El Fin de la Antilope
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Cómo halló su fin la “Antelope”  

En otra ocasión , los Skyhawk de la Fuerza Aérea Argentina (Grupo 5 de Caza) y del Comando de Aviación Naval (3a. Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque) coincidieron en San Carlos sobre el mismo objetivo. El caso que se relata, aunque con diferencia de horario entre una y otra misión, se registró el 23 de mayo cuando los niveles del combate habían escalado a la máxima intensidad. Así, el de !a fragata HMS "Antelope" pasó a ser un hundimiento compartido entre ambas fuerzas.

    El día 23 de mayo el Comandante de la Aviación Naval comunicó tempranamente su intención de realizar un ataque con sus A4Q a los buquesDespués de haber pasado toda la noche ardiendo y con terribles explosiones a bordo, la  ragata HMS "Antelope" se partió en dos y se hundió en las aguas de San Carlos. Esta  fotografía fue tomada el 24 de mayo de 1982, al día siguiente de que el buque fuera atacado por aparatos de la Aviación Naval y de la Fuerza Aérea Argentina. ubicados en el Puerto de San Carlos e instalaciones de la cabeza de playa.

    Los A4Q recibieron orden de partir a 12:35 horas desde la Base Aeronaval Río Grande. Despegaron cuatro aviones al mando de su Comandante de Escuadrilla, capitán de corbeta Rodolfo Castro Fox: iban cargados con bombas de 500 libras. AI poco tiempo se encontraron con los aviones-tanque y procedieron a reabastecerse de combustible; en estas circunstancias uno de los A4Q tuvo fallas y se le ordenó regresar a la Base, quedando entonces dos numerales para acompañar a Castro Fox: éstos eran piloteados por el teniente de navío Marcos Benitez y el capitán de corbeta Carlos Zubizarreta.

    Abandonando su altura a distancia suficiente como para evitar ser detectados por los radares ingleses, en vuelo rasante recalaron sobre el sudoeste de la isla Gran Malvina rodeándola siempre a mínima altura en dirección noroeste, para girar suavemente a la derecha en la última parte de la navegación.

    Así aparecieron súbitamente en el Estrecho y, saltando el Monte Rosalía que con sus 400 metros encubría la Bahía de San Carlos, los pilotos divisaron en ella las siluetas de cuatro buques: un destructor tipo “County”, una fragata Clase 21, un transporte y otro buque más; estaban inmóviles y se los veía impecables pintados de color gris perla muy claro. No había humo ni incendios ni nada que evidenciara rastros de combates previos. Desde tierra comenzó el rechazo antiaéreo con artillería y lanzamiento de misiles Rapier, al que prontamente se sumaron los buques con sus armas.

    Tardarían un minuto más, sesenta eternos segundos, antes de estar sobre los blancos, y ya el aire se había llenado de furiosas explosiones que sacudían a los aviones..

    Cada piloto tomó su blanco: el capitán Castro Fox lanzó sobre el destructor, el teniente Benitez sobre la fragata y el capitán Zubizarreta sobre otra fragata La mañana del 24 de mayo amaneció mostrando estas dos imágenes de la “Atelope”, con el casco al rojo vivo y en el momento de partirse y hundirse, largando una espesa nube de humo blanco.fondeada en Puerto Chancho, para escapar luego a toda velocidad a través de la isla Gran Malvina. Ninguno pudo observar sus lanzamientos. El líder escuchó las explosiones de sus bombas, Benitez no las de las suyas, y el capitán Zubizarreta tenía la sensación de que sus bombas no habían salido, realidad que comprobaron en el vuelo de regreso.

    Preocupados por no ser interceptados por los Harriers, se fueron agrupando. El líder calculó que si continuaba volando a una altura tan baja su avión no tendría combustible suficiente para llegar a la Base, por 1o que decidió ascender; al hacerlo, corriendo el riesgo de ser interceptado, debió ordenar a sus subordinados que nadie lo acompañara en esa maniobra, ya que aquellos se habían ofrecido a seguirlos y prestarle protección contra los Harriers. Así llegaron a Río Grande. El mayor peligro parecía haber quedado atrás, pero estaban equivocados. El líder arribó en último lugar con tan poco combustible que no le permitía siquiera dar una vuelta más al circuito si fallaba su aterrizaje. El tiempo no era bueno: lloviznas, viento cruzado muy fuerte y pista mojada, pero la ayuda del radar de tierra permitió su arribo sin más inconvenientes y en el mínimo tiempo.

    El capitán Zubizarreta no quiso desprenderse de las bombas que aún conservaba bajo sus alas; llegó hasta la pista normalmente, pero el fuerte viento cruzado lo desvió de su trayectoria y la pista mojada conspiró contra una efectiva acción de frenado. Ante la posibilidad de que las bombas explotaran en caso de que el tren de aterrizaje colapsara, el piloto desprendió el soporte de ellas, y a continuación accionó el asiento eyectable intentando salvar su vida. Lamentablemente, durante la eyección el asiento no alcanzó a tomar la altura necesaria para que el paracaídas completara su apertura. De resultas del impacto en la caída, el capitán Zubizarreta falleció poco después. La pérdida del Segundo Comandante de la Escuadrilla, profesional sobresaliente y experimentado, hombre valiente y apreciado por todos, significó un terrible golpe para laDesde la pista de la BAM Río Gallegos despega un Skyhawk con su carga completa de bombas y una "orden fragmentaria" por cumplir: atacar a la Royal Navy. Aviación Naval.

    Uno de los buques atacados en esta acción fue la Fragata HMS "Antelope", Tipo 21, considerada una de las mejores unidades de la Royal Navy.

    De fuentes inglesas y de un prolijo estudio que hizo del episodio el periodista E. Villarino en su libro "Exocet", se establecieron las siguientes pautas:

    "No se sabe con certeza qué tipo de bomba fue la que provocó el hundimiento del buque. Según algunos, las bombas eran de 500 libras y fueron lanzadas por los A4Q de la división de Castro Fox. Para otros, en cambio, las bombas eran de 1.000 libras, lo que significaría que fueron arrojadas por la escuadrilla de A4B comandada por el capitán Carballo de la Fuerza Aérea Argentina."

    "Lo cierto es que el 23 de mayo la meteorología era pésima. Como el avión tanque estaba bastante alejado de su posición, algunas escuadrillas de la FAA no pudieron reabastecerse y se vieron obligadas a regresara San Julián."

    "La escuadrilla de Carballo no tuvo inconvenientes con el KC-130: cargó sus tanques y continuó con su vuelo para atacar momentos antes que lo hicieran los aviones de la Armada."

    "El Comandante de la “Antílope”, Capitán Mick J. Tobin, declaró tiempo después que los buques británicos que se encontraban en el lugar rechazaron ataques de aviones argentinos empleando misiles y cañones, pero que en el último de los ataques, dos bombas penetraron en la nave sin explotar, aunque provocando daños considerables."

    "Antes de que expertos en explosivos embarcaran en la fragata para tratar de desactivar las bombas, fue anclada en la Bahía San Carlos."

    "Cuando el Sargento James Prescott, del 33ø Regimiento de Ingenieros, intentaba desarmar la espoleta, la bomba explotó provocando un enorme boquete en el costado de estribor que se extendía desde la línea de flotación hasta la chimenea. Instantáneamente empezaron a incendiarse la sala de máquinas y otros compartimentos. Personal de bomberos trató de apagar el fuego, pero todo fue inútil: no había presión en las mangueras y el humo dificultaba enormemente las tareas."

    "El Capitán Tobin ordenó entonces abandonar el buque. Apenas diez minutes después de que el último bote con tripulantes comenzó a alejarse de la nave, se sucedieron varias explosiones de gran intensidad."

    "A la mañana siguiente, 1o único que emergía de la “Antílope” era la proa mirando hacia el cielo y una densa columna de humo negro que podía divisarse desde muchas millas."

    "Aquí cabe una reflexión: cuando el teniente de navío Benitez, integrando la división del capitán de corbeta Castro Fox, atacó una fragata y descargó sus bombas, no logró escuchar las explosiones. Es probable que hayan sido esas bombas las que penetraron en la “Antílope” sin estallar. También es posible que Benitez, en vez de lanzar la carga a 300 pies 1o haya hecho a menor altura, no permitiendo que la hé1ice de la espoleta completara el número de vueltas para  armarse."

El citado libro de Villarino concluye:

    "El hundimiento de la “Antílope” pudo deberse a la acción de los aparatos de la Fuerza Aérea o de la Aviación Naval o de ambas fuerzas en conjunto. La duda podría permanecer a 1o largo del tiempo. Pero lo cierto es que la “Antílope” yace, irremediablemente, en las frías aguas de la Bahía San Carlos."

    En el libro "Air War South Atlantic" de J. Ethell y A. Price, página 133 y Apéndice 10, se señala que la HMS “Antílope” fue atacada por aviones de la El T.N. Marcos Benítez en la cabina de su A 4Q preparándose para iniciar la misión.FAA, uno de los cuales colisionó con la parte superior del mástil, quebrándolo, mientras que otro fue derribado por misiles del HMS "Broadsword" y Rapier terrestres, sin mencionar impactos recibidos. A continuación se produce un ataque de tres aviones Skyhawk -la publicación lo dice así- uno de los cuales logró dos impactos de bombas que no explotaron. Más adelante confirma la explosión de una de ellas mientras se la desactivaba, hecho éste que provocó el hundimiento del buque.

    En "Malvinas, testigo de batallas" de J. Briasco y S. Mafe Huertas, pág.  217, se menciona que el primer ataque es el de la Aviación Naval, lográndose un impacto de bomba de 500 libras sin explosión. Luego, según los autores, llega el ataque de la Fuerza Aérea Argentina con otro impacto de bomba de 1.000 libras que tampoco explota. Desactivando esta última es que se habría producido la explosión.

Julio Limardo
LV-JCL

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