen del que normalmente se cree. Por ejemplo, un
perro grande tipo pastor alemán puede vivir perfectamente en un
apartamento no muy grande, siempre y cuando se lo compenses con un
ejercicio regular y adecuado. Mira más detalles en las páginas de
acondicionamiento de la vivienda.
Si tienes espacio suficiente, le puedes hacer una “cama”
particular (¡y enseñarle a que no use otra cosa!), o hacerle usar
una manta en el suelo. En cualquier caso no debes dejarle dormir
en tu cama (de cachorro es un encanto, parece un peluche, pero si
es de una raza que llega a pesar 50 Kg, te acabarás
arrepintiendo). Recuerda que cualquier costumbre que adquiera de
cachorro, es muy difícil quitarsela después.
Cuando el perro ha aprendido a contener sus necesidades y no
ensuciar en casa (ver páginas de
educación del perro), el animal se aguantará hasta reventar,
antes que manchar el suelo. No le hagas sufrir innecesariamente.
La regularidad de horarios es importante, de este modo el perro
sabrá “cuando le toca” y hasta cuando debe de aguantarse. Enseñalé
a hacerlo en los lugares adecuados, y recoge sus deposiciones
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Higiene. |
En esta sección se indican los cuidados habituales que hay que
darle al perro, en el aspecto de la higiene. Si se practican con
regularidad se evitarán problemas mayores, que en casos extremos
podrían agravarse y llegar a precisar atención veterinaria o, peor
aún, ser fuente de contagio de enfermedades a las personas que
viven con el perro.
El principal problema es que se ensucian (sobre todo si el
perro vive en la ciudad, a causa de la contaminación).
Normalmente, esta suciedad se elimina en forma de legañas,
que se le pueden limpiar con un paño húmedo. No hay que dejar que
se acumulen hasta que al perro le molesten tanto que se frote con
la pata.
En perros viejos, o a causa de una enfermedad o lesión, puede
haber dificultades para mantener la humedad del ojo. En este caso
conviene hacer una limpieza regularmente, previa consulta al
veterinario para que indique el producto a usar adecuado.
Si se acumula cerumen hay que quitarlo cuidadosamente, tal como
haríamos en el caso de una persona. Pero hay que hacerlo con mucho
más cuidado, ya que por la forma de las orejas del perro, si
simplemente soltamos las escamas de cera, caerán al interior,
pudiendole dañar el conducto auditivo. Si no estamos seguros de
cómo hacerlo es mejor dejarlo en manos de un profesional.
Hay que prestar atención especial a los perros de razas que tienen
las orejas caidas, que además de acumular la suciedad "normal",
pueden convertirse en nidos de parásitos.
Hay que controlarlos para evitar la aparición de caries. De
entrada, el perro no debería comer jamás dulces, azucar o
chocolate.Si aparecen caries, sarro, o por accidente se rompe un
diente, hay que visitar al veterinario de inmediato.
A nivel más cotidiano, basta con darle regularmente trozos de pan
duro y seco. Al masticarlo, el perro hace su propia limpieza.
También se le pueden cepillar los dientes con un dentífrico o
bicarbonato (si se deja... posiblemente decidas que el pan duro es
una opción mucho mejor ;-)
A un perro que vive en el campo, se le desgastarán
naturalmente. Si estamos en la ciudad es más complicado. Lo más
probable es que le crezcan hasta el punto de resultar molestas
para él y para las personas con las que convive, y en el peor de
los casos dificultan sus andares. Por todo ello resultará
imprescindible cortarselas, pero es una tarea muy delicada (no son
como las de las personas), por lo que es conveniente acudir al
veterinario.
Dependiendo de la raza, basta un cepillado, o es necesario
visitar al peluquero. En perros de pastor alemán conviene hacerle
un cepillado a la semana, para quitarle pelos muertos y polvo. La
grasa natural que el perro segrega bastará, junto con ese
cepillado, para que mantenga el pelo limpio y brillante. En el
periodo de muda (normalmente va parejo a los cambios de estación:
pelo de verano y pelo de invierno) hay que aumentar la frecuencia
del cepillado.
El cepillo ha de ser tal que arrastre los pelos sueltos, pero no
llegue a arrancar pelo por si mismo.
El baño debe darse un par de veces al año, como máximo, y nunca
a cachorros de menos de seis meses. El cepillado periódico y la
propia secreción grasa del perro sirven para mantenerle limpio el
resto del tiempo. El baño sirve para quitarle malos olores,
colaborar en la caida del pelo viejo, y eliminar parásitos.
El agua no ha de estar ni muy fría ni muy caliente (a unos 38º
como máximo), y ha de usarse jabón neutro o champú para perros.
Debe evitarse que le entre agua en ojos y orejas. También hay que
evitar que el perro se enfríe mientras está aún mojado, por lo que
se le debe secar bién, con una toalla o un secador (cuidando de no
quemarle el pelo).
Si el perro se moja accidentalmente (por ejemplo con lluvia), hay
que meterle en casa lo antes posible y secarle bien, y si es
posible, manteniendole en movimiento. Esto vale también mientras
se está mojando: no hay que permitir que se quede quieto hasta que
se le pueda secar.
- Eliminación de parásitos externos.
- Pulgas.
-
Un indicio de que hay pulgas es que el perro se rasca a menudo.
Si se da el caso hay que mirar a ver si se las vé. En caso
afirmativo, no hay más remedio que usar un insecticida. También
puede ser conveniente dar al perro un baño con alguna loción
antiparásitos. No hay que olvidar desinfectar los lugares de la
casa donde el perro se tumba habitualmente, ni cualquier otra
cosa que use (mantas, etc...). Los collares antiparásitos suelen
ser una buena prevención, pero tienen una duración limitada, por
lo que es conveniente leer bien las instrucciones.
- Garrapatas.
-
Se adhieren a la piel más fina del perro (orejas, axilas e
ingles), por lo que conviene revisar periódicamente estas zonas
y sus alrededores. Nunca deben arrancarse, ya que se rompen,
dejando su "cabeza" en el interior de la piel del perro, y
pueden provocarle infecciones. Hay muchas formas diferentes que
sirven para eliminar las garrapatas. Personalmente, mi favorita
es esta: usando vaselina, cubrir la garrapata absolutamente
(no hay que tener miedo de tocarla con los dedos, la parte que
"muerde" está dentro del perro). Hay que dejarla bien cubierta.
De este modo, se tapan los poros por donde respira, lo que la
obliga a soltarse por si misma y no se le causan heridas al
perro. Unos instantes después de haberla cubierto bien, se la
sujeta con unas pinzas (sirven unas de depilar), y se dejará
llevar. No debe tirarsela a la basura, pues sobrevivirá. Hay que
liquidarla bien (si decides hacerlo aplastandola, ten cuidado,
porque posiblemente esté llena de la sangre que ha chupado al
perro y manchará).
- Piojos.
-
Se dan con menos frecuencia que las pulgas, y normalmente solo
en perros callejeros. De todas formas se contagian, también a
las personas, por lo que hay que eliminarlos sin
contemplaciones. Sirven los mismos consejos que para el caso de
las pulgas (uso de insecticidas adecuados, baño antiparásitos, y
desinfección del entorno del perro).
- Parásitos de la sarna.
- Son varios grupos de parásitos diferentes. Normalmente no se
pueden detectar hasta que la enfermedad se ha producido, por lo
que se necesita intervención del veterinario. Hasta que éste
interviene, limpiar la piel con un antiseptico.
- Higiene y cuidados en la calle.
La calle es el lugar donde nuestro perro se lo pasa mejor, pero
también donde están los mayores riesgos para su salud. Por tanto,
conviene tomar algunas precauciones.
Por supuesto, no se trata de sacar a pasear al perro encerrado en
una burbuja. Tan solo hay que controlar algunos detalles, cosa que
se puede hacer fácilmente y sin tener que dedicar una atención
excesiva. El paseo ha de ser una actividad placentera, tanto para
el perro como para el amo, y si se presta atención, se evitarán
problemas. Por otro lado, los consejos de la siguiente lista son
fáciles de seguir, y acabarán convirtiendose en una actitud
inconsciente por nuestra parte, de modo que tampoco requieren un
gran esfuerzo. Veamos:
- En cachorros recién destetados (lo que suele significar
recién adquiridos) hay que evitar el paseo y el contacto con
otros perros hasta que el veterinario les haya puesto su primer
lote de vacunas, como mínimo. Es un periodo en el cual su
organismo practicamente no tiene defensas.
- Posibles fuentes de contagio de enfermedades son las
deposiciones de otros perros. La orina y heces de otros perros
serán tan "sanas" como el perro que las haya producido. Ya que,
evidentemente, no podemos saber el estado de ese otro perro, hay
que evitar riesgos. Dicho claramente: hay que quitar al perro la
costumbre de hurgar ahí.
Es difícil. Por instinto el perro olfatea orines y deposiciones,
ya que le dan muchisima información acerca del otro animal. En
principio, el que olisquee no es problema. Lo que hay que
evitar es la tendencia a lamer. Esto puede conseguirse en la
mayoría de los casos "castigandole" al primer lametón. De todas
formas, si tu perro es macho y olfatea orina de una hembra en
celo, no hay educación que valga y habrá que apartar al perro
por la fuerza.
- Peor aún son las basuras. Nunca se le debe dejar hurgar en
ellas. En este caso, el riesgo para el perro no es mayor que en
el caso anterior, pero si lo es para las personas. La
hidatidosis es una enfermedad parasitaria, que al perro no
le afecta, en tanto que solo transporta los parásitos en un
momento de su ciclo de vida, pero luego lo contagia a las
personas, para las cuales puede llegar a ser mortal. Además de
las basuras, el perro puede ingerir los parásitos a traves de
las heces de otro perro infectado, con lo que volvemos al caso
anterior.
- En la ciudad, el perro siempre debería de ir atado. No es
solo cuestión de cumplir las ordenanzas legales (que lo exigen).
Es que solo si el perro va atado podremos intervenir
rápidamente, mediante un tirón de la correa, para apartarle de
basuras, heces, etc, y para evitar que el perro salga corriendo
si algo le llama la atención (un gato, otro perro, un niño
jugando...) y evitar accidentes. Recordemos que si el perro iba
suelto y salta y cruza la calle y es atropellado, la culpa no
será de nadie más que de nosotros.
- Por instinto, un perro macho adulto tendrá tendencia a
pelearse con otros machos, y a intentar montar a
cualquier hembra que se lo permita. Una hembra, pese a ser menos
agresiva, también puede querer pelarse con otras hembras, y si
está en celo, dejarse montar por un macho. Solo si van atados
les podremos controlar de inmediato. En el caso de que estas
situaciones se produzcan (por algún motivo no se han podido
evitar), esto es lo que se debe hacer:
- Pelea: Hay que armarse de valor e intentar
separarlos. Si uno de los dos animales es muy inferior, se
someterá rápidamente y no habrá más problemas. Pero como ambos
sean dominantes, la pelea es "a por todas", y puede acabar muy
mal.
- Monta: No hay nada que hacer. Hay que esperar a que
terminen y se separen por si mismos. El motivo es que, por
circunstancias anatómicas, el macho no puede salir hasta que
ha terminado. Si se intenta separarlos por la fuerza hay un
riesgo muy alto de causar lesiones permanentes tanto al macho
(afectando a su aparato reproductor) como a la hembra (desde
desgarros, hasta rotura del hueso pelviano).
- En una hembra en celo, hay que limitar el paseo al tiempo
mínimo imprescindible. Esto solo dura unos días, y se evita el
riesgo de que se produzca una monta indeseada, por no hablar de
que la van a perseguir todos los perros y puede acabar
asustandose.
- Si sacamos al perro a un parque donde hay cesped y se le
puede dejar suelto, no hay que olvidar, cuando entremos de nuevo
en casa, hacerle una pequeña revisión en busca de garrapatas.
Hay que hacer esto también si ha estado jugando con otros
perros.
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Fisiología canina. |
- Algunos datos fisiológicos.
- Temperatura rectal: 38º-39º
- Frecuencia respiratoria: 10-40 por minuto
- Pulso: 60-160 ppm. perros adultos. En cachorros hasta 200
o 220.
- Celo (en hembras): Normalmente 2 veces al año, y dura de
10 a 20 días.
- Periodo favorable para cubrición: del 9º al 13º día del
celo.
- Duración de la gestación: de 58 a 63 días.
- Edad media de la pubertad: machos a los 7-10 meses;
hembras a los 6-12 meses.
- Horas de sueño: aproximadamente 12 al día, no
consecutivas.
La vida media de un perro está entre los 12 y los 16 años. En
casos excepcionales pueden vivir hasta los 20 o 25 años, pero en
general, a los 10 años un perro ya es viejo. Por regla general,
las razas pequeñas viven más que las grandes. En la duración de su
vida influyen, obviamente, el ambiente, los cuidados, la
alimentación e higiene, etc.
La estatura definitiva la alcanzan hacia el primer año de vida,
aunque siguen "creciendo" en musculatura hasta los dos o tres
años, dependiendo de la raza. Los perros de raza pequeña dejan de
crecer antes. Durante el primer año de vida el desarrollo es
rapidísimo, por lo que es difícil aplicar una escala de
equivalencias entre su edad y la edad humana. A partir del primer
año ya se puede establecer una correspondencia con más seguridad
(ver la tabla al final de esta sección).
Todos los cachorros, independientemente de la raza, tienen el
mismo aspecto al nacer (esto es un detalle muy importante a
considerar al adquirir un perro, no se puede distinguir un mixto
de un pura raza) pero van tomando los detalles característicos
rápidamente, como puede verse en las siguientes fotos:
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|
Aika Die Heimat
edad: 3 meses |
Aika Die Heimat
edad: 12 meses |
Hasta los 6 meses el perro es cachorro. La adolescencia llega
hasta los 12 meses, y después ya se le puede considerar
adulto.Aunque a esta edad ya se pueden reproducir, no es
conveniente considerarlo antes de que el animal tenga al menos 18
meses.
La frecuencia de las respiraciones y el pulso, además de los
factores externos como temperatura ambiental, ejercicio que se
realiza, etc, varía con la edad. En los cachorros toma los valores
más elevados, y baja al mínimo cuando el perro es viejo.
La temperatura se le puede tomar externamente, en las axilas o las
ingles, teniendo en cuenta que ha de sumarse medio grado para
equipararla a la temperatura rectal.
- Tabla de equivalencia aproximada "edad perro-edad
hombre".
Existe la costumbre de dar como equivalencia con la edad del
hombre, la edad del perro, multiplicada por 7. Esta aproximación
es poco exacta, ya que el desarrollo fisiológico no sigue una
proporción directa. Hasta que el perro alcanza el primer año de
edad, su desarrollo es muy rápido, por lo que un perro de 6 meses,
según este cálculo, seria "equivalente" a una persona de 7 x 6 =
42 meses, o sea, un niño de tres años y medio. En la realidad, a
los 6 meses, un cachorro entra en la adolescencia (13 o 14 años en
las personas).
La siguiente tabla muestra una relación más exacta, a partir de
cuando el animal cumple su primer año de edad.
perro |
hombre |
|
perro |
hombre |
|
perro |
hombre |
12 meses |
17 años |
|
5 años |
36 años |
|
12 años |
64 años |
18 meses |
20 años |
|
6 años |
40 años |
|
13 años |
68 años |
20 meses |
21 años |
|
7 años |
44 años |
|
14 años |
72 años |
22 meses |
22 años |
|
8 años |
48 años |
|
15 años |
76 años |
2 años |
24 años |
|
9 años |
52 años |
|
17 años |
84 años |
3 años |
28 años |
|
10 años |
56 años |
|
19 años |
92 años |
4 años |
32 años |
|
11 años |
60 años |
|
20 años |
100 años |
|
Cuidados
habituales. |
Es conveniente que exista regularidad en todo lo que tiene que
ver con el perro: comidas, ejercicios, horas de sueño, costumbres
diarias, etc. El perro tiene tolerancia a las alteraciones de la
rutina, pero si son excesivas, o nunca hay una rutina, el perro
vivirá en un estado de tensión permanente, que acusa en su salud.
Los cuidados higiénicos que se deben practicar habitualmente,
están explicados en las páginas dedicadas a alimentación y
cuidados.
- Control veterinario y vacunaciones.
Si hemos adquirido nuestro cachorro de un criador reconocido
oficialmente, o de una tienda de animales de cierto prestigio, lo
más probable es que ya haya recibido su primer lote de vacunas y
esté sano (de lo contrario, se juegan su prestigio). En el caso de
que sea un cachorro (o no tan cachorro) encontrado, regalado por
un amigo, o comprado a un particular, lo primero que hemos de
hacer es llevarle al veterinario.
En los primeros meses de vida hay que darle una serie de vacunas
(el veterinario ya te dirá cuales y fijará el calendario
adecuado), y en cuanto cumpla el primer año hay que vacunarle
contra la rabia, y a partir de ahí, una revacunación anual. No
olvides hacerlo puesto que, además de ser obligatorio por ley, la
rabia es una enfermedad mortal y contagiable a las personas.
Además de la vacunación, no está de más aprovechar la visita anual
para hacer al perro un “chequeo” general. Recuerda que igual que
con las personas, “más vale prevenir que curar”.
Son las vulgares “lombrices”, aunque esta palabra la usamos
para agrupar distintos tipos de parásitos, y las enfermedades que
causan son diferentes.
Antes de cada vacunación, es necesario desparasitar al perro. La
palabra técnica es desverminación. El veterinario nos dirá
con cuanta antelación ha de hacerse y qué medicamento hemos de
usar.
Independientemente de la desparasitación previa a las vacunas, si
al recoger las deposiciones de nuestro perro vemos señales de
lombrices, hay que llevarle al veterinario. Trata de recordar el
aspecto que tienen por si te pide una descripción (lo ideal sería
llevar una muestra, pero mucha gente no tiene estómago para ello).
En cualquier caso y hasta que el perro vuelva a estar sano, hay
que extremar las medidas de higiene, a saber:
- Recoger siempre las deposiciones de nuestro perro, para
evitar el contagio a otros (esto es algo que debería de hacerse
siempre, pero ahora con más motivo).
- Lavarse bien las manos después de un contacto prolongado con
el animal.
- No dejar que el perro nos dé “besos”. La saliva puede
transportar huevos de lombrices.
- Mantener al perro apartado de otros perros.
- Además de estos consejos generales, los que añada el
veterinario. No debe retrasarse la visita más tiempo del
inevitable (si descubres las lombrices el domingo, no es
necesario ir al veterinario de urgencias, pero el lunes, sin
falta, visítale).
Como regla general, y a nivel preventivo, podemos resumir los
cuidados en lo siguiente: uso de collares antiparásitos, mantener
limpio el entorno del perro, cepillarle el pelo con frecuencia y
usar después algún spray insecticida, y observación (vigilar si se
rasca demasiado, caidas del pelo o lesiones de la piel, explorar
periódicamente la presencia de garrapatas).
Algunos consejos prácticos para librarse de estos parásitos cuando
han aparecido, pueden verse en la página de
higiene.
Pulgas: Aunque tengamos al perro en las mejores condiciones
higienicas, no es raro que aparezcan de vez en cuando, ya que
aunque pasan poco tiempo en el perro, permanecen en el entorno
durante mucho tiempo, y pueden volver a aparecer con mucha
facilidad. Las pulgas del perro rara vez muerden a las personas, y
solo si no hay un perro disponible.
Garrapatas: Son bastante peligrosas, ya que pueden
transmitir al perro una gravisima enfermedad, la piroplasmosis
(una variante de la anemia, de origen vírico). Se estacionan sobre
el cesped y los matojos, y en cuanto detectan la presencia de un
perro saltan sobre él. Su tamaño es pequeñísimo, pero debido a la
sangre que chupan pueden crecer hasta el tamaño de un guisante. En
cuanto se las detecta hay que eliminarlas.
Piojos: Chupan la sangre del perro y anidan sobre su pelo,
donde pegan sus huevos (las liendres). Se reproducen a gran
velocidad, por lo que pueden causar lesiones cutáneas de cierta
gravedad. Además, el picor vuelve al perro inquieto y nervioso. En
perros jóvenes o débiles pueden causar una anemia grave y
agotamiento del organismo, a veces con consecuencias fatales.
La dieta ha de ser adecuada a la edad, sexo, raza y tipo de
vida del animal. La mayoría de las marcas de comida para perros
tienen una gama variada de alimentos (para cachorros, para perros
viejos, para hembras gestantes, etc), y además suelen proporcionar
información acerca de la cantidad de comida que ha de contener la
ración diaria en función del peso y raza del perro.
Un perro sano y bien enseñado (o sea, sin malas costumbres en
cuanto a la comida) debería de comerse todo lo que le ponemos en
el plato (si la ración es la correcta). El veterinario o, mejor
aún si el perro es de raza, el criador, te pueden orientar acerca
de raciones y tipo de comida.
Hay que tener en cuenta algunos detalles para que la hora de la
comida no cause problemas de salud, a saber:
- Si hace demasiado calor y el perro no quiere comer, no le
obligues. Sus buenas razones tendrá. En general, en verano comen
menos que en invierno, debido al calor. Pero como hay muchos
otros factores que pueden influir en su apetito, esto no es una
regla muy firme.
- Nunca le des de comer después de haber realizado un
ejercicio intenso, aunque sea ya su hora de la comida. Primero
debe reposar un rato para evitar cortes de digestión, o lo que
es más grave, una torsión gástrica.
- No le cambies la dieta bruscamente. El perro debe adaptarse
poco a poco a un nuevo tipo de comida.
- Otros consejos de carácter general relativos al tema de la
comida, pueden verse en la página de
alimentación.
- Para que el perro esté sano y en forma, debe de realizar un
ejercicio regular. Pasa igual que con las personas.
- Elige bien el momento del día. Las horas de más calor, el
perro tiende a pasarlas durmiendo. No pretendas que en esos
momentos trabaje al máximo.
- Un perro que hace poco ejercicio, no trabajará al máximo de
la noche a la mañana. De modo que no provoques cambios bruscos
en intensidad, por ejemplo al comenzar las vacaciones. Los
perros también sufren de agujetas, esguinces, estirones... todas
esas “lesiones” que puede tener una persona sedentaria al
ponerse a hacer un ejercicio fuerte bruscamente. Si se
entusiasma demasiado, eres tú quien tiene que ponerle el freno,
ya que el perro seguirá hasta que no pueda más.
- En resumen, que el perro se mueva todo lo posible sin
forzarse hasta el límite. No se pueden dar más consejos:
simplemente usa el sentido común.
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Enfermedades. |
Dado que estas páginas no pretenden ser un manual médico, que
existen muchos textos sobre el tema de las enfermedades del perro
y las describen más o menos detalladamente, y sobre todo, que en
la inmensa mayoría de los casos lo único que el dueño puede y debe
hacer es acudir al veterinario, no se explicará aquí en que
consiste cada enfermedad.
Lo que si se hará será dar una lista de sintomas de alarma, que si
observamos en nuestro perro, motivan el dirigirse al veterinario
lo antes posible. A veces puede no haber tal enfermedad, y el "sintoma",
deberse a algún otro motivo menos alarmante, pero es mejor pecar
por exceso de precaución. Ante la aparición de cualquiera de los
síntomas de la siguiente lista, lo mejor es acudir al veterinario
de inmediato.
Ya que algunas enfermedades son más características de ciertas
razas de perros, es interesante considerar la idea de comprarse un
buen libro dedicado a la raza del perro que poseas. La mayoría
suelen hablar de dichas enfermedades y dar información práctica.
- Sintomas de enfermedad:
- Cualquier caida de pelo o lesión de la piel (abcesos,
escamaciones, etc) puede tener relación con una enfermedad
cutánea. Si la piel se ve bien pero se cae el pelo, puede
existir relación con alguna carencia vitamínica o similar.
- Respiración fatigosa, jadeos o cualquier alteración del
ritmo respiratorio normal, en especial si el animal está obeso
o es muy viejo, y no hay un motivo evidente (calor, ejercicio
intenso), puede ser señal de un problema respiratorio (p.e.
asma) o sintoma de algo más.
- Tos persistente.
- Si aparentemente sano, cambia su comportamiento, actua con
nerviosismo o temor infundado, rechaza la compañía y se
esconde. Mucho cuidado si de repente le dá por aullar.
- Gime sin motivo y continuamente, o cuando se coloca en
ciertas posturas. O no puede mantenerse mucho tiempo en la
misma posición (estando acostado).
- Diarreas persistentes o sanguinolentas.
- Pulso acelerado que no se corresponde con la actividad que
realiza.
- Vómitos continuados.
- Muestras de dolor al orinar, u orina sanguinolenta.
- Extrema delgadez, aunque coma aparentemente bien.
- Temblores.
- Lengua sucia, mal aliento, boca reseca, muestras de dolor
al tocarle el abdomen.
- Coloración amarillenta de las mucosas.
- Inapetencia continuada.
- Señales de falta de audición (pueden ser señal de úlceras
u otitis).
- Parálisis o dificultades en el movimiento.
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Visión Canina
por Mark Plonsky, Ph.D.
Traducción autorizada al español: Lic. Claudio Pena.
Resumen
Los perros son ciegos al color
rojo-verde. Ven un mundo más brillante y menos detallado
comparados con los seres humanos. La visión periférica es mejor
que en las personas (los perros ven más del mundo), pero no son
tan aptos para juzgar la distancia. Los perros sobresalen en la
visión nocturna y la detección de objetos móviles. El cuadro 1 es
una aproximación grosera de qué ven un perro y un ser humano al
ver una banda de color (el espectro electromágnetico).
Cuadro 1
Estas diferencias en capacidad visual
tienen sentido a la luz de la teoría evolutiva. La buena
interpretación de la profundidad y la agudeza visual son
necesarias para un primate (de donde se desarrollaron los seres
humanos) que salta de la rama de un árbol a la rama de otro árbol.
La buena visión de color permitió a este primate elegir la fruta
más madura y más nutritiva. El canino, por otra parte, se adapta
bien como cazador nocturno de una presa camuflada.
Detalles
- Color
-
Los perros ven algo similar a un
deuteranope humano, es decir, son ciegos al color rojo-verde
(ocurre en 4% de los seres humanos masculinos). Puesto
simplemente, esto es debido a tener solamente 2 tipos
de conos en vez que 3 (las células sensibles a la luz incluyen
conos y bastones).
- Detalle
-
Puesto que los perros no tienen fóvea
central (o área con 100% de conos), la estimación de la
capacidad del ojo para el detalle es (a grosso modo) 6 veces
más pobre que en un ser humano promedio.
- Visión nocturna
-
- Los perros tienen visión mucho mejor
de la noche por 2 razones:
-
- El tener más bastones (que
permiten la visión de la noche).
- Tienen una estructura llamada el
Tapetum Lucidum
Esto es una superficie reflexiva detrás de la retina
(área que incluye las células sensibles a la luz) que refleja
la luz a través de ella (y da a los ojos su brillo misterioso
en la noche).
- Sensibilidad al movimiento
-
Los perros pueden detectar mejor el
movimiento.
- Profundidad y campo
-
-
Cuadro 2: demostración del campo
visual de un ser humano y de un perro. Debido a la
colocación de los ojos, los seres humanos tienen una
superposición (overlap) del campo de cada ojo de 140 grados;
en los perros, es cerca de 100.
Cuadro 2
Esto limita al perro la capacidad
de acomodar su visión (hacer foco en items de diversas
distancias), pero da un campo total más ancho permitiendo
que vean más del mundo.
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