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ESTE FANFIC PERTENECE A YUKI-SAN. Yo soy solo la traductora... snif!!

 

Título Original: A date with a Senpai

Autora: Yuki

User ID: 29220

E-mail:tanukigirl@edsamail.com.ph

 

Capítulo 5

Pequeñas ratas tontas

tramando para juntas dos corazones

Agradecerles... o no?

*Eso fue tonto!

 

 

 

 

"No me hagas molestar! Ahora hazlo. YA!"

"Aw, Kaoru! Ya no puedo soportarlo!"

"Ahora o realmente lo vas a lamentar!"

El argumento molestaba incluso a los pájaros que los veian. Habían dejado el árbol en se habían posado, tal vez deseando una mañana tranquila. No habían esperado que un chico de su tamaño y una chica como ella pudieran causar tanta bulla.

Pero Kaoru no estaba de humor para actuar bien. Estaba de camino al dojo de Yaminobu y había dado sus instruciones a todos.

No la había sorprendido que Kenshin hubiera simplemente aceptado cuando ella le dijo que limpiara todo el dojo despues de lavar mientras ciudaba a Ayame y Suzume.

Se había topado con un pequeño problema al pedirle a Sano que comprase el tofu en su camino al centro; que ella hubiera podido fácilemente eludir si Kenshin no hubiera intervenido y dicho algo calladamente al ex-gangster. Ella esperaba mandar al cabeza de gallina a la clínica de Takani por una razón diferente cuando Sano rápidamente cogió la vasija del tofu y gruñendo se fue hacia el mercado sin ningún insulto o queja. Lo que sea que le dijo Kenshin a Sano la dejó estupefacta. Ella no sabía que Sano fuese suceptible a culpa o algún sentimiento de ese tipo.

Yahiko fue su glitch. Le había ordenado que haga un total de 500 movimientos (swings), a lo que el chico se había negado. El resultante argumento había durado hasta ahora y el mocoso aun estaba firme en su desición de desafiarla y usar los términos que ella odiaba más.

"Fea! Esto es completamente ridículo! No voy a dejar que me lo ordenes!" exclamó indignado.

Allí va de nuevo! Esa palabra!

"Escucha mocoso. Leiste mi carta esta mañana y casi me ahogaste anoche, dime porque tendría que sentir lástima por tí hoy?" dijo ella cruzando sus brazos.

Yahiko gruñó y empezó a soltar algunas de las palabras que había aprendido de Sanosuke. Kaoru se le juntó y antes de que Kenshin lo supiera otra pelea iba en camino convirtiéndose en un record en esta región. El había tranquilizado a un terco Yahiko diciendole que Hiko lo hacía hacer 1000 movimientos todos los días al amanecer. Cada movimiento contado en voz alta.

Kaoru sonrió para sí misma. 500 no era necesario, Yahiko había perfeccionado su última lección y estaba listo para aprender movimientos más complicados. Sonrió mucho más divertida de poder tomar su dulce venganza con el mocoso. Volteó hacia Kenshin quien ya estaba en su camino hacia la vasija del lavado con un cargamento de ropas. "Regresaré antes del almuerzo."

"Hai Kaoru-dono. Voy a hacer tu plato favorito." Sus ojos violetas tibios y prometedores.

"Uh... No almozaré aquí, recuerdas?" dijo ella warily; no quería realmente tirarselo a la cara de Kenshin, lo encontraba infantil incluso para sus estandards. Y no era el momento adecuado para ello tampoco. Apretó los dientes ante la respuesta evasiva de simplemente asentir del vagabundo. Ella esperaba un poco de celos en sus ojos violetas. Incluso una pequeña mueca que indicara su desaprovación por su actitud hubiera hecho una diferencia. Estaba a punto de cancelar la cita de cualquier manera.

'Demonios!' pensó ella intentando no estrangular al hombre en frente suyo. No sabía si era capaz de sutilesas cuando se trataba de cosas como esta. No obteniendo la reacción deseada, ella parpadeo soñadoramente y miró hacia el cielo con las manos juntas. "Tengo que verme con Ichiro-san, recuerdas?" dijo, ladeando su cabeza para obtener una mejor vista de Kenshin. No podía verlo claramente, cuando volteó su cabeza una fracción más, allí sus miradas se cruzaron y finalmante... el brillo de envidia en lo profundo de sus ojos!

Ella sintió su rostro arder.

'Kaoru no baka! Eso fue cruel!' volteó y sonrió ampliamente. 'Me gustó la mirada posesiva en sus ojos!' tembló ante la intensidad de sus rápidas miradas. 'Heh! Si esa es la manera en que lo quieres... bien!' pensó ella, sería menos doloroso para Kenshin si ella tuviera una placa en la cabeza que diciendo que ella iba a una cita esta noche y no... no es con quien tu sabes.

Tratando de actuar casual pretendió estudiar la posición de Yahiko al practicar sus movimientos, mentalmente contando en completa sincronía con Yahiko. Cincuenta y uno, cincuenta y dos, cincuenta y tres...

Kenshin inmediatamente miró a otro lado.

'Demonios!' pensó Kenshin, golpeandose mentalemente por el desliz. Sentía que debía decir algo y repentinamente barboteó: "Oh. Gomen lo olvidé. Bueno, uh... te veo luego Kaoru-dono." Dijo agachándose, metiendo las ropas dentro de la tina de lavado. No pudo hacerse desear a Kaoru un buen día, eso sería demadiado. Pretender asentir con Megumi y pararse y ver a Kaoru ser robada justo bajo sus narices era ya bastante duro.

"Um, claro Kenshin." Dijo volteando a verlo, insegura de si había visto sus ojos oscurecerse, tal vez era sólo las sombras en su rostro. No fue capaz de llegar a una conclusión oyendo a Yahiko contar... fuerte y claro.

Ni siquiera estaba contando.

Con cada movimiento de la shinai las palabras Fea, Busu y Cerda salían de su boca alternadamente. Cuando ella volteó hacia él avanzando con una mirada venenosa Yahiko tembló y le lanzó una de sus sonrisas más paralizadoras. Si Tsubame la hubiera visto se hubiera desmayado, pero no Kaoru.

Dándole a Yahiko una de sus propias sonrisas sujetó fuertemente el bokken en su mano izquierda. Escondido en su yukata, Yahiko ni siquiera supo que lo golpeo ni como eventualemente terminó mirando el cielo azul, o porque había un puñado de octopus nadando por sus ojos.

Iendose, dejándo a Kenshin mirando al joven muchacho tirado en el suelo Kaoru canturreó "Y haz mil movimientos hoy Yahiko-CHAN!"

Tararando para sí misma, Kaoru skipped and half jogged en su camino al dojo de Yaminobu. 'Eso le enseñará a Yhiko modales!' No podía evitar a que el día terminara. Había hecho un completo plan para atrapar a Kenshin hoy. Decidió que era hoy o nunca. Lo había dejado alejarla por mucho tiempo. Esta vez, era su turno de elejarse de él. Una dosis de su propia medicina sería amargo, pero todos los doctores dirían: Hará que el dolor se vaya.

E Ichiro-san jugará una gran parte del plan, sin saberlo! Sin el riesgo de dañar sus sentimientos! Ah! Era una mujer tan brillante!

 

 

 

 

Sano estaba en una racha de mala suerte.

Otra vez.

Quinta vez en una semana. Cuando cambiaría su suerte? Había ido hasta a consultar a los horoscopos que publicaban en algunas revistas occidentales para determinar su fortuna. No es que creyera en ellas pero aceptaba las advertencias ligeramente.

Siguiendo sus instintos iniciales, dejó la casa de apuestas. Algunos yens más pobre. Suspiró profundamente. Había empezado bien la semana pasada, se preguntaba que era lo que había pasado. Algo o alguien estaba alejando su suerte. Era deprimente. No podía ni ganar un argumento con Megumi! Eso era el colmo! Sacudiendo su cabeza metió ambas manos en sus bolsillos y se dió cuenta de que estaba en serios problemas.

Grandes dolor-en-el-trasero problemas.

Había gastado el dinero de Jou-chan, el que le había dado para comprar tofu.

Perdido con el gawky looking viejo de la casa de apuestas era un término más apropiado. Con el rostro serio se detuvo en medio de la calle y pensó en algo que lo sacara del problema.

No se le ocurrió nada.

Escepto por... prestarse algo de dinero del zorro. Donde podría earn a tongue lashing de primer, segund y tercer grado. Donde los insultos volarían y chocarían en el aire. Donde los apodos tendrían toda la atención. Donde podía ver el temperamento de Megumi inflamarse.

Lo que, por supuesto, lo hacía doblemente tentador para él. Ahora tenía una gran escusa para verla.

Era un hombre de gran inteligencia callejera! Sonriendo, silvando para sí mismo se dirigió a la clínica de Megumi.

 

 

El vapor salía de todas partes. Era silencioso, tranquilo e iba a durar.

'Al menos hasta que Busu regrese al dojo', pensó Yahiko cerrando los ojos. Tomó aire y se introdujo en la bañera. El agua tibia aliviaba los gritos de sus musculos. Aun estaba un poco desorientado; no sabía que era capaz de hacer 500 movimientos, menos aun mil. La cuenta aun sonaba en sus oidos. Se hundió aun más y trató de callar los sonidos. Kenshin estaba afuera lavando y jugando con Ayame y Suzume, podía aun escuhar el "Mashiro! Mashiro!' aquí y allí, seguido por pequeñas voces.

Despues de unos segundos se levantó con un fuerte gruñido, salpicando y tirando agua por todas partes. Relajandose bajo el agua solo un pensamiento había cruzado su mente: Kaoru pagaría!

Y él tenía la idea más brillante. La carta de amor era sólo el principio. Sano le había prometido que tendrían el día opucapdo siguiendo a Kaoru y a ese chico Ichiro en su cita. El tal fuera un niño, pero sabía las implicacias de la llegada del joven hombre. Kenshin había parecido preocupado por ello pero no tanto como Sanosuke pensó. El cabeza de gallina lo había usado para explicarle los cambios que ocurririan si Kaoru y el chico eventualmente terminaban teniendo algun tipo de relación.

Levantando su naríz en disgusto no sabía que hacer con Ichiro-san. Se preguntaba que era lo que había visto en busu. Por supuesto tendría que estar engañandose si descontaba algunas de sus buenos puntos. Por un lado era una mujer con coraje quien se preocupaba lo suficiente para hacer alguna diferencia. Diablos, ella había cambiado su vida en más formas de las que podía imaginar.

Pero el realmente gustar de tanuki-sensei le daba hives.

Sin embargo Sano le había hecho ver lo que había sido obvio para todos desde el principio: que no importaba cuan genial Kenshin fuera él ya estaba profunda y agreeably locamente enamorado de Kaoru.

Y solo un idiota se perdería de la química entre los dos. Personalmente, si había una pareja que él quisiera aterrorizar serían Megumi y Sano, pero también Kenshin y Kaoru han estado jugando su 'serán-no-serán' que ya empezaba a volverse irritante. Sería una gran cosa si ellos finalmente lo superaran, cuanto antes mejor. La repentina aparición de este senpai parecía haber avivado las cosas y Sano esperaba avivar las cosas también.

Parecía que el samurai mas temindo de Japón tenía un punto débil: Cluelessness.

Bueno, Yahiko estaba feliz de tener una experiencia de primera mano al ver a Sano intentar enseñar a Kenshin el arte de wooing mujeres.

Con suerte al menos lograr que el rurouni le diga a busu lo que realmente sentía.

Y aunque lo intentaba, no podía evitar reconocer el hecho de que Sano sabía sobre mujeres y como tratar con ellas. Tal vez era una forma de compenzar la total falta de dirección del cabeza de gallina. Al menos con mujeres, Sano sabía adonde iba y como llegar hasta allí.

Esperaba.

De cualquier manera, Yahiko podría aprender una cosa o dos. Aunque con Sanosuke, lo más probable es que tuviera que improvisar un poco.

Y quien decía que Myojin Yahiko no podía divertirse mientras ayudaba a Sano con su matchmaking a las expensas de Kaoru?

Nadie!

Yahiko sonrió al cerrar los ojos e imaginarse a Kaoru con Kenshin. Sano con Megumi y más importante: el con Tsubame.

 

FIN DEL CAPITULO 5

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