Alas marinas Libia Brenda Castro |
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1. Mito
Ícaro vuela. La sirena eleva
su canto al cielo y lo hechiza. Ícaro le pide al
sol que lo libere de su atadura de cera y
plumas. Cae. Ahora vive libre en el fondo del
mar con su amor, su sirena voladora.
Dédalo siente celos de Ícaro.
No tiene una sirena que lo arrulle en medio de
una corriente tibia de sal, se construye una
mujer de cera y le pone alas. “No te acerques al
sol cuando vueles ángel mío”, le dice, y la
mujer sonríe una sonrisa de cera y se eleva en
el aire a medianoche. Pero nadie obedece a
Dédalo y el amanecer la derrite. Dédalo llora
plumas verdes por la pérdida de su familia. Se
va al mar, a cazar sirenas, con una red de
plata.
Dédalo construye una máquina
del tiempo. Regresa a la mañana en que empezaría
a pegar las alas de Ícaro, en vez de eso lo
encierra en el laberinto para que no se escape,
no se vaya, no se caiga al mar. Ícaro suplica
que lo dejen ver el sol. Dédalo ignora las
súplicas y se dedica a asar pescado para la hora
de la comida.
Dédalo se construye una mujer
de cera y plumas, no le pone alas, sólo un
agujero en la entrepierna. En las noches, cuando
más sólo se siente, se masturba en medio de
plumas y caricias de cera. los jadeos de Dédalo
llegan hasta el fondo del mar, donde Ícaro llora
solidariamente la soledad de su padre. La sirena
entona una canto inútil de consuelo, que no
llega a los oídos de nadie.
Ícaro y la sirena voladora
tienen un hijo sirenito, “justo al año de
casados”, Ícaro es acusado en la corte de los
tiburones de comerse a su propio hijo. Lo niega
todo, desconcertado. Llega la sirena arrastrando
una figura en cadenas, “no es él quien se comió
a nuestro hijo”, dice alterada.
La figura encadenada
levanta la cara, es Dédalo. él es quien se
almorzó a su propio nieto. “Sabía como a
pescado”, alcanza a decir su cabeza antes de que
lo decapiten.
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Libia Brenda Castro. Se dedica a editar y corregir textos en su trabajo. Escribe literatura poco realista. Da clases y talleres literarios en el afán de propagar el mismo virus del que hablaba Burroughs. Ha publicado en antologías y revistas de España, Argentina y México; tanto en papel como en la red. Cree que Julio Cortázar es Dios.
Como cuentista y
articulista, ha publicado en varias revistas,
sitios de Internet y suplementos; y en
antologías de México, España e Italia. Colabora
desde 2006 en la
Revista Digital Universitaria. Es editora de libros “tradicionales” y editora de publicaciones digitales; trabaja en el ámbito editorial desde 1996. Ha impartido clases y talleres alrededor de la literatura; estudió Lengua y literatura hispánicas en la UNAM. Desde hace un tiempo escribe sobre gastronomía (otra de sus pasiones), al respecto se puede leer su columna presionando Otros textos de Libia Brenda Castro en Literatura Virtual * * Entre el papel y la pantalla: entrevista con José Antonio Millán * Entrevista con el gourmet Ricardo Pholenz * |