POR FIIIIIINNNNN!!!!! Se acabó!!! ESTE mis queridos y adorados lectores es el capítulo final. La gran Yuki-san a escrito otros fics también, uno de CCS y otro de K&K, éste último es de un solo capítulo... aunque es un capítulo largazo. Estoy planeando traducirlo también, pero no estoy segura, pues como muchos sabrán tengo un nuevo fic en mente, aunque no tengo la más mínima idea de para cuando lo publicaré (o si haré una versión en castellano). En fin... a leer éste último super carameloso capítulo, para todos aquellos amantes del romance... como yo ;)
Una cita con un Senpai
Capítulo 13
Detendré el tiempo por tí
para que tengamos el por siempre
y lo hagamos durar más
"Supongo que eso fue estúpido." dijo Sano al discutir con Megumi. "Conozco a Kenshin mejor que tú. Yo creo que la llevó a algún restaurante caro lejos del pueblo. Pero no se lo digas a Tae." agregó bajando la voz.
"Nop. Deben estar en el dojo, justo ahora." contrarrestó Megumi observando como Sano vaciaba otra bola de arroz en su boca, tomaba sake y se limpiaba la boca con el torso de su mano. Tan sexi, pensó ella tratando de no sonreír. "Eres un patán." comentó secamente.
"Y tu eres una aguadora de fiestas." dijo él después de meterse más comida en la boca. "¡Tae!" llamó y sonrió cuando Tae se asomó de la cocina. "¡Genial! ¡Absolutamente la mejor comida de todo Nihon!" exclamó. Volteó hacia Megumi, "Hey, aun no has comido nada." observó. "¿Demasiado nerviosa para comer en frente de mi?" la fastidió, simplemente no podía evitarlo.
"No. Perdí el apetito. Muchas gracias." contestó Megumi arrogantemente.
"¿Sabes cual es tu problema?" él interrumpió repentinamente. Era el sake asentando. Pero, demonios, no le importaba. Era tiempo de que hablaran sobre lo que sucedía entre ellos. Se había dado cuenta de que habían estado tratando de evitarlo con los apodos y las escondidas indirectas entre sus comentarios.
"¿*Yo* tengo un problema?" preguntó Megumi levantando una ceja. La cena había sido larga y con Sano llegándole a los nervios, deseaba haber traído todas sus medicinas, incluyendo los venenos. ¿Con que propósito? aun no lo había pensado. Pero ella no estaba lista para esto. Tal vez nunca lo estaría. Si Sano la obligaba a abrirse, tendría que hacer algo drástico para callarlo. '¿Sii? ¿Cómo que? Como besarlo como la noche anterior.' dijo la conocedora voz dentro de su cabeza. El recuerdo del beso entre ambos causó otro sonrojo en su rostro.
"Si tu. ¿No puedes decirlo, no es cierto? Tienes miedo de admitirlo." declaró Sano simplemente ignorando cuan maravillosa se veía Megumi con el ligero sonrojo cubriendo sus mejillas.
"No se de que estás hablando." contradijo Megumi llanamente. Satisfactoriamente había podido, durante los últimos años, arreglárselas para que su corazón no se metiera con su cabeza. Con Sano se había convertido en un obvio problema porque a ella lo atraía. Y aunque tratara de negarlo, la atracción era más profunda de lo que ella había creído. Y no le gustaba. Estaba contenta siendo independiente... siempre lo había sido, hasta que él vino y arruinó prácticamente todos sus largos planes para la vida. Y el estúpido cabeza de gallina obviamente no tenía ni idea de en que tipo de problema estaba.
"Si lo sabes." Se imaginó que Megumi sentía lo mismo que lo que lo había estado fastidiando a él. Ambos tenían miedo. Y le parecía un poco tonto temerle a algo que podría traer tanta alegría...
'Como también dolor'. Siseó la sabia voz en su cerebro. Hizo una mueca ante el pensamiento. habías sufrido tanto que sin darse cuenta se habían vuelto cansados y amargos. Pero después de ver a Kenshin y Jou-chan intercambiar esas anhelantes miradas que hablaban tanto que él mismo medio creía que se besaban dentro de sus propias cabezas. Él quería tanto ser parte de algo... mágico. Diablos, ese era probablemente el sueño de todos, sin importar cuan jodidas sus vidas hayan sido.
¡No iba a dejar ir a Megumi! Había encontrado alguien con quien sabía podía compartir todo. Especialmente después de haber compartido ese beso. Y si no sucedía ahora... el beso apasionado y todo... podría hacer algo tan estúpido como caerse de un maldito árbol otra vez. "No voy a ser Kenshin y tu no vas a ser Jou-chan. Así que deja de pretender de una vez Megumi. ¡Ese beso significó algo y lo sabes!"
"No, no voy a tener ésta conversación con un borracho. Me voy a casa." ella declaró mientras se levantaba. Sano fue rápido al sujetarla.
"No te vas a ninguna parte Zorrita hasta que me digas." dijo Sano con una voz grave.
Ella estaba molesta, pero porque sabía que él estaba en los cierto. ¿Así que qué si ella estaba enamorada de Sano? El probablemente se reiría en su cara y le diría que solo estaba bromeado. Que no estaba ni nunca estaría listo para asentarse con nadie. El era un hombre que ansiaba aventuras, no una aburrida vida doméstica. "¿Qué diferencia haría?" le preguntó lentamente.
"Infiernos, Megumi, ¡pucha! Vamos, tu eres la que me besó y tu eres la que me trata como deseando que ese beso nunca sucediera. Deja de jugar con mi cabeza." dijo furioso, parándose amenazante ante ella. Se estaba frustrando como los mil demonios y no le gustaba para nada. Sería un maldito hipócrita si negaba que los apodos lo estaban cansando. Pensó que ya habrían pasado esa etapa. Por supuesto tenía sus propias reservas de apodos pero él solo estaba bromeando. Esperaba mucho más de ésta cita. Y no se iría a casa con el recuerdo de ella llamándolo idiota cabeza de gallina. No ésta noche.
"Bien." dijo Megumi a través de sus apretados dientes. Obviamente, en algún momento Sano se las había arreglado para meterse en su corazón y no importaba cuanto tratara ella, no podía sacárselo como cualquiera otro de los hombres que tratara y fallara en ganar su corazón y su confianza. Lo miró directamente a los ojos. "¡Tu ganas Sagara! ¡Estoy enamorada de tí! ¡¿Ya, feliz?! Otro empuje para tu machacado ego... umph..."
Él la besó.
Un largo, fuerte y apasionado beso que los dejó a ambos sin aliento e ignorantes de la audiencia quienes de pronto sintieron el calor en el aire.
Finalmente, después de que Yahiko se vio tentado a echarles una cubeta con agua helada, la pareja se separó. Ambos respiraban pesadamente y con los ojos bailando locamente.
Sano le sonrió. "¿No viste venir esa huh, Zorrita?" preguntó acariciando suavemente las mejillas de ella con su mano vendada. El gastado material se sentía áspero sobre la piel de Megumi, pero a ella le gustó. ¡Oh, le gustó un montón!
"No." admitió ella. "Pero sé una cosa Sagara." dijo sonriéndole con sus tibios ojos canela riendo alegremente.
"¿Si? ¿Y que es Koibito?" preguntó él, bromeándole con el termino de cariño. Estaba medio esperando que ella lo empujara o quizá otro beso. Después de todo, se estaba volviendo bastante evidente cuan irresistible era él para ella.
Koibito. Amante. Otra cosa que Megumi descubrió que le gustaba. Levantó una ceja y trató de ocultar la sonrisa de satisfacción de sus labios. "Tu pagas la cuenta hoy, Koibito." contestó ella, poniendo sus brazos alrededor del cuello de Sano.
Sano le sonrió. "Oh. Bueno, tengo un secreto." dijo con una voz ronca, acariciando con su boca el oído de Megumi. Ella rió suavemente, y él sintió su corazón saltar ante los temblores que recorrían por sus cuerpos. "No tengo dinero, Kenshin prometió pagar por la comida." dijo sobre su cuello. Ella se estaba poniendo un poco nerviosa, él podía saberlo por la forma en su pulso saltó sobre la piel. El levantó la cabeza y observó los grandes ojos marrones de ella.
"¿Hontou?" preguntó suavemente.
Sano asintió seriamente.
"¿Qué hacemos ahora? Yo no voy a pagar Sagara." preguntó Megumi pegando su cuerpo contra el de Sano.
Los ojos de Sano brillaron juguetonamente, abrazándola más fuerte y ante el grito de sorpresa de Megumi, la levantó sobre su hombro. "Corremos." Y se fueron el cabeza de gallina con la Zorra gritando insultos y cariños.
Tae vio con ojos aturdidos como Sano y Megumi desaparecían tras una esquina. La boca abierta. ¡Acababan de huir! ¡Sin pagar la cuenta! Esos dos... volteó hacia Yahiko y Tsubame quienes también habían desaparecido de su lado. La boca de Tae se cerró mientras ella caía sobre una silla, con la gran gota de sudor y todo. "Ya verán... ¡todos por esto!" juró solemnemente. ¡Todos, especialmente el rurouni pelirrojo quien había maquinado toda la fiesta!
Ella había oído correctamente. De seguro. O sino lo iba a matar. "¿K-Kenshin?" preguntó de nuevo, sus ojos azules buscando su rostro. 'Ai shiteru'. Las palabras resonaban dentro de su cabeza.
El le sonrió. Tranquilizándola una vez más mientras que su mano iba al cuello de Kaoru y suavemente la acercaba a sí. Kenshin no se dio cuenta de como ellos se las habían arreglado para cambiar de posición a una más íntima. Ella estaba arrodillada en frente de él y los brazos de él sujetaban su cintura. Ella parecían haber olvidado momentáneamente su miedo a las alturas. Pero esa estaba bien con él. Definitivamente no iba a recordarle que estaban a casi tres metros de altura. El la vio sonrojarse otra vez y al mismo tiempo supo que nunca se cansaría de observarla. El sintió como ella separaba las rodillas para hacerle espacio, y como ella no protestó él la abrazó. Con un ligero sobresalto Kaoru lo abrazó más fuerte.
"¿No vas a decir nada Kaoru?" preguntó, su respiración acariciaba el cuello de ella.
Ella escuchó el temor al rechazo en su voz y mentalmente se reprendió a sí misma por ser tan estúpida. Gentilmente lo alejó para poder ver su rostro. Ella estalló en carcajadas, pues él estaba haciendo un puchero, y ella nunca antes lo había visto de ésta forma; sin barreras e informal. Cuando notó el brillo de temor y dolor en los ojos de Kenshin ella hizo lo único que podía pensar para asegurarle que ella sentía lo mismo. '¡Baka Kenshin! ¡Ya deberías saberlo adorable idiota!' Y con ese pensamiento casi saltó sobre él, haciéndolo tumbarse sobre el techo.
Jalándola con él, Kenshin se encontró atrapado debajo de Kaoru. El peso de ella era bienvenido por Kenshin justo a su calor y presión. El sintió la tibia sensación crecer dentro de su corazón una vez más. Ella murmuró con gran ternura las palabras que Kenshin había soñado escuchar.
"¡Ai shitetu Kenshin no baka!" dijo ella riendo alegremente ante la sorprendida expresión en la cara de Kenshin y luego ella prosiguió a bañarlo con suaves besos sobre su rostro.
Kenshin no se atrevió a preguntar si había escuchado bien por miedo que ella retire lo que acababa de decir o que lo pateara fuera del techo. Recuperando su confianza presionó el cuerpo de Kaoru más fuertemente contra el suyo, inmovilizándola. Ella lo miró interrogantemente y él silenciosamente guió su boca a la suya. Su primer pensamiento fue que eso no podía estar pasándole, que era un cruel sueño y que eventualmente se despertaría y se encontraría en su futón solo. Pero cuando ella respondió experimentalmente, el labio bajo de ella rozando contra el suyo, Kenshin volvió inmediatamente a la realidad. Él gimió suavemente incapaz de evitar besarla de nuevo.
¡Su primer beso de verdad! el solo pensarlo parecía haberla dejado sin energía y estaba feliz de la fortaleza de él. Ella estaba un poco nerviosa al principio, temía ser muy torpe o que sus labios no fueran suaves y ¡oh Kami por favor que no huela a sudor! se relajó un poco cuando Kenshin no pareció notar ninguna de éstas cosas. Y se dio cuenta de que se estaba volviendo más y más atrevida con cada roce, con cada intercambio de aire. Ella se acercó más cuando Kenshin ladeó su cabeza para ahondar el beso.
Su mente estaba tambaleándose por la intensidad del beso. Era suave como la brisa de primavera y aun así estaba dejando la mitad de su cerebro y cuerpo en una gran masa de nervios. Estaba al borde del acantilado, donde debía que podría perder el control fácilmente. Pero tal vez era hora de tirar el control al viento. Lentamente lamió los labios de Kaoru, haciendo que ella gimiera suavemente, un sonido que ni ella misma se había dado cuenta que hacía.
Kenshin fue quien rompió el beso. Observó el rostro de Kaoru un momento. Sus ojos estaban cerrados, sus labios rojos ligeramente separados. El suspiró mientras que con un dedo recorría las mejillas de ella, haciéndola abrir los ojos.
"¿Nani?" preguntó Kaoru un poca soñadamente. "¿Sucede algo Kenshin?" ella sintió momentáneo pánico cuando Kenshin se levantó, sujetándola a la distancia de sus brazos.
"Iie." respondió Kenshin, frotando su manos sobre los hombros de ella. "Es solo..." le acercó a ella y rozó sus labios contra los de ella, simplemente no podía detenerse. Vagamente escuchó la risa nerviosa de Kaoru cuando sus labios encontraron su camino por la barbilla de ella, recorriéndola con sus besos, siguiendo el arco de su cuello hasta su oído. Murmuró calladamente: "Es solo que... ésta es difícilmente la hora, menos el lugar para hacer esto...".
"¿No lo es?" preguntó Kaoru jugando con el collar del gi de Kenshin, recorriendo con su dedo no tan accidentalmente su piel expuesta. Ella podía sentir el salto de sus músculos, y ella rió, maravillada de tener ese efecto en él. "¿Así que, qué sugieres?" preguntó un poco burlona.
Kenshin sonrió, y en un solo movimiento, la paró sobre sus pies, cargándola al levantarse.
"¿Qué--" Sus ojos se agrandaron cuando captó el brillo juguetón en los ojos violetas. Entrelazó sus dos brazos al rededor de cuello de Kenshin arrimándose más cerca a él. "Kenshin... ni siquiera pienses en..." ella le advirtió. 'Esta cita aun no termina.' pensó tibiamente, no cuando se estaba divirtiendo tanto.
Kenshin le guiñó un ojo, "¿Ni siquiera piense en que?" preguntó. "Solo vamos abajo. Donde es seguro." dijo sonriéndole.
Ella ladeó la cabeza tratando de tener alguna pista que lo que él tenía en mente. "Kenshin..."
Y antes de que ella pudiera terminar su oración, él saltó del techo y cayó tranquilamente en el suelo, casi sin hacer sonido alguno.
Yahiko había tenido suficiente de la cita "planeada" de Kenshin. Había sido muy ingenioso, tenía de darle el crédito al rurouni por eso. Estaba seguro de que Kenshin tenía las mejores intenciones en mente, pero el tener que hacer de "mesera" por una hora no estaba en su lista de diversión. Y como Sano y Megumi también se habían ido, decidió escaparse, no vaya a ser que Tae lo viese y le hiciese lavar los platos en pago por la comida que Sano, sin vergüenza, se había engullido en frente de su "cita". Y eso definitivamente arruinaría su día. Por supuesto que la sonrisa de Tsubame valía por la humillación de tener que vestir ese tonto delantal. Pero estaba feliz de estar otra vez con su ropa usual, y quería aclarar con Kenshin algunas cosas, sin mencionar burlarse de Kaoru hasta enloquecerla. Tenía que admitir que su sensei se veía bien. Los Tanukis eran para algunas personas bonitos. ¿Así que porque Kaoru debía ser una excepción? Sonrió al pensarlo.
Y así se encontró camino a casa. Lo que vio allí cambió drásticamente su estado de animo. No podía estar más feliz. La escena que se desarrollaba en frente de él era suficiente para inspirarlo en más de cien apodos y burlas que le durarían a él y a su busu-sensei toda la vida.
Estaba doblando la esquina cuando escuchó la suave risa en el patio del dojo. Estiró el cuello y vio a Kaoru y Kenshin parados a la entrada con sus cabezas presionadas una contra la otra riendo calladamente en la noche.
"¿Nani?" murmuró.
Kenshin y Kaoru.
Parpadeó varias veces, incapaz de creer que los dos finalmente fueran un.un...¡¿una pareja¡?
Yahiko tembló brevemente al pensarlo. No estaba seguro de lo que Kenshin hizo y como lo hizo, pero obviamente había tenido éxito. El joven sonrió. 'Bueno, tienes lo que querías Busu.' pensó cariñosamente. "Nunca pensé que éste día llegara."
"¿Qué día?"
Yahiko saltó tragándose un grito. "¡Sanosuke, idiota! ¡No hagas eso!" masculló, poniéndose rojo. Esperaba que Sano no lo hubiera notado.
"¿Te asuste huh?" preguntó Sano sonriendo, notando las mejillas rojas de Yahiko y su rápida respiración.
"¿Y porque la sonrisa sonsa?" preguntó Yahiko, alistándose para molestar a Sano cuando recordó el beso que acababa de presenciar y la inocencia que acababa de perder. Giró los ojos. "No me digas que Megumi cayó." preguntó medio burlón.
"No puedo evitar que piense que soy endemoniadamente sexi." respondió Sano con una amplia sonrisa y un guiño sugestivo.
Era la respuesta que Yahiko esperaba. "Correcto." respondió fingidamente. Y él pensaba que Megumi tenía más sentido que su Busu-sama, aparentemente no.
"¿Y que hay de nuestro dos amigos allí dentro?" preguntó Sano estirándose sobre el largo árbol tras el que Yahiko se escondía.
"Pues supongo que todo esa melosidad será mucho mejor que un bokken en la cabeza de vez en cuando." contestó Yahiko asintiendo ligeramente.
"¿Huh?"
"Si Busu va a estar así de amorosa por el resto de su vida, entonces sinceramente espero que reduzca sus tendencias violentas." empezaba a sentirse como todo un adulto.
Sano lo miró cuestionante. "Como sea." Ambos observaron por varios minutos más.
Kenshin se veía como el idiota enamorado que Sano esperaba y Jou-chan como un dulce gatito que tenía las garras sobre el ratoncito.
"Kenshin está en problemas, ¿no?" preguntó Yahiko un poco asombrado por el giro de las cosas.
"Sip. Grandes problemas." respondió Sano sonriendo ampliamente.
La pareja finalmente se besó. Sano y Yahiko se miraron entre sí y empezaron a hacer sonidos chistosos.
"Eeeuwww." comentó Yahiko. "Los adultos hacen las cosas más desagradables." murmuró.
"Bueno, antes de que hagan algo que te desagrade aún más, mejor no vamos." dijo Sano, mirando de la pareja a la sucia calle y dirigiéndose a la clínica de Megumi.
"¿Que otras cosas desagradables?" preguntó Yahiko repentinamente, interrumpiendo los pensamientos de Sano.
"¿Realmente quieres saber?" preguntó Sano, el misterioso brillo en sus ojos estaba escondido por la caída de su cabello. Megumi podía esperar. Esto iba a ser mejor que nada en lo que Sano hubiera pensado.
Yahiko asintió emocionado, sus ojos brillantes de curiosidad.
"Entonces vamos a tener una conversación de hombre a hombre. Vámonos." dijo alegremente, cogiendo el collar del gi de Yahiko y levantándolo del suelo. Sano escuchó el murmullo de una maldición y giró al chico hacia sí para verlo cara a cara. "Si tienes cerebro, te sugiero que cierres la boca o arruines el momento de Kaoru y entonces mueras." le advirtió, su voz llana y letal.
Yahiko apretó los dientes y gruñó.
Perfecto. Sabía que el chico no le gritaría ningún insulto. "Vamos a divertirnos tanto ¡Yahiko-CHAN!"
Sano tuvo que contenerse de cacarear como un gallo loco mientras corría llevando a Yahiko consigo.
Pobre chico.
Cuando ellos finalmente se separaron para respirar, Kenshin tuvo que sacudir la cabeza por unos cuantos segundos para alejar los pensamientos que pululaban su cargado cerebro. Kaoru tenía la cabeza apoyada en su pecho. El gi de Kenshin ya estaba medio abierto. Las manos de ella estaban presionadas contra la piel expuesta y sus músculos no se quedaban quietos. Incluso si él lo deseaba. Suspiró y levantó la barbilla de Kaoru para poder ver su rostro. Ella se veía un poco sonrojada y sus ojos azules eran casi como fuego líquido, llenos de pasión y aun así aún mantenían el encanto infantil brillando en ellos.
La espalda de Kaoru estaba contra la pared, y él la había estado besando por... Kenshin no tenía idea. Un instante estaban en la entrada riendo suavemente, inocentemente y aun un poco tímidos y al siguiente momento...
El recorrió con sus dedos las mejillas de ella. La escuchó suspirar y él la imitó con una pequeña sonrisa y un beso en la frente. "No deberíamos." Kenshin se las arregló para decir.
"¿No deberíamos que?" preguntó Kaoru ladeando la cabeza.
"No deberíamos estar haciendo esto." dijo él finalmente, después de un momento considerando las palabras que explicarían lo que estaba sintiendo.
"No estamos haciendo nada malo, Kenshin." lo regañó Kaoru ligeramente. Ella se paró de puntillas y le dió un largo y lento beso.
El respondió anhelante. Presionando su cuerpo contra el suyo. Suspiró y rompió el beso. "Koiishi... yo... tu aún..." de calló. Estaba hablando sin sentido y Kaoru le estaba sonriendo expectante.
"¿Qué?" bromeó Kaoru, recorriendo con sus pequeños dedos el interior del gi de Kenshin. Bordeando curvas invisibles sobre su suave piel. "¿Que deberíamos estar haciendo entonces?" preguntó juquetonamente.
"Hablando." contestó Kenshin poco convincente.
La gran risa de Kaoru penetró el corazón de Kenshin.
"Ya hemos hablado bastante. ¿Recuerdas? Hemos hablado toda la noche y la noche anterior." le informó despreocupada, su brazo rodeando su cuello para acercarlo hacia ella. La caída del cabello carmesí hacía parecer que ellos eran las únicas personas en el mundo, escondiéndolos de todo lo que silenciosamente los apartaba.
Ella nunca antes se había sentido tan a salvo y segura en su vida.
Por otra parte, Kenshin nunca antes se había sentido tan libre y contento. El abrazarla era suficiente para él, aunque había partes de él que querían más que solo observar y besar. La necesidad de estar con ella era en realidad tan grande como su necesidad de protegerla, incluso mayor ya que era de él de quien ella necesitaba protección.
Ella pareció haber leído su mente, y juguetonamente golpeó su mejilla. "¡Kenshin no baka! No empieces a pensar así. No necesitas protegerme de nada, mucho menos de ti."
Él tenía ambas manos en la espalda de Kaoru para mantenerla quieta. Cuando ella se molestaba, siempre parecía capaz de cualquier cosa, y en éste momento él estaba medio temeroso y medio deseoso de que ella saltara sobre él e hiciera lo que ella desease. "Pues entonces, deberíamos estar descansando." sugirió él rozando su nariz contra la de ella. Sonrió cuando ella se sonrojó esperando escuchar su decisión.
Kaoru parecía estar considerando esto pues estaba finalmente quieta. "Pues bien." dijo ella retirando sus brazos de él y dejándolos caer limpiamente a los lados.
Kenshin dejó escapar un suspiro, que se encontraba en algún lugar entre decepción y alivio.
Kaoru rió. "Vamos Baka." dijo ella sujetando su mano y guiándolo a su habitación.
El sonido de pánico que Kenshin hizo ocasionó otra carcajada de su parte. Las manos de Kenshin se había puesto inmediatamente frías y sudadas.
"Kaoru espera...no deberíamos...nosotros...quiero decir, yo quiero...pero...sessha...sessha...orororo..."
Kaoru lo calló con un persistente beso y luego retrocedió para disfrutar de la tonta expresión en su rostro. Sus ojos casi dorados traicionaban sus verdaderos sentimientos, y Kaoru podía sentir los temblores recorriendo su espalda. Era muy tentador el fastidiar a Kenshin un poco más, pero él estaba en lo cierto. "No haremos nada Kenshin."
"¿No?" preguntó él con un tono de voz ligeramente decepcionado, al darse cuenta sacudió su cabeza otra vez. Al parecer no podía hacer que su mente trabajara correctamente, especialmente después de la forma en que ella lo había besado.
"Hai. No necesitamos apurar las cosas. Pero..." ella calló, de pronto tímida y renuente.
"¿Pero que Koiishi?" preguntó Kenshin sin atreverse a ir a ninguna parte donde sus brazos no la alcanzaran.
"Pero me gustaría dormir a tu lado y despertar a tu lado." respondió Kaoru suavemente, sus ojos azules encontrándose con los de él.
Kenshin suspiró. Ella pedía tan poco y al mismo tiempo, pedía mucho. ¿Como podía eso ser posible? le preguntó su mente racional. Él tenía la respuesta.
Ella era como una niña y al mismo tiempo esa increíble mujer que hacía que cada parte de su cuerpo doliera por estar con ella y sujetarla contra si. Ella era vulnerable y al mismo tiempo fuerte, y él se preguntaba frecuentemente si quizá ella no era incluso más fuerte que él y battousai.
Por todas esas contradicciones en Kaoru, él la amaba incluso más. Siempre había algo nuevo en ella. Y él quería descubrir todo sobre ella... toda ella.
Kaoru le estaba dando ésta oportunidad. Y ellos ni siquiera tenían que 'hacer' nada aún.
"Prometo ser buena." bromeó Kaoru caminando hacia él seductoramente.
"¿Oro?" exclamó Kenshin, sonrojándose hasta las raíces de su cabello. Aquello sonó como algo que Megumi diría, pero viniendo de ella, lo hacía parecer algo completamente inocente.
Kaoru rió. "No voy a morder." añadió.
Kenshin iba a sangrar por la nariz.
"Ow, vamos Kenshin. ¿Por favor?" pidió Kaoru sujetándolo.
Kenshin fue un inútil cuando ella lo jaló dentro de su cuarto. Tragó saliva duramente cuando su aroma lo asaltó. Su aroma a jazmín era mucho más fuerte aquí, en su almohada, en su futón...
"Koiishi..." empezó a decir renuentemente mirando el cuarto y luego casi desmayándose cuando sus ojos la vieron quitarse el obi. Contra la suave luz de la única vela encendida en la habitación, ella se veía absolutamente irreal y delicada. Por un momento sus reservas de oxígeno fueron sacadas de él haciéndolo sentir que volaba. "Kaoru...qu-qu-que estás hac-haciendo?"
Kaoru levantó la cabeza y se sonrojó. "¡Baka! ¡Se supone que debes voltearte!" Inmediatamente giró cerrando su casi abierto kimono.
"¿¡O-oro!?" dijo Kenshin aún parado allí, sin hacer caso de las palabras de Kaoru. Cuando ella le tiró el bokken que golpeó su cabeza en un ángulo perfecto, recién captó la idea. Por supuesto para entonces él ya estaba sobre su espalda, mirando el techo.
El sonido de la ropa rozándose y cayendo al suelo lo regresó a la realidad. Dejó de respirar todo el tiempo que estuvo tirado allí. Las sombras que se movían contra la suave superficie del techo tampoco ayudaban mucho. Lo hacían sentirse más... intranquilo. Cuando la luz se apagó y escuchó a Kaoru entrar en el futón, lo tomó como una señal de que era su turno de cambiarse.
"¿Kaoru?" preguntó delicadamente.
"¿Hai?" le contestó con voz igualmente de callada que la suya.
"¿No estás viendo no?" preguntó neciamente.
Kaoru murmuró una maldición y se fastidió al saber que ya le había tirado su bokken. "¡Por supuesto que no!"
Por supuesto ella estaba mintiendo. Y Kenshin lo sabía. Pero, como Sano siempre le decía, ¿que demonios?
Finalmente hizo algo que haría a Sano orgullecerse. Kenshin se sonrió a sí mismo cuando escuchó la rápida forma en que Kaoru tomó aire. Él entendía muy bien lo que ella estaba experimentando. 'Dos siempre puedes jugar el mismo juego, Kaoru', pensó cariñosamente mientras silenciosamente se dirigía al futón.
Ella no lo pensó dos veces cuando sintió el brazo de Kenshin rodear su cintura. Ella se acomodó contra su cuello y suspiró.
"¿Mejor?." preguntó Kenshin.
"Hai." susurró ella.
"Desearía poder verte." dijo Kenshin besando la cabeza de Kaoru y apoyando la suya sobre el mismo lugar.
"Lo harás. Tal vez la próxima vez." contestó Kaoru suavemente.
"¿Habrá una siguiente vez, no?" preguntó, la necesidad de ser tranquilizado aparecía nuevamente.
"Tenemos el por siempre Kenshin. Yo no me preocuparía por una siguiente vez." murmuró Kaoru.
Ambos estuvieron callados por algunos minutos. Disfrutando el hecho de que finalmente estuvieran juntos. La casi callada noche estaba lentamente adormeciendo a Kaoru. Ella levantó la mano para tocar el rostro de Kenshin. "Ai shiteiru." dijo suavemente quedándose dormida.
"Ai shiteru Kaoru." respondió Kenshin. "Y gracias."
Afuera, los rayos azules contra el negro cielo marcaban el inicio de un nuevo día. Estaba garantizado que sería uno de los mejores días que Tokio haya tenido, porque éste día empezó con amor, esperanza y el cumplimiento de un sueño.
-FIN-
Buaaaa!!!!! Se acabó!!!! Ahora sí, éste es el final. Espero que éste fic les haya gustado tanto como me gustó a mí.
Aquí adjunto un pequeño glosario de los términos que pueden haber encontrado en éste capítulo. Hasta la próxima!!!
· aa - si, forma informal
· ahou - idiota, pero en una manera mucho más fuerte que Baka
· ano - umm... er...
· aishiteru - Te amo.
· arigatou - gracias
· baka - idiota, estúpido.
. bokken - espada de madera
· busu - fea
· daijoubu - Está bien.
· dame - detente
· demo - pero
· doushite - Por qué
· getas - zapatos de madera que usan los japoneses
· gi - cosa rosada que Kenshin usa. Esa especie de polo. El de Yahiko normalmente es verde.
· gozaru (de gozaru, de gozaru ka, de gozaru ya, etc) son variantes de la misma forma. No significa nada en castellano, pero demuestra mucho respeto. Solo Kenshin lo usa.
· hai - si
· hakama - especie de pantalón. El de Kenshin es medio blanco. Kaoru usa uno azul oscuro.
· hentai - pervertido
· hontou - verdad
· Iie - no
· Jou-chan - literalmente: Pequeña Señorita, es el apodo que usa Sano con Kaoru.
· Kami - Dios (Kami-sama)
· kirei - hermoso
· Kitsune - Zorro
· koibito - amante
· koishii - cariño, mi amor.
· mou - exclamación de exasperación
· nani - qué
· ne - ¿no?
· okaerinasai - bienvenido a casa
· ohayou - Buenos días
· onna - mujer
· onegai - por favor
· onigiri - son esas bolitas de arroz que Kenshin hace (con formas de animalitos)
· oyasumi nasai - buenas noches
· rurouni - vagabundo
· sake - licor de arroz
· sessha - yo, en el estilo de Kenshin, literalmente significa: "indigno"
· sensei - maestro, también se usa para doctores.
· sumanu - lo siento
· senpai - persona de un rango superior, pero no necesariamente un jefe. Por ejemplo el mejor alumno, como en éste caso.
· sessha mo - yo también (dicho por Kenshin)
· shoji - Puertas japonesas, hechas de papel.
· sou - en serio?
· tadaima - Ya llegué, ya estoy en casa.
· Tanuki - mapache
· tasukete - Ayuda (o ayúdame)
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