.:previous chapter:. .:0:. .:1:. .:2:. .:3:. .:4:. .:5:. .:6:. .:7:. .:8:. .:9:. .:10:. .:11:. .:12:. .:13:. .:14:. .:next chapter:.

ESTE FANFIC PERTENECE A YUKI-SAN. Yo soy solo la traductora... snif!!

 

Título Original: A date with a Senpai

Autora: Yuki

User ID: 29220

E-mail:tanukigirl@edsamail.com.ph

 

Este capítulo es algo largo, bueno, largo comparado con los capítulos previos. Como sea, lo voy a dividir en dos o tres partes. Comentarios por favor! Saben donde enviármelos.

Una cita con un Senpai

Capítulo 6a

*Ojos púrpura te observan

tomar la mano de otro

olas de soledad

"Que diablos de paso a TI?!" preguntó Yahiko en cuanto vio a Sanosuke.

Ellos habían acordado antes encontrarse en la rivera del río, después de darle a Kenshin una tonta excusa, que sonaba tan falsa que Kenshin ni se molestó en preguntarle que tramaba. El día se estaba convirtiendo en uno de los mejores de Tokio. El aire era tibio pero no asfixiante, el cielo era casi tan azul como los ojos de Busu cuando le gritaba. Y el sonido del fluir del río estaba mezclado con el sentimiento de tranquilidad y confort que el había pasado incontables tardes aquí sólo pensando.

Yahiko no podía evitar sonreír tímidamente, había estado esperando por este día y se preguntaba que tipo de plan habría preparado Sano para juntar a Busu y Kenshin. Y el hecho de que Sano se viese algo fastidiado. Bueno, el también lo estaría si trajera tantos vendajes en el cuerpo.

Sano le lanzó una muy fea mirada que dijo todo.

Yahiko estaba tentado a ignorarla. "Te he estado esperando aquí por horas! Me pediste un favor cabeza de gallina. Deberías al menos tener la decencia de llegar a tiempo." Se quejó cruzando los brazos.

Fastidiado, Sano permaneció callado como nunca. Y por el estado de Sano, él inmediatamente adivinó donde había estado. Dándole a Sano una sonrisa insolente, Yahiko dijo aseguradamente, "Estuviste en la clínica de Megumi, no? Es por eso que tienes todos esos vendajes sobre ti!"

"Cállate!" gritó Sano mirándolo amenazadoramente.

"Mwuahahaha! El zorro te atrapó esta vez huh?

El puño de Sano se cerró en el cuello del gi de Yahiko. "Te voy a decir una cosa chico, ella no ha escuchado lo último de mí."

"Que te hizo ella exactamente Sano?" dijo Yahiko quitándose del puño de la muerte de Sano.

"Nada de tu maldita incumbencia. Y que sobre ti? Que te pasó a TI?!" retó Sano enredándose con una de las puntas sueltas del vendaje blanco – grisáceo que Megumi le había puesto, recordando el poderoso tirón que ella dio que casi corto toda la circulación de su sistema. Aparentemente el zorro tiene algunos problemas tratando con ‘vagos idiotas cabeza de gallina’ como tan indiplomáticamente lo había dicho. A lo que él había respondido podía ser el resultado por una reciente experiencia frustrada que ella no había olvidado añadiendo un guiño que podía significar varias cosas diferentes. Megumi había probablemente elegido la peor idea y había decidido que no solo no le prestaría dinero sino que agregaría algunas heridas más a su mano.

"Hey! Que se supone que eso significa? Yo no soy quien se ve como para ir a un concurso de similitud de Shishio!" exclamó Yahiko tirando de la mano de Sano.

"Yeah bueno, te ves como si hubieras hecho mil ejercicios hoy. ¿Qué fue? Mover shinais o limpiar los pisos del dojo?" preguntó Sano.

Tan pronto como Megumi lo había pateado fuera de la clínica, Jou-chan había llegado. El se había quedado agachado bajo la ventana espiándolas. Después de que sus piernas se adormecieron por estar agachado tanto, estaba listo para regresar a la clínica pero estaba feliz de haberse quedado ahí por un rato y fue capaz de obtener alguna información vital de la cita.

Pero tuvo dificultades levantándose; había sido vergonzoso que Genzai-sensei tuviera que verlo y el hecho de que el doctor tuviera que llamar algunos de sus pacientes para que ayudaran al gran zanza a pararse. Deseaba fervientemente que el anciano hombre no le mencionara aquel incidente al zorro.

Yahiko enarcó las cejas, "Busu me hizo hacer 1000 movimientos. Cómo lo supiste?"

"Es obvio por la forma en que te estás parando. Incluso por el leve temblor de tus manos. Ves! Justo ahí! Está temblando!" dijo Sano en un tono de voz alto y horroroso.

La sonriente cara de Yahiko perdió automáticamente todos los colores y se quedó mirando sus manos. Se veían perfectamente normales para él. "De qué estás hablando!?" dijo, tratando de mantener su voz normal.

"Te apuesto a que será una incapacidad permanente. Che, pobre niño, sabía que algún día tus pobres y pequeñas manos de niño sufrirían con los constantes ejercicios y peleas, no sabía que sería tan pronto. Pero puedes hacer otras cosas, como tal vez cocinar o lavar. Diablos, tal vez ni siquiera puedas hacer eso." Dijo Sano sombríamente, sus ojos marrones brillaban alegremente.

Yahiko miró sus manos por algún tiempo, horribles pensamientos llenaban su cerebro. "Permanente?" se susurró y desconfiadamente miró a Sano. Afortunadamente para él notó el brilló en sus ojos, si no lo hubiera hecho habría estallado en lágrimas.

Casi saltó sobre el pelo parado. Dejando escapar un gruñido dijo bien alto. "Bueno, al menos no tendré que inventar excusas sin sentido sólo para ir a la clínica y hacer que Megumi toque mis manos y se preocupe por mí."

"Que se supone que significa eso?!!" Saltó Sano, no podía crees que estuviera dejando ganar a Yahiko en esta pelea verbal. "Olvídalo, sólo dime la cochinada en la letra del chico Senpai." Dijo sentándose en el pasto. Mientras escuchaba a Yahiko parlotear acerca la carta una idea se iba formando lentamente en su mente.

"Así que básicamente, este chico es un romántico. Pero ha puesto sus intenciones bien claras. Le dijo a Kaoru que era hermosa como el atardecer y que olía como la primavera. Yuck!"

"Sip, no puedo imaginar que ningún chico piense esas cosas y que las encima las escriba!" Sano movió la cabeza negativamente, una sonrisa aparecía en sus labios al recordar el tiempo en que él había hecho el cortejo a una chica del campo. Sayuri, sip, ese era su nombre. Ojos grises Sayuri con una tímida sonrisa. Al capitán Sagara le agradaba. Se preguntaba que pensaría el capitán si hubiera conocido a la fiera Megumi. ‘Apuesto que me hubiera dicho que estoy totalmente loco.’ La sonrisa seguía allí, ‘Tal vez lo esté.’

"Hey, cabeza de gallina! Me estás escuchando?" preguntó Yahiko pasando su mano frente a la cara de Sanosuke.

"Estoy aquí! Estoy aquí. Al go más que deba saber?"

"Bueno, lo recité en frente de Kaoru y ella me sacó la mugre. Hey, no crees que a le guste a busu tanto como Kenshin. Por que, bueno... no quiero entristecer a busu-sensei."

"Aw! Eso es tan dulce Yahiko no baka! Por supuesto que a Jou-chan no le gusta. Apuesto a que sólo aceptó salir con ese púber sólo para mostrarle a Kenshin que está cansada de esperar a que haga algo.

Yahiko asintió, el no quería arruinar la vida de Kaoru, le debía demasiado e incluso si no lo admitía con nadie él sentía Kaoru era la hermana mayor que nunca había tenido y que siempre había querido tener. Sentía que tenía algo de responsabilidad en encargarse de que fuera feliz. "Ajá, así que, que hacemos ahora?"

 

"Bueno, justo ahora Jou-chan debe estar con Tae donde se va a vestir y todo. Escuché que ella y el chico maravilla se encontrarían en el Akabeko." Se calló y miró a Yahiko a justo en los ojos. "Ok, este es el plan..."

 

 

Grandes ojos azule la miraban. Era ella y no era ella del todo.

"Que opinas Megumi-chan?" preguntó Tae retrocediendo admirando su trabajo.

"Vaya improvisación." Dijo Megumi parada junto a la mujer y mirando al reflejo de Kaoru en el espejo. "No estés tan sorprendida Kaoru. Es la misma chica. Eres tú."

Vaya improvisación. Kaoru no lo creía.

Kaoru ladeo su cabeza tratando de ver a la joven marimacho que podía usar un bokken incluso en un kimono. La joven maestra, que había pateado traseros solo ayer. La jovencita que se enfrentó a battousai cara a cara con fiera determinación sin temor.

Ella no podía encontrar a esa chica en el reflejo.

Lo que podía ver era a una mujer que no sabía que existiera en ella.

Tae había pintado sus labios de rojo fresa y tenía su cabello de una forma más tradicional. Tae lo llamaba 'medio durazno' y había dicho a todos que lo había visto en una aprendiz de geisha en la sección Gion de Tokio. El cabello de adelante estaba sujetado hacia atrás el resto estaba atado en un nudo que se veía como un bonito diseño arriba de su cabeza. Llevaba un arreglo turquesa que sujetaba su cabello, resaltaba sus ojos y la hacía ver como si estuviera brillando.

Kaoru se había negado a ponerse polvos sobre el rostro. Había escuchado una vez que el rostro pálido simboliza a la muerte, pero era contradicho por los labios rojos; que significaban vida. O algo por el estilo. Se sentía como una niña pequeña jugando a los vestidos con Megumi y Tae. No sabía nada de estas cosas o como en toda la tierra Tae había atado su cabello así en primer lugar. Sonrió suavemente mientras buscaba los ojos de Megumi.

"Oh, Tanuki! No te pongas toda emocional conmigo. Solo te ayudo para poder quedarme con Kenshin. Contigo fuera de la lista de solteras será mucho más fácil para mí seducir a Ken-san." Dijo Megumi dándole a Kaoru una palmada hermanista en el hombro, que contradecía grandemente lo que acababa de decir.

"Pero pensé que Kaoru-san salía con Himura-san. No es así Kaoru-chan?" interrumpió Tae.

"Bueno, um... no. Voy a cenar con Ichiro. Onoda Ichiro del dojo de Tomizawa-sensei."

"Oh! Aquel joven hombre! Estuvo aquí haciendo reservaciones. Así que era para ustedes dos entonces." Dijo Tae sin poder ocultar la decepción en su voz.

"Si. Lo encontraré aquí temprano y hablaremos por un rato. Es un buen chico." Kaoru mentalmente se reprendió por la palabra ‘chico’.

"Esa es toda una sorpresa." Dijo Tae.

"Tae-san! Es sólo una cita! No es como si me fuera a casar con él! Suenas tan triste." Le recordó Kaoru a Tae y así misma también. Dejó de mirar el espejo y se levantó con un largo suspiro. "Bueno, creo que ya estoy lista. Solo tengo que esperar por Ichiro-san." Anunció.

"Eres totalmente inútil Tanuki no baka!" dijo Megumi mientras se pasaba un peine por su largo cabello.

"Que dijiste!?" dijo Kaoru con una mano en su cadera y al otra apretada frente al rostro calmado de Megumi.

"Aun estás vistiendo tu gi de pelea... o como sea que llames a ese desastroso uniforme tuyo."

El rostro de Kaoru calló, "Yo... Yo no traje ningún kimono." Dijo deprimidamente.

"Buena cosa que yo haya anticipado tu olvido! Te traje uno. Considéralo mi... regalo."

"Oh! Megumi! A veces, no eres tan mala!!!" dijo Kaoru, tirando sus brazos alrededor de Megumi.

Megumi dejó escapar una risa de sorpresa y abrazó a la joven. "También tu Kaoru!"

Tae observaba a las dos chicas abrazarse, complacida de que hubieran arreglado sus diferencias. Cualquiera hubiera pensado fácilmente que eran hermanas ya que tendían a actuar como tales, fastidiándose por casi todo pero siempre preocupadas por la otra. Recordó a Sae y deseó que le estuviera yendo bien en Kioto.

 

 

 

"Entendiste Yahiko?"

"Claro Sano. Iré al dojo y tu al Akabeko. Estás seguro que esto va a funcionar? Quiero decir, tal vez tu deberías ser quien hable con Kenshin."

"No te engañes. Quieres ir al Akabeko para ver a Tsubame!" fastidió Sano.

"Iya! Iya! Tu eres el que quiere ver a Megumi ahí!" dijo Yahiko con el rostro rojo.

"Che, no actúes como un mocoso, Mocoso!" Sano revolvió el cabello de Yahiko y sonrió. "Tengo una perfecta razón para estar ahí, Ahora no lo fastidies todo. Si lo haces... me aseguraré de que Tsubame sepa de tu...Ow! Tu pequeño...!"

Yahiko iba hacia el dojo antes de que Sano pudiera completar su oración. "Recuerda actual casual! No malogres esta Yahiko-CHAN!!!!" gritó Sano. Sobándose la pierna que el chico rápidamente le había pateado, Sano se dirigió hacía el restaurante. "Heh! Antes de que la noche termine Kenshin va a tener a Jou-chan en sus brazos."

 

 

 

 

El kimono verde mar tenía hojas blancas y chispas de flores amarillas en los brazos. El obi era de un tono más oscuro y tenía las mismas flores amarillas. Era uno de los kimonos más hermosos que Kaoru haya vestido y le quedaba bien. Giró y miró como una fascinación infantil como el kimono se movía graciosamente. "Oh! Es adorable! Muchas gracias Megumi! No sé como agradecerte!" exclamó.

"Tan sólo no dejes al idiota cabeza de gallina cerca mío por el próximo par de semanas y tal vez incluso esté dispuesta a dejarte a Ken-san" dijo Megumi flirteando.

"Sagara-san y tu tuvieron una pelea Megumi-chan? Sabes que no es realmente aconsejable dejar algún argumento entre amantes por más de una noche. Debe ser resuelto inmediatamente." Dijo Tae mientras limpiaba el maquillaje que había usado en Kaoru.

"Am-amantes!" gritó Megumi. Se había vuelto el mundo completamente loco?!

Estaba tan roja que Kaoru pensó que toda la sangre de la doctora se había ido hacia su rostro. Ella rió ante la idea y la prueba visual frente a ella. Juntó sus manos divertidamente, "Por que Megumi! Nunca supe que sintieras algo por Sano! Cómo es que no nos dijiste?" dijo riéndose de nuevo.

"No es GRACIOSO! Sano y yo no... nosotros no TENEMOS... donde escuchaste eso? Quien te dijo..."

"Pero lo he escuchado de casi todos. Dicen que eres la mujer de Sagara. No es cierto? Preguntó Tae un poco confusa.

"No! Por supuesto que no es cierto. Quién sea que empezó este rumor voy a despellajarlo vivo!"

"Por los demonios que voy a hacer lo mismo!" gruñó una voz familiar.

El rostro de Megumi cambió a diferentes colores desde rojo langosta hasta blanco tiza y luego hasta el sonrojado carmesí. "Sagara!!" dijo ella con toda la frialdad que pudo ignorando las mariposas en su estómago y el escalofrío hirviente en su espalda.

Sano estaba apoyado pesadamente en la puerta y estaba encantado con la imagen que Megumi hacía. Hermosa, incluso molesta. Pensó para sí mismo. Apartando su mirada de Megumi él sonrió cuando sus ojos encontraron al objeto de su afecto, por el sólo hecho de ver a Megumi ponerse furiosa y sonrojada era por supuesto parte de su excepcional plan.

"Jou-chan!" dijo caminando hacia ella y tomando sus manos, haciéndola girar alrededor del cuarto.

"Dame! Dame! Me estoy mareando!" se quejó Kaoru a través de sus carcajadas.

Sanosuke la miró directamente y se acercó tan cerca de ella que podía oler su aroma a jazmín. "Mírate! Diría que cualquier chico u hombre quedaría encantado cuando te vea."

"Hontou?" preguntó Kaoru mientras batía sus pestañas, sintiéndose tibia y sonrojada con la intensidad de la mirada de Sano. Ella nunca había sentido nada como esto, excepto cuando atrapaba alguna mirada de Kenshin hacia ella. Pero era casi lo mismo con Sano. Podía incluso pretender que era Kenshin quien la sujetaba así de cerca.

"Si te hubiera visto así la primera vez que te vi, Kenshin no hubiera tenido ninguna oportunidad. No cuando estás sonriendo así con estrellas en tus ojos!" dijo sinceramente. Por un pequeño momento se había olvidado de que Megumi existía e imaginaba como hubieran sido las cosas de diferentes si se hubiera dado el caso.

Megumi los observaba, los brazos cruzados sobre su pecho. ‘Que planea el cabeza de gallina esta vez?’ se preguntó a sí misma mientras intentaba deshacerse de la suave envidia que apretaba su corazón. Sano podía coquetear con quien él quisiera, pero no con la Tanuki. No en frente de ella. "Oi, cabeza de gallina que haces aquí?" preguntó esperando impacientemente a que Sano quitara las manos de Kaoru.

"Pues, quería ver a Jou-chan!" respondió Sano defensivamente, jalando a Kaoru más cerca y pasando su brazo protectoramente sobre los hombros de Kaoru. El estaba luchando ante la urgencia de reír bien fuerte a la expresión de Megumi. Todo lo que ella necesitaba era pedirle que dejara a Kaoru y él lo haría. Pero la mirada de celos en sus brumosos ojos era suficiente para Sano. "Y para decirle que el maravilloso chico Senpai está en el dojo esperando por ella."

"Qué?" preguntó Kaoru desenredándose por sí misma de Sano.

"Sip

"Sip. Lo vi allí con mis dos ojos. De hecho estaba hablando con Kenshin. Me di de voluntario para venir aquí y decirte." Dijo, sus marrones ojos serios, perdiendo en interés en ella.

'Oh no!' Kaoru gruñó. Lo último que quería era que Kenshin hablara con Ichiro. Estaba segura que Kenshin le estaba ya dando el 'cuídala de gozaru'.

"Pero Ichiro le dijo a Kaoru que se encontrarían aquí." protestó Megumi dándole a Sano una mirada de sospecha.

'Sabía que esa zorra no se iba a tragar el cuento. Oh bien, hora de usar mis encantos.' pensó Sano mientras cruzaba el cuarto y en un segundo estaba al lado de Megumi. "Bueno, tal vez se figuró que no era correcto hacer esperar a una mujer así que decidió hacerlo más tradicionalmente. Y además que me importa a mí lo que Ichiro y Jou-chan hagan. Podrían encontrarse en el fin del mundo por lo que a mi respecta, siempre y cuando tu estés justo aquí, ne Zorro? bromeó.

"Oh, córtala Sagara!" respondió Megumi desviando la mirada, no queriendo ahogarse en los tibios, sinceros ojos de Sano. Estaba feliz de que evidentemente Sano no tenía interés en Kaoru. "Se que es lo que tramas." dijo ella.

"Lo sabes heh?" retornó Sano audazmente.

"No. No te voy a prestar los 60¥. Ya te he dado servicios gratis atendiendo tus manos. Así que, no coquetees, aunque en realidad, no sacarás nada de mí, especialmente dinero.

"Bueno, eso es muy malo. Estaba planeando en llevarte a cenar hoy. Pero supongo que tendrá que pasar. Como sea, " dijo Sano volviendo a mirar a Kaoru tratando de aplacar la risa en sus ojos. "Mejor te vas al dojo, Ichiro se ha quedado con Oro-san demasiado tiempo, lo próximo que sabrás es que no solo ha copiado la forma de hablar de Kenshin sino también su idiotez."

"Nani?" Kaoru sacudió su cabeza como si el acto fuera a aclarar su cabeza. Cuanto más tiempo Kenshin pase con Ichiro más se sentirá indigno de ella comparado con el joven e impecable chico. "Ya estoy en camino." rápidamente agradeció a Tae y Megumi y casi vuela fuera del cuarto.

'Yatta!' pensó Sano mirando a Kaoru salir aprisa, 'Fase uno completa! Solo espero que Kenshin juegue su parte bien.'

"Bueno, ya me voy. Tengo mejores cosas que hacer que ver a dos jóvenes señoritas ponerse encima sus cosas de niñas. Ja!" con eso se fue de la habitación y decidió darse a sí mismo sake o quizá dos, uno para el y otro para Kenshin y Jou-chan!

 

 

 

"Estás seguro Yahiko?" preguntó Kenshin distraídamente mientras empezaba a picar los pickles.

Yahiko le hizo una mueca a los vegetales. Cena, esperaba que no. "Sip, Sano me dijo que Busu llegaría pronto por su um..." pausó. Kaoru se había detenido aquí para tomar su baño y cambiarse a un gi limpio, Kenshin le había sugerido para acompañarla donde Tae pero ella se había negado. Que se pudo haber olvidado Busu? "Um... su..." Yahiko hizo una mueca cuando Kenshin volteó a verlo, no impaciente, solo un poco curioso, "Su kimono! Eso es. Su nuevo kimono para su cita." dijo Yahiko satisfecho de sí mismo. No había visto a Busu cargar ningún paquete o algo.

 

"Bueno, entonces se lo llevaré." dijo Kenshin sacándose.

"Kenshin!" Llamó una voz femenina.

Una que sólo podía ser de Kaoru por la sola razón de que al escucharla el corazón de Kenshin empezó a latir al doble de rápido y al doble de fuerte. El efecto que ella tenía sobre él era innegable.

'Perfecto!' pensó Yahiko. "Tengo que irme y... y...uh... buena suerte!" dijo Yahiko corriendo hacia la puerta trasera. Sano había especificado que no se quedara y los dejara solos. Yahiko estaba dispuesto a obedecer sin importar cuan tentador pueda ser el espiarlos.

'Buena suerte?' Kenshin miró a la espalda de Yahiko que desaparecía. 'A qué se refería?' se preguntó a sí mismo mientras se enjuagaba y secaba las manos. Kaoru llamó de nuevo, su impaciencia era clara y Kenshin tuvo que sonreír. Siempre casi fanáticamente, parecía como si ella tuviera muchas cosas que hacer, ver y aprender y que el tiempo le era muy limitado. Muy parecida a una niña llena con insaciable deseo por la vida.

 

"Kenshin!" llamó Kaoru otra vez. Tal vez Ichiro ya se haya ido y se haya molestado esperando por ella por tanto tiempo. Suficientemente molesto para cancelar la cita!

Ella lo deseó.

Ella estaba ligeramente sonrojada por su caminata y por las segundas miradas que había recibido de casi todo hombre y muchacho que vio. Incluso Saito con quien se cruzó la miró de manera extraña. Ella esperaba un comentario agrio sobre una Tanuki vestida y caminando por el tiempo o algo igualmente molesto. Pero Saito tan solo asintió con la cabeza en reconocimiento e incluso lanzó miradas a los jóvenes muchachos que la observaban y le silbaban.

"Kenshin!" volvió a llamar. Donde estaba? Se fue acaso después de hablar con Ichiro? Esperaba que Ichiro no haya dicho nada que pudiera hacer que Kenshin se fuera. Si lo había hecho, que Kami lo ayude. Había trabajado muy duro para tener a Kenshin, si él la dejaba de nuevo, ella no dudaría en voltear todo Japón patas arriba sólo para encontrar a su rurouni. Volteó una esquina y empezó a llamar otra vez. "Ken...sh..."

Su voz se ahogó al encontrarse con sus ojos violetas.

Su corazón empezó a sobre-latir mientras su mano empezaba a sudar. Por un momento pareció como si Kenshin hubiera sido tomado desprevenido por ella. Y los ojos violetas se habías oscurecido más de los usual, manifestando calladas emociones que ahora ella podía ver claramente. Ella tragó saliva. 'Por que se me queda mirando así?' se preguntó a sí misma mientras el calor subía de su estómago a su rostro haciendo sus mejillas sonrojar.

'Muy parecida a una niña?' una voz en su cabeza preguntó.

Obviamente no.

"Kaoru-dono." prácticamente susurró.

Le tomó algo de tiempo el finalmente darse cuenta que no estaba soñando, que la visión de radiante belleza a escasos centímetros de él era real y no el trabajo de su sobre activa imaginación.

Sus labios rojos lo hipnotizaban. Sus ojos azules lo ahogaban. Bebió de su presencia. El tiempo oficialmente se había detenido para ambos en el momento en que sus miradas se cruzaron, eran las únicas personas en ese cuarto, en esa casa, en todo el mundo. De pronto el aire alrededor de ellos se volvió tan... tibio.

 

Estaba hermosa.

Fatalmente.

El se acercó más mientras ella levantaba su cabeza, labios parcialmente abiertos.

Oh Kami... quería besarla y ella quería que él lo hiciera, él podía verlo en sus ojos; por la manera en que ella aguantaba la respiración.

'Control Kenshin. Tienes que controlarte.' dijo su mente aunque su cuerpo tenía una idea diferente. Era difícil luchar contra la urgencia de tocarla. Pero tenía que hacerlo, porque sabía que si lo hacía, entonces no habría marcha atrás. Que desde que supiera el sabor de sus labios o la sensación de ellos sobre los suyos el nunca podría poner la distancia entre los dos.

Ella vio la lucha en sus ojos. Suspiró y trató de facilitarle las cosas retrocediendo un paso y girando para mostrarle su kimono y esconder el dolor y decepción de su rostro. Cuando estaba viéndolo de nuevo, preguntó suavemente levantando ansiosos ojos azules hacia él, "Así que, cómo me veo? Te gusta?"

 

'Gustarle'? No encontraba la palabra 'gustar' apropiada para lo que estaba sintiendo. Lo amaba. La forma en que su cabello estaba arreglado y cuan suave se veía al descansar sobre su cuello. La manera en que el kimono verde contrastaba con sus ojos azules haciéndolos brillar en una forma que él nunca había visto antes. "Te ves bonita Kaoru-dono. A sessha le agrada mucho." silenciosamente reprochándose por usar palabras tan inapropiadas.

'Bonito? Sano no había dicho algo más extremo que eso? Mou! Kenshin!' pensó Kaoru. "Bueno, um... está Ichiro-san aun por aquí?" preguntó mirando detrás de los hombros de Kenshin.

Si ella hubiera mantenido sus ojos en los de él hubiera encontrado la cólera brillar en ellos, seguido por una mirada de puros e inalterados celos.

"Ichiro? Se supone que debería estar aquí de gozaru?" preguntó suavemente recobrándose de su inicial reacción de que hubiera sido Ichiro a quien ella buscaba y para quien ella se había vestido. El había apretado tanto sus puños que sus nudillos se había puesto blancos para luchar contra el impulso de cerrarlos sobre el cuerpo de Kaoru y acercarla hacia su corazón para que entendiera cuanto lo estaba matando todo esto.

El amarla solo a una distancia segura.

'A quien estás protegiendo Kenshin?'

El ya no sabía la respuesta a esa pregunta. Al principio, había sido Kaoru. Para salvarla de ser usada como carnada para battousai. Ahora, le parecía que más que nada sólo se protegía a sí mismo.

Kaoru se lo quedó mirando. "Sano me dijo..." se detuvo.

Sano! Porque ella no había pensado en eso!

"Estúpido e idiota cabeza de gallina engañarme para traerme aquí!" dijo en voz alta cuando la revelación la golpeó con fuerza. Miró a Kenshin quien parecía haber llegado a la misma conclusión que ella.

Kenshin sabía la razón por la que Sano había hecho ir a Kaoru hasta allí en primer lugar. Sano quería que él viese a Kaoru completamente vestida, viéndose totalmente hermosa. Las intenciones de Sano eran claras e inteligentes también.

Por supuesto, si Kenshin veía a Jou-chan así, no tendrá nada más que decir o hacer más que rogarle a Jou-chan que tirara a Ichiro y considerara salir con él. Que la tomara entre sus brazos y luego...

'Bien planeado', pensó Kenshin una sonrisa dibujándose en sus labios. 'Pero se requiere mas que eso Sano.' consideraba. 'Ha sido difícil no liberar mis emociones y arruinar la vida de Kaoru tomando tan arriesgado paso y reclamarla como mía. Podría haber sido también parte del plan de Sagara? Que solo la tome entre mis brazos y olvide todo lo que soy y he sido y me ofrezca a ella.'

"Sano probablemente tenía la mejor de las intenciones de gozaru y Yahiko también." dijo en voz alta.

"Cómo? A qué te refieres?" preguntó Kaoru no muy segura de entender porque Sano le había jugado este truco a ella.

"Ano... quiero decir, tal vez Sano quería que te viera antes de tu cita, porque pensó que al verte cambiaría de idea sobre dejarte ir con Ichiro." explicó.

Eso puso a Kaoru furiosa. "Y dices que no funcionó? dijo cruzando los brazos y mirándolo fijamente.

"Ano... Kaoru-dono, no te molestes. Creo que es lo mejor que consideres a otros chicos de alrededor ellos tienen mejores que cosas que ofrecerte y no... no..." no pudo terminar su oración. El la estaba alejando otra vez y se estaba hiriendo y estaba hiriendo a Kaoru, pero creía en su corazón que sería lo mejor para ella encontrar a otro hombre. Alguien digno de ella, alguien que pudiera darle paz, estabilidad, una vida normal no lo que él le estaría ofreciendo, una vida llena de incertidumbres.

 

"Kenshin no baka!" dijo Kaoru entre dientes, "Que te hace pensar que sabes lo que es mejor para mí? Cómo te atreves a decirme a quien debo o no debo amar!?"

"Sólo quiero tu felicidad Kaoru-dono." dijo sinceramente.

"Es cierto? Así que lo que dices es que sólo me vas a dejar ir. Sin pelear. Solo verme tomar la mano de otro hombre y dejarlo guiarme a una nueva vida sin ti?" preguntó, lágrimas formándose en sus ojos.

"Es lo mejor Kaoru." Dijo a través del nudo en su garganta.

"Entonces no te creo. Tu no quieres mi felicidad Kenshin, solo eres cruel."

Con eso ella se alejó de él intentando no llorar. No iba a llorar por un hombre que nunca la podría amar. No de la manera que ella necesitaba y que ella quería. Nunca pensó que Kenshin sería capaz de decirle que estaba dispuesto a hacerse a un lado y eventualmente dejarla. Después de todo lo que habían pasado, después de lo que ella había visto en sus ojos violeta-pasión. Ella no iba a llorar.

Ella iba a asesinar a Sanosuke por arruinar su plan.

 

Sano tenía dos botellas de sake en la mano. Para hora, Kenshin y Jou-chan deberían estar juntos y lo tenían a él para agradecerlo. ‘Heh, es bueno que hoy ganara en la casa de apuestas. Parece que mi suerte ha regresado con toda su fuerza!!. Podríamos ir a celebrar todos al Akabeko!’ Esperaba que Yahiko haya cumplido con su palabra y se quitara del camino de la pareja. Kami sabía que tipo de monstruos podía sacar el mocoso de You-chan, si su pequeña y linda Tanuki perdía su fiero temperamento con Yahiko en frente de Kenshin, el plan en el que había trabajado tan duro se arruinaría. Estaba a medio camino del dojo cuando vio a Jou-chan saliendo apresuradamente por la puerta. Su verde kimono se enredaba entre sus piernas, el estaba medio asustado de que ella se tropezara o algo. Ella pudo arreglárselas para salir y se estaba dirigiendo hacia él cuando el sol poniente cayó sobre su rostro, el vio las lágrimas corriendo en sus ojos azules. Detrás de ella, Kenshin era una sombra oscura parado en la puerta viéndola marcharse.

"Maldito infierno!" murmuró Sano. "Agh! Ahora qué!" maldijo otra vez y se paró detrás de unos arbustos. Kaoru lo pasó y se veía un poco más relajada. Afortunadamente para Kenshin ella no estaba llorando, porque si lo estuviese, Sano hubiera pateado el trasero de Kenshin sin preguntas,. Kaoru ya estaba fuera de vista cuando Sano salió de su escondite, apretando los dientes, "Aun no ha acabado!" Empezó a caminar, la mirada fija en Kenshin.

"Hora del Plan B: Meter algo de maldito sentido en la cabeza de Kenshin!"

 

Notas:

Ok, fue muy melodramático, no lo creen? De cualquier manera está aun en borrador.

Comentarios por favor.

.:previous chapter:. .:0:. .:1:. .:2:. .:3:. .:4:. .:5:. .:6:. .:7:. .:8:. .:9:. .:10:. .:11:. .:12:. .:13:. .:14:. .:next chapter:.